El secretario de Estado de Defensa ordena quitar de los cuarteles los nombres de nueve laureados, entre ellos el del General Moscardó, jefe de la heróica defensa del Alcázar de Toledo, así como de cualquier símbolo, y vestigio alojado en el histórico edificio.
Si algo no entra en el hábito de los militares es la mentira. Un militar mentiroso no es un militar. Y si la mentira, además, se viste de manipulación, sesgo y majadería, se llega a la conclusión de que no viene de la decencia uniformada, sino de la falta de respeto a la verdad de nuestros actuales gobernantes.
La superiora pasando revista a la tropa
Constantino y la cuadrilla
(Archivo del Blog)
Pero lo que pretende el tonto que tiene por ahí suelto la ministra Chacón , además de una villanía histórica -o mejor, contrahistórica-, es una soberana imbecilidad. Este Gobierno no sabe qué hacer para reescribir un pasado inmutable.
El asedio al Alcázar de Toledo, donde un grupo de soldados valientes del Ejército Nacional, resistió durante más de setenta días a las fuerzas republicanas infinitamente más poderosas, está no sólo en la Historia de España, sino en la de los grandes hechos militares de todo el mundo.
Eliminar del Alcázar la Historia del Alcázar sólo se le ocurre a un ceporro sesgado y mentiroso. Es de esperar que sea un ceporro y no una ceporrra, dado que el titular actual de la cartera de Defensa es una mujer.
Lo dice César Vidal: «Los héroes no se discuten». Son de todos. Setenta años más tarde, aquel heroísmo no puede herir a nadie. Sólo a los mentirosos y los manipuladores. A los cretinos, a los rencorosos. Apenas quedan protagonistas vivos de la victoria en la Guerra Civil. Lo mismo que derrotados. Los hijos de los que ganaron han renunciado hace mucho a seguir ganando.. Pero muchos descendientes de los que perdieron -en gran parte, por su culpa-, quieren ganar una Guerra con setenta años de retraso. Una necedad y un despropósito.
Eliminar del Museo del Ejército del Alcázar los vestigios y muestras de aquel episodio heroico es una prueba de resentimiento impotente. Lo que se suponía fácil lo convirtieron en imposible unos héroes. Respétenlos y no mientan..
Si la ministra no rectifica el plan del ceporro, lo siento señora ministra, pero la ceporra será usted.
El Alcázar de la Paz en la España reconstruida
(Archivo el blog)
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