Por primera vez concurre a las elecciones con notables posibilidades de éxito un partido que defiende, con firmeza y convicción, lo que para un católico debe ser innegociable en la participación política. Y lo hace abriendo debates que para todos los demás partidos estaban "superados".
Hay que rezar como si todo dependiera de Dios y actuar como si todo dependiera de nosotros, decía San Agustín, y una magnífica ocasión para actuar se nos presenta en las elecciones generales que tendrán lugar el domingo en España, y que condicionarán el futuro de nuestra nación.
En España hay hoy muchas cuestiones en juego que afectan directamente a lo que Benedicto XVI llamaba "principios no negociables", esos que, además de nuestra fe y nuestra visión del ser humano, hacen referencia directa a la defensa de la vida y de la familia, la garantía de la libertad de los padres para elegir la educación de sus hijos y del bien común como principio inspirador de la vida política.
Por primera vez concurre a las elecciones con notables posibilidades de éxito un partido que defiende, con firmeza y convicción, lo que para un católico debe ser innegociable en la participación política. Y lo hace abriendo debates que para todos los demás partidos estaban "superados".
Dios quiera que se cumplan los mejores pronósticos, porque es mucho lo que nos jugamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario