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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

sábado, 23 de octubre de 2010

Que la liebre indique la lujuria / Por I. Ruiz Quintano

Famoso toro "Joyerito" de Partido de Resina 
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Que la liebre indique la lujuria 
Dentro de 50 años, nadie hablará del canje en el gobierno de la Hipatia de Gades por la Hipatia de Benidorm

Día 23/10/2010
LOS expertos («un experto es cualquiera que no sea de la ciudad») calculan que la peonza de la Tierra tiene cuerda para sostener mil ochocientos millones de culturas, y que desde el primer hombre sólo han trascurrido unas veinte.
Lo que quiero decir es que, dentro de cincuenta años, la gente no hablará del canje en el gobierno zapateril de la Hipatia de Gades por la Hipatia de Benidorm (ni siquiera de ese Fouché comprado en los chinos que atiende por Rubalcaba), sino del viaje de los toros a Cultura desde Interior. En el nuevo periodismo, sin embargo, sólo se habla del nuevo gobierno. O de la nueva «gobernanza», los más cursis.
Habíamos quedado en que, económicamente, Interior es el ministerio que quita (es el ministerio de las multas), y Cultura, el ministerio que da (es el ministerio de las subvenciones). De ahí el regocijo de las figuras del toreo: con tal de que les bajen el iva, a los toreros no les importa compartir ministerio con los cineros y tampoco que les llamen artistas, que era una cosa que ya les llamaba el gobierno del Frente Popular en los decretos de su Ministerio de Trabajo, Sanidad y Previsión: «...resulta evidente que el arte y el valor de cada profesional es lo que constituye el principal atractivo de la fiesta...» Etcétera.
En España cada vez se clausuran más cines y se inauguran más plazas de toros, pero la prensa, que se queja de falta de lectores, dedica al cine las páginas que quita a los toros. Es lo que tiene la boa cultural del ministerio de Cultura.
Someter la selva al espíritu, nos dice Foxá que es la historia y el destino de la cultura.
—Que en el capitel románico la liebre indique la lujuria, y el pelícano, a Cristo.
Precisamente eso es lo que el diestro Julián López se ha comprometido a ir explicando de Autonomía en Autonomía.
La gente de Cultura baja el iva y compra casas. Ahí está la de Buñuel, en México. La gente de Interior, en cambio, pone multas y sólo excepcionalmente alquila una casa, como aquélla de Colindres, en Cantabria, para instalar el pupilaje de don Segundo Marey.
Cuando Cultura acometa la adquisición de una casa de Morante en Jalisco (la tierra de su amigo Alfredo Ríos «El Conde», torero de gomina y valor al que Morante, que es así de artista, hizo el otro día la gracia de enchufarlo en la corrida de los gracilianos en Madrid), los taurinos más recalcitrantes saldrán al cuatro pies tendido de Interior. También saldrán en los papeles como Espartaco, mucho, pero por lidiar con toros, no con abogados.
Y me queda la duda de qué hará Cultura con ese Hospital Militar de Córdoba, donde muriera Paquirri, hoy convertido, por el birlibirloque del patrimonio sindical (?) y demás vericuetos del movimiento (progresista), en Casa de la Ugeté.

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