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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

lunes, 5 de agosto de 2019

Nuestro homenaje a las victimas del terrorismo


España debe a las víctimas del terrorismo el agradecimiento más profundo, el reconocimiento más sincero y el respeto más leal. También se lo merecen aquellos miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado que, aun salvando su vida, se la jugaron con total entrega personal y sacrificio familiar en la lucha contra las bandas de asesinos enemigos de la patria, erigiéndose como máximo exponente en el desempeño profesional la ejemplaridad histórica del Subcomisario, Don Antonio González Pacheco.

El objetivo del terrorismo de Eta ha sido siempre dividir
 y destruir nuestra Nación.

Fundación Villacisneros
A lo largo de casi medio siglo, Eta ha asesinado a 864 personas y ha herido a 7.000  en los más de 3.500 atentados que ha cometido. 

El terrorismo de Eta ha condicionado la vida y la libertad de los vascos no separatistas a los que ha pretendido someter.

El terrorismo de Eta ha provocado un sufrimiento inmenso a las víctimas, sus familias y a los millones de españoles que se han sentido concernidos por los ataques contra España.

La mayor tragedia de nuestra historia reciente ha sido la existencia de Eta, su ataque frontal a la Nación, la democracia y la libertad; 

España debe a las víctimas del terrorismo el agradecimiento más profundo, el reconocimiento más sincero y el respeto más leal. 

La única forma de derrotar moralmente al terrorismo de Eta es honrar a sus víctimas como se merecen, garantizarles su derecho a la justicia y no permitir que se oculte el enorme simbolismo que encierra su sacrificio. 

Las víctimas del terrorismo son héroes de España que han entregado su vida por todos nosotros. 

El valor de las víctimas del terrorismo nos dignifica a todos. Su ejemplo nos debe guiar para construir una sociedad en la que nadie pueda, jamás, apoyar o justificar a los criminales y  su odio.

Todos los españoles debemos involucrarnos en lograr el objetivo de vivir en una sociedad decente en la que no quede espacio para el fanatismo excluyente.

La verdadera derrota del terrorismo de Eta que debemos conseguir es no permitir que el mal, el odio y la mentira se apoderen de los espacios públicos.

Estamos obligados a consolidar la España digna y libre que nos merecemos después de tantos años de sufrimiento. La España a la que no podemos renunciar.


ETA no ha muerto: Ha cambiado de camisa como la serpiente que “luce” en su repugnante símbolo.

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