...”Vivan los toros y Viva España”...
Y viva el pueblo español, tan digno y siempre gobernado por los políticos más incompetentes de occidente."
La encuesta
Por Domingo Delgado de la Cámara
Al socaire de la polémica sobre la prohibición de los toros en Cataluña, una cadena de Televisión, la Sexta, ha encargado una encuesta que se ha realizado en toda España. Se preguntaba si se era partidario de la prohibición de la Fiesta. Y si se era o no aficionado a los toros. Los datos extraídos son de un gran interés.
La verdad es que yo no me fío de las encuestas, pues es muy fácil manipularlas. Y suelen ser el pretexto para imponer ciertos criterios a la sociedad, con la excusa de la voluntad popular. Pero si esta encuesta merece mi interés es porque está hecha por el “enemigo”.
Es obvio el progresismo de la Sexta, y es evidente, por tanto, su posicionamiento al respecto. En otras palabras, la intención oculta de la encuesta era dar fuerza a los abolicionistas no solo en Cataluña, sino en el conjunto de España. Pero hete aquí que el resultado ha estado muy lejos de los intereses de los promotores.
Con independencia de si gustan de los toros o no, el 68,6% de los encuestados es contrario a la prohibición. En frente, un 27,6% opta por la abolición. Hay un residual, 3,8%, de indiferentes. ¿Qué quiere decir? Fundamentalmente dos cosas. La primera es que el español medio es de talante liberal y aborrece las prohibiciones. También está mal vista la intromisión de los poderes públicos en la vida del ciudadano.
Con independencia de si gustan de los toros o no, el 68,6% de los encuestados es contrario a la prohibición. En frente, un 27,6% opta por la abolición. Hay un residual, 3,8%, de indiferentes. ¿Qué quiere decir? Fundamentalmente dos cosas. La primera es que el español medio es de talante liberal y aborrece las prohibiciones. También está mal vista la intromisión de los poderes públicos en la vida del ciudadano.
En segundo lugar, es evidente que el español medio no tiene el menor complejo por sentirse español y por identificarse con los símbolos culturales de lo español. Por tanto, los sucesos de Cataluña han generado un único comentario en la calle: Es un ataque a España y lo español. Muy pocos han mordido el anzuelo del debate animalista. Era obvio que el debate era otro.
Una vez más se ha puesto de manifiesto el abismo que separa a los políticos de la sociedad real. No hay en la sociedad ningún problema con respecto a los toros. Es un debate promovido por los políticos y sus medios para satisfacer sus muy mezquinos intereses.
Ante la pregunta de si son aficionados a los toros, un 34,5% de los encuestados dicen ser aficionados. Me parece un porcentaje espectacular porque, mientras que decirte aficionado al deporte o la música lo único que conlleva son plácemes y palmaditas en el hombro, confesar afición a los toros puede acarrearte en ciertos ambientes toda clase de desprecios y vituperios. El enemigo se muestra intolerante y cuenta con el respaldo de lo políticamente correcto. Por eso decirse aficionado es un riesgo, y quien lo reconoce abiertamente es que realmente lo es. Aquí no se juega de boquilla.
Por otro lado, es una cifra altísima de aficionados teniendo en cuenta que la fiesta de los toros sobrevive sin protección alguna. Llevamos cincuenta años en los que los mass media han publicitado el deporte hasta la nausea. También se han publicitado toda clase de divertimentos venidos del extranjero. Mientras tanto la fiesta durante todos estos años, ha permanecido a la intemperie, sin promoción ninguna y gravada con los más altos impuestos. Que en estas circunstancias uno de cada tres españoles se diga aficionado, es un milagro. Y ya hemos visto que hay un 47,9% de los españoles no son aficionados, pero por su talante liberal, están en contra de la prohibición.
Y yo pregunto: Si el 70% de los españoles son contrarios a la prohibición, ¿por qué se da tanto apoyo desde el poder y en algunos medios de comunicación a los abolicionistas, que son una clara minoría? Una vez más la democracia se pervierte apoyando a opciones claramente minoritarias e intolerantes, que reciben subvenciones y gabelas de todo tipo. Es intolerable, también, que desde el poder y desde ciertos medios de comunicación se diga a la ciudadanía lo que está bien y lo que está mal. Eso es dirigismo y el dirigismo es incompatible con la auténtica democracia.
Por otro lado, una afición que atañe a la tercera parte de la población, debería tener su sitio en todos los canales de televisión, todas las radios, todos los periódicos... Cualquier deporte muy minoritario tiene mayor respaldo en los medios que los toros, aunque interese a cuatro gatos mal contados. Otra vez estamos con el maldito dirigismo, lavando el coco a la gente e intentando orientarla hacia donde no quiere ir. Los toros deberían tener una cobertura digna en todos los medios. Es inaudito que una feria como la de San Isidro o la de San Fermín que concitan diariamente a miles de personas, tenga menor cobertura informativa que el más mísero torneo de voleyball playa. En vez de dar cobertura a lo espontáneamente interesa, se da cobertura a lo que impone la corrección política, auténtica tiranía de nuestro tiempo.
Y ahora, haciendo uso de mi libertad, me voy a fumar un puro, cosa que también indigna a los políticos y precisamente por ello lo hago. Y para rizar más el rizo de la indignación, alzo mi copa y grito: ”Vivan los toros y Viva España”... Y viva el pueblo español, tan digno y siempre gobernado por los políticos más incompetentes de occidente.
Una vez más se ha puesto de manifiesto el abismo que separa a los políticos de la sociedad real. No hay en la sociedad ningún problema con respecto a los toros. Es un debate promovido por los políticos y sus medios para satisfacer sus muy mezquinos intereses.
Ante la pregunta de si son aficionados a los toros, un 34,5% de los encuestados dicen ser aficionados. Me parece un porcentaje espectacular porque, mientras que decirte aficionado al deporte o la música lo único que conlleva son plácemes y palmaditas en el hombro, confesar afición a los toros puede acarrearte en ciertos ambientes toda clase de desprecios y vituperios. El enemigo se muestra intolerante y cuenta con el respaldo de lo políticamente correcto. Por eso decirse aficionado es un riesgo, y quien lo reconoce abiertamente es que realmente lo es. Aquí no se juega de boquilla.
Por otro lado, es una cifra altísima de aficionados teniendo en cuenta que la fiesta de los toros sobrevive sin protección alguna. Llevamos cincuenta años en los que los mass media han publicitado el deporte hasta la nausea. También se han publicitado toda clase de divertimentos venidos del extranjero. Mientras tanto la fiesta durante todos estos años, ha permanecido a la intemperie, sin promoción ninguna y gravada con los más altos impuestos. Que en estas circunstancias uno de cada tres españoles se diga aficionado, es un milagro. Y ya hemos visto que hay un 47,9% de los españoles no son aficionados, pero por su talante liberal, están en contra de la prohibición.
Y yo pregunto: Si el 70% de los españoles son contrarios a la prohibición, ¿por qué se da tanto apoyo desde el poder y en algunos medios de comunicación a los abolicionistas, que son una clara minoría? Una vez más la democracia se pervierte apoyando a opciones claramente minoritarias e intolerantes, que reciben subvenciones y gabelas de todo tipo. Es intolerable, también, que desde el poder y desde ciertos medios de comunicación se diga a la ciudadanía lo que está bien y lo que está mal. Eso es dirigismo y el dirigismo es incompatible con la auténtica democracia.
Por otro lado, una afición que atañe a la tercera parte de la población, debería tener su sitio en todos los canales de televisión, todas las radios, todos los periódicos... Cualquier deporte muy minoritario tiene mayor respaldo en los medios que los toros, aunque interese a cuatro gatos mal contados. Otra vez estamos con el maldito dirigismo, lavando el coco a la gente e intentando orientarla hacia donde no quiere ir. Los toros deberían tener una cobertura digna en todos los medios. Es inaudito que una feria como la de San Isidro o la de San Fermín que concitan diariamente a miles de personas, tenga menor cobertura informativa que el más mísero torneo de voleyball playa. En vez de dar cobertura a lo espontáneamente interesa, se da cobertura a lo que impone la corrección política, auténtica tiranía de nuestro tiempo.
Y ahora, haciendo uso de mi libertad, me voy a fumar un puro, cosa que también indigna a los políticos y precisamente por ello lo hago. Y para rizar más el rizo de la indignación, alzo mi copa y grito: ”Vivan los toros y Viva España”... Y viva el pueblo español, tan digno y siempre gobernado por los políticos más incompetentes de occidente.
Fuente: Web De toros en libertad
TODO MENTIRA: ASESINOS !!!
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