..el crecimiento en número de los animalistas significa que cada vez a hay más gente, en el mundo desarrollado, con trastornos mentales muy serios, pues en realidad el animalista radical es un trastornado mental.
El preocupante movimiento animalista
Rafael Comino Delgado
Catedrático de la Universidad de Cádiz
El movimiento animalista continúa extendiéndose en todo el mundo y especialmente en España, lo cual es lógico pues representa un negocio multimillonario-para algunos el más lucrativo- y ya se sabe que con dinero se puede hacer mucha publicidad engañosa y, sobre todo, se pueden comprar muchas voluntades políticas con pocos escrúpulos. En nuestro país, afortunadamente, aún no tiene representación parlamentaria, pero todo llegará.
En cualquier caso, sin duda, es un problema preocupante, básicamente por dos razones:
a) De llevarse a cabo el programa de los animalistas, ello sería una catástrofe mundial de proporciones inimaginables. Las conocidas hasta hoy por la humanidad serían una broma comparadas con lo que proponen los animalistas.
Nos parece lógico que debamos respetar a los animales irracionales, aunque ese respeto ha de ser diferente de unos a otros; no podemos respetar lo mismo a un perro, a un caballo, a una vaca, que a una serpiente o una garrapata que trasmite enfermedades. Pero es que los animalistas piden derechos humanos para todos los animales irracionales, lo cual es imposible, porque para tener derechos hay que tener deberes, y los irracionales no pueden tenerlos, ni nunca podrán, por tanto, tampoco derechos, y menos iguales a los humanos. No conformes con eso en muchos casos piden colocarles por encima de los humanos.
Pretenden no utilizar absolutamente nada de los animales (piel, carne, leche, huevos, prohibir la caza y la pesca, no utilizarles como distracción-ellos tienen bula para utilizar las mascotas- ni para el trabajo, no combatir las plagas), con lo cual la humanidad tendría que cambiar toda su forma de vida desde que está sobre la tierra.
Obviamente lo primero que desaparecería sería el toro de lidia, y por ende el toreo. Sin embargo, he de decir que ello no me preocupa lo más mínimo porque, incluso si un día mandara en España don Pablo Iglesias, jamás lo permita Dios, no sería capaz de prohibir las corridas de toros. Si pondría todo tipo de obstáculos, pero dichos obstáculos se arreglan con billetes de los grandes, con los que luego se puede comprar desde un gran coche hasta un gran chalet.
Tampoco me preocupa en exceso su filosofía, el programa animalista, caso de que pudieran mandar, aun siendo el más grande disparate conocido. Es más, me preocupa poco, porque tengo el convencimiento de que eso no llegará nunca; antes, las personas normales se rebelarían contra ellos y les correrían a gorrazos.
b) La segunda razón preocupante me parece más seria, y es que el crecimiento en número de los animalistas significa que cada vez a hay más gente, en el mundo desarrollado, con trastornos mentales muy serios, pues en realidad el animalista radical es un trastornado mental. Tengo amplia bibliografía científica, a disposición de quien la quiera ver, en la que se demuestra que sufren más trastornos mentales que el resto de la población. Naturalmente la sanidad tiene que atenderles psiquiátricamente, lo cual cuesta mucho dinero que hemos de pagar todos los ciudadanos.
Por una parte, su trastorno mental acabará por inutilizarles para el trabajo, y por otra tenemos que pagar su tratamiento y manutención. Ya el coste de la sanidad es muy elevado debido a grandes problemas como el cáncer, la obesidad, cada vez más frecuentes, etc, y ahora se le añade el más importante, el trastorno mental animalista. Por ello decía que del animalismo lo que de verdad me preocupa es que cada vez hay más “zumbados”.
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