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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

lunes, 27 de mayo de 2024

MADRID/ 15ª San Isidro.- El arte del tedio / por Jorge Arturo Díaz Reyes


Ovacionados Ginés y Ventura, silenciado Cayetano en una tarde mejor de los capeas que de los montalvos y su refuerzo…

El arte del tedio

Jorge Arturo Díaz Reyes
CronicaToro/Cali, V 26 2024
Sumir una plaza llena, soleada y eufórica en el sopor es también un arte. Y la ovación final a los artistas lo corroboró. Pero no solo ellos y los toros merecieron el crédito. También contribuyeron mucho el viento, el señor presidente y el estoicismo de un público, tan agresivo en otras ocasiones de mayor intensidad, que hoy disfrutó a boca cerrada, toro tras otro, el destoreo, el desorden y las espadas en lugares non santos.

Hablo de la lidia de a pie, a los cuatro montalvos y al 5° bis de José Vázquez que salió inopinadamente como resultado de un acuerdo tácito entre unos del siete y don Ignacio Sanjuán Rodríguez. Qué gran aporte fue ese al resultado final.

Un Cayetano ido. Lejos de sus buenos tiempos y de los gloriosos blasones familiares. No tuvo necesidad de apelar a sus dolencias por la paliza sufrida 48 horas antes allí mismo. No se le notó ninguna limitación física en su quehacer caótico. Al soso y blando segundo le anduvo cautelosa y distantemente a trapazo venteado por un lado y por el otro. De a uno por uno sin abundar, por fortuna, hasta el pinchazo, la estocada desprendida inocua y el descabello certero.

Con el quinto, el capote minimalista esbozó tres verónicas y media desangeladas, y luego, lo mismo, el caos creativo, de principio a fin, sin saber de dónde venimos ni para donde vamos, aleteaba la muleta en busca de un destino perdido. La espada delantera caída, casi golletazo, la otra igualmente más abajo de lo recomendable, los dos avisos y la muerte tardía sellaron su actuación.

Ginés Marín hizo lo que pudo por acabar con el recital y hasta se acercó a lograrlo. Le echaron tres toros, los dos del sorteo y el quinto bis por obra y gracia, ya dijimos de Usía y los guardianes de las sagradas escrituras. A cuál más soso, blandengue e inexpresivo. Al uno, le anduvo al reverente unipase desde lejitos firmando la infinita porfía con un circular invertido insulso, en las tablas. Cuando le avisaron que ya estaba bueno. Entonces puso media estocada y la complementó con un golpe de cruceta, saliendo a saludar la agradecida clientela.

Al otro, el sexto, le lanceó acosado en tablas antes de que se lo cambiaran porque no prometía y había que tratar de salvar la tarde del blanqueo, con el espectáculo de Florito incluido (mis respetos). Y salió el de Vázquez también cinqueño y astifino que se portó en los dos primeros tercios peor que su manso reemplazado. Ginés, terco, lo brindó a Curro Vázquez y comenzó a deambular con él por el ruedo a su aire, el del remiso. Derechas y derechas y derechas, caída. Más derechas y luego algunas izquierdas, y después más derechas y derechas al desabrido carialto que las tomaba, salía de ellas y volvía con resignación similar a la de la parroquia. Y el bajonazo punto final de la corrida, aplaudido por la beneficiada grey.

En la parte ecuestre del festejo. Lució, si se puede decir eso de un brocho tan brocho en la primera plaza del mundo. Pero fue bravo y franco, si golpeó las ancas de las cabalgaduras de Diego Ventura, fue porque el excelso jinete lo hizo a propósito en su larguísimo torear a dos pistas. Con la colocación de la ferretería no estuvo tan atinado aunque si emotivo en sus aproximaciones y salidas, teléfonos incluidos. Puso el rejón trasero y contrario con efecto tan tardo que hubo momentos en que la estoica concurrencia dejo ver impaciencia. Cómo sería. Al fin cayó el buen y feo toro, le ovacionaron el arrase y al maestro ni mu.

El cuarto, cornicorto y acapachado (que cosa con las despuntadas cornamentas) también se prestó, aunque menos enjundioso. Jinete y cuadra estuvieron a la altura. Sobre todo, el bayo “Nómada” toreando por su cuenta, sin riendas como una figura, y “Bronce” que levantó ovaciones. El resultado del rejoneo hubiese sido peludo si no es por los tres pinchazos pues el rejón arriba finalmente derribó arrancando las ovaciones para el hispanoluso y el encastado murubeño. En justicia, debe reconocerse que fueron ellos los culpables de que la estival siesta de Las Ventas no fuese total.

FICHA DEL FESTEJO
Madrid. Domingo 26 de mayo 2024. Plaza de Las Ventas. 15ª de San Isidro. Sol. Lleno de no hay billetes. Cuatro toros, de Montalvo y un 6° bis de José Vázquez para lidia de a pie, dispares, blandos, nobles y sosos, y 1° y 4° despuntados para rejones de El Capea, bravo el brocho y encastado el cornicorto

Diego Ventura, silencio y saludo
Cayetano, silencio y silencio tras dos avisos
Ginés Marín, saludo tras aviso y palmas de despedida 

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