OREJEROS
Por Ignacio Ruiz Quintano
Sábado 2 de Enero de 2010
A Amorós le dijo Lalanda que para ser buen aficionado hay que ser orejero, es decir, persona de mucho escuchar.
Pero Carmen Rigalt dice que ella es antitaurina de día y taurina de noche, cuando oye a Molés, que es ese tío que, cuando la noticia se resiste, llama a Víctor Puerto, siempre presto:
-Perdona, Manolo, es que me pillas en el coche. Aguarda a que me eche a una cuneta con cobertura y te llamo.
En el periodismo las tías ya no escriben como Josefina Carabias, y además son antitaurinas por la tremenda, como Ruth Toledano o Carmen Rigalt, para quien los taurinos son como los providas (?) y los skins -en el rato que le quede libre de leer a su marido, va a tener que leer lo que sobre las analogías tiene escrito Steiner-, que enteponen, dice ella, la cerrazón al argumento, lo cual tiene la misma gracia -de lógica no vamos a hablar, porque es señora y no me he traído el Ferrater Mora- que decir que los antitaurinos son como los narcos o los tonton macoutes, que anteponen el argumento a la cerrazón. Total, ¿a quién le importa nada?
Ignacio Ruiz Quintano
Fuente: Blog Salmonetes ya no nos quedan
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