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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

domingo, 18 de agosto de 2019

Valdepeñas, 24 horas entre vino, arte y migas


El yacimiento ibérico del Cerro de las Cabezas, en Valdepeñas (Ciudad Real). ANDRÉS CAMPOS

Bodegas y tiendas enológicas, yacimientos arqueológicos y espléndidos museos, como el de la Fundación Gregorio Prieto. Una ruta por la localidad vitivinícola al sureste de Ciudad Real


Valdepeñas, 24 horas entre vino, arte y migas

El País.com, Julio/2019
Valdepeñas ha sido, desde siempre, sinónimo de vino. Pero bajo el suelo de este municipio manchego de 30.000 habitantes hay mucho más que bodegas. Hay antiguos volcanes que originan aguas termales. Y sobre el suelo, mucho más que vides. Hay ruinas de una ciudad ibérica y también los miles de obras de Gregorio Prieto (1897-1992), un artista muy atrevido para la España de hace un siglo, que gustaba de la iconografía homoerótica y pintó el retrato más conocido de su querido Federico García Lorca.

9.30 El origen ibérico

A 10 kilómetros al sur de Valdepeñas, pegados a la autovía A-4, se encuentran los restos del oppidum ibérico del Cerro de las Cabezas (1), ciudad donde vivían unos 4.000 individuos y donde se piensa que ya se hacía vino, a juzgar por unas pepitas de uva halladas dentro de unas orcae (orzas). Solo se ha excavado el 10%, pero hay un centro de interpretación modélico. También se encuentran restos del poblado en el Museo Municipal de Valdepeñas (2) (926 32 48 15), donde además se muestran las obras ganadoras de la Exposición Internacional de Artes Plásticas, certamen anual que ha dado lugar a una colección notable.

Con un fondo de 5.000 obras y una magnífica bodega, el Museo de la Fundación Gregorio Prieto ofrece una retrospectiva del artista valdepeñero, amigo de García Lorca. ANDRÉS CAMPOS

11.00 Un pintor y sus amigos

Para colección de arte curiosa, las más de 5.000 obras que atesora el Museo de la Fundación Gregorio Prieto (3) en una céntrica casa señorial con patio de columnas y bodega. Aunque la mayoría son del valdepeñero, también las hay de Picasso, Chirico, Matisse, Chagall o Bacon. Especial atención merece la sección dedicada a Lorca, que incluye los conocidos retratos que le hizo Prieto y la colección de dibujos más importante que existe del propio poeta. Otra pasión del pintor —que nació y murió en Valdepeñas, aunque se trasladó a Madrid a los siete años—, además del arte y las amistades interesantes (Alberti, Aleixandre, Altolaguirre, Zambrano, Cernuda…), fue recuperar molinos. Suyo fue el molino de Gregorio Prieto (4), que es uno de los más grandes del mundo y cuyo corpachón de 30 metros de circunferencia aloja un simpático museo etnográfico. Para verlo hay que llamar a la Asociación de Folclore Raigambre (629 66 83 25).

12.00 Ruta de las Esculturas

Y aún hay más arte en Valdepeñas: las 23 obras al aire libre repartidas por la localidad de Gustavo Torner, Venancio Blanco, José Herreros y otros siete artistas, que forman la ruta de las Esculturas (5). El folleto se puede descargar en la web culturavaldepenas.blogspot.com. La escultura que tendremos que imaginarnos, más que verla, es el gigantesco Ángel de la paz, de Juan de Ávalos (el mismo del Valle de los Caídos), porque la destruyó una bomba de los GRAPO en 1976 y solo queda su estructura metálica de 15 metros de altura en la cima del cerro de las Aguzaderas (6), al norte de la población. Aparte de este extraño esqueleto con alas, hay una vista óptima de la ciudad, rodeada de llanos viñedos hasta donde alcanza la mirada. Muchos paseantes y runners suben aquí.

FOTO: COVA FERNÁNDEZ

14.00 Árboles, mesas y baños

El paraje de El Peral, a nueve kilómetros al noreste de Valdepeñas, cuenta con una hermosa arboleda de plátanos y álamos, un merendero y dos restaurantes: Ramón (7), especializado en platos típicos como el atún en escabeche, el pisto, las gachas o el asadillo, y El Tigre (8) (926 32 50 00). Además, aquí hay una antigua casa de baños, de 1852, que aprovechaba las aguas de un hervidero o manantial termal de origen volcánico. Tenía tres piscinas: una para hombres, otra para mujeres y otra para madres con niños. Desde 2018 es un Museo del Agua que abre de abril a octubre, debiendo concertarse la visita en la oficina de turismo de Valdepeñas (902 31 00 11).

17.00 La Bodega de las Estrellas

De las ocho bodegas visitables que hay en Valdepeñas, la más singular es Dionisos (9). Es más conocida como La Bodega de las Estrellas, no porque la frecuenten famosos, sino porque elaboran vinos ecológicos (la mayoría en tinajas tradicionales de barro), teniendo en cuenta en todos los momentos, desde la poda hasta los trasiegos, las fases lunares y la posición de los astros. Hacen 12 astrowines, vinos ad hoc para los Aries, para los Leo, para los Virgo y para el resto de la pandilla zodiacal. Córcovo (10) es una bodega familiar, con vinos de calidad y una impresionante cueva de barricas excavada en la roca. Para hacer catas y adquirir joyas enológicas iremos a la vinoteca 11 Ánforas (11).

19.00 Una vendimia de 1959

Sin vino, Valdepeñas no sería Valdepeñas. Y Madrid, sin vino de Valdepeñas, tampoco sería Madrid: la puerta de Alcalá se construyó gracias a un impuesto especial que gravaba el consumo (importante desde mediados del siglo XVI) de estos caldos en la villa y corte. Estas y otras curiosidades se cuentan en el Museo del Vino (12) (abre de martes a domingo; entrada, 3 euros), antigua bodega de Leocadio Morales, de 1901, donde la tarde se nos hará noche paseando por la monumental nave de tinajas y contemplando las fotos que el estadounidense Harry Gordon tomó en esta tierra durante la vendimia de 1959.

Parroquia de la Asunción, en Valdepeñas. J. MALDONADO AGE

21.00 La gastroplaza

Acabamos en el corazón de Valdepeñas, la plaza de España, que también es su garganta y su estómago, pues los soportales están llenos de bares y restaurantes: Penalty (13) (926 32 15 15), San Antonio (14) (676 28 38 95), Pepe’s (15) (926 31 01 09), Dick (16) (926 11 90 64), Venta del Comendador (17)… Bares y restaurantes donde a medianoche el personal sigue zampando gachas y morcillejas como si los relojes se hubieran parado a la hora de la comida. Si más que de hambre nos caemos de cansancio, un buen lugar para pernoctar es el hotel Veracruz Plaza (18) (habitación doble desde 65 euros), un cuatro estrellas con spa a solo cinco minutos (unos 300 metros) a pie desde la plaza.

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