Parlamentarios aplauden la prohibición de la Fiesta
en el foco de corrupción de Cataluña
Cataluña Taurina; políticos volubles…
José Mª Moreno Bermejo
Bibliófilo Taurino NIF: 39623946Y
Bibliófilo Taurino NIF: 39623946Y
Ha llegado el momento de la verdad; oteábamos su llegada, más no sentimos nunca su frío aliento en nuestra nuca. Cataluña pretende abolir la Fiesta Nacional por el medio más ruin de los que abusan los malos políticos: prohibición. No lo conseguirán; son buenos los triunfos que los taurinos tenemos en nuestras manos, y dos de ellos ases: El Tribunal Constitucional y la declaración de la Tauromaquia como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.El primero sentenciará la prohibición como injusta; lo segundo se está consiguiendo con el trabajo de unos esforzados aficionados, que culminará en la declaración deseada dentro de pocos meses, y con ello nuestra Fiesta estará blindada a los ataques de los prohibicionistas.
La labor de socavar nuestra Fiesta en Cataluña le cupo en gracia iniciarla al honorable responsable de la ruina de la Banca Catalana. Creo que es un hombre listo, pero lo de honorable lo indico con minúsculas, por eso de respetar a los catalanes que lo votaron. Con él,la Fiesta fue deslizándose hacía un vacío sin esperanzas. El propietario de la plaza Monumental de Barcelona, acobardado, cedió a las amenazas políticas y despreció, con el mismo entusiasmo que su padre cuidara con esmero, a nuestra Fiesta. Sus cines seguirán proyectando películas de violencia, sexo y degradación que verán los catalanes que lo deseen, pero los Toros tendrán que ir a verlos a Andorra…
Durante el año 2000, se celebraron en Cataluña 36 corridas de toros, 23 en Barcelona, 8 en Gerona y 5 en Tarragona; en el 2001, 37 (24 en B., 8 en G. y 5 en T); 45 en 2002 (26, 12, y 7); 48 en 2003 (22, 19 y 7); 49 en 2004 (23, 16 y 10); 30 en 2005 (23, 1 y 6); 23 en 2006, sólo en Barcelona; Gerona y Tarragona, cero. A los empresarios de la plaza de Tarragona se les exigieron en 2006 obras de acondicionamiento del coso, desmesuradas y onerosas, y como el objetivo era hacerles la vida imposible, les obligaron a cerrarla dadas sus exigencias normativas. Sigue bajando el número de festejos en Barcelona durante los años siguientes, 17, 16…
La semilla anti taurina que comenzara D. Jorge Pujol prohibiendo la entrada a las plazas catalanas a los menores de 14 años, que siguiera con la prohibición de abrir nuevos cosos y de celebrar festejos en plazas portátiles; que enfangaran con la decisión del alcalde Sr. Clos de declarar ciudad no taurina a Barcelona, ha culminado con el aburrimiento de empresarios y aficionados, que poco a poco han ido abdicando de programar festejos en sus plazas los unos, y de sus deseos de asistir a los espectáculos taurinos los otros. Durante la década de los 60, se dieron en Barcelona casi 100 corridas más que en Madrid, 405/313 (La Peña ElPuyazo. Madrid y los toros. 50 años). ¡Cosas veredes, amigo Sancho!
Cuando el republicano José Bargalló era Consejero Jefe de la Generalidad catalana, 2005, participó en la edición de un libro de la colección: “Cultura y tradiciones catalanas”, titulado: “Bous, toros y Braus, una Tauromaquia Catalana”, del que es autor, Antonio González, y el “Cap” escribió en el prólogo lo siguiente: Ser taurófilo en Cataluña es un derecho inalienable que no debe generar maleficencias ni sospechas ni provocar discriminaciones, ni políticas ni sociales. ¿Qué ha cambiado en estos pocos años? Sólo el rédito político de la medida prohibicionista; el supuesto rédito político, porque prohibir será siempre prohibir, lo que no gusta nada a demasiadas personas.
Las Comunidades Autónomas tienen cedida por el Estado la reglamentación sobre los festejos taurinos, pero no la facultad para prohibirlos. Es pues muy posible que el Tribunal Constitucional declare anticonstitucional la ley que por iniciativa popular culminó con la prohibición de los toros en Cataluña. Por otro lado, las CC.AA tienen un camino fácil par blindarla Fiesta Nacional declarándola Patrimonio Cultural Inmaterial en cada una de ellas, y solicitando al Estado que proponga a la UNESCO que sea elevada al rango de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, de acuerdo a los protocolos firmados por todos los países adheridos a dicho organismo internacional; España entre ellos.
La Fiesta Nacional es un festejo legítimo. De acuerdo con Max Weber, la legitimidad se afirma por uno de estos conceptos: tradicional, racional o carismática. No cabe duda de la tradición de nuestra Fiesta; la racionalidad con la que ésta ha ido evolucionando a lo largo de los tiempos, convirtiéndola en Arte a partir de 1740, como señala Ortega y Gasset; carismática, pues sus actores, incluido el toro, son elevados al rango de oficiantes de un rito de vida y muerte que emociona, y que enaltece las virtudes del hombre.
Y repetimos lo de Fiesta Nacional apoyándonos en una acertadísima definición que de ella hizo un eximio catalán, Eugenio D´ors, quién en su artículo: Estética y Tauromaquia(Diario Arriba, suplemento del 6/VI/1943), se explicó así: “… lo de ser nacional, quiere decir, hija de la íntima fuente, popular y espontánea de un grupo humano, que encuentra ahí la expresión inconfundible de su “carácter”; cual si la asistencia de aquella y su estilo fuesen dictados por la misma naturaleza; no la naturaleza en general, esta vez; sino la diferencial, la que da al grupo en cuestión una histórica solidaridad de casta.”
En esto, como en todo lo que acontece en los aciagos tiempos que vivimos, los políticos no profundizan: prohíben; preguntan acaso si hay conciertos en La Monumental, dando la impresión de que desean rebajar más aún el poco crédito que sus opiniones nos merecen a los ciudadanos queriendo hacerse los graciosos. Deprimente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario