Morante que abría el cartel se ha llevado dos broncas de órdago, de las de antes, de las de toda la vida pero, en honor a la verdad, no cabía otra opción. Su primero era un burro medio muerto que no tenía un pase y, su segundo, parecía hijo de Chapote, o sea, un criminal en toda regla. Lo peor de Morante no ha sido otra cosa que se ha aliviado mucho con la espada en la que, en ambos toros ha dado un auténtico mitin. Podríamos culpar a Morante haber pedido estos toros pero, el pasado año, un ejemplar de esta ganadería propició que Morante hiciera una de las faenas del año.
Emilio de Justo ha estado sublime en ambos toros pero, donde en verdad se ha jugado la vida ha sido en su primero puesto que, como dije, la casta que derramaba el animal era para asustar a cualquiera y, para colmo, el diestro ha tenido que luchar contra el viento, otro cruel enemigo de los toreros. Vaya forma tan gallarda de jugarse la vida, un toro y un torero de otro tiempo, no se puede calificar de otro modo. Son esos bicornes que, por su casta, calan en el tendido de una forma apasionada. Para colmo, dicho ejemplar tenia enfrente a un torero singular y único en su género.
Si Madrid pretendía vibrar lo ha conseguido por completo con este diestro admirable que, tras haber pasado un duro calvario el pasado año ha vuelto por sus fueros. En su segundo, un toro bravo que repetía con fuerza, más dócil que el anterior pero que había que mandarle y poderle, Emilio ha estado torerísimo, como suele ser siempre habitual en él. Faena aclamada en sus pasajes que, por ambas manos ha estremecido al público de Madrid. Una gran estocada que cayó un tanto baja no ha sido impedimento para que el diestro cortara dos orejas con clamor que, en honor a la verdad, yo le hubiera dado una pero, por otro lado, pese a su fallo con el acero en su primero, la faena era de oreja con enorme fuerza, digamos que el presidente ha querido compensar al diestro, no es una acción muy ortodoxa pero, amigos, lo de Emilio de Justo está por encima de todo tipo de estocadas.
Cerraba el cartel Tomás Rufo que, como siempre le caen en sus manos los lotes más nobles puesto que, su primera era una hermanita de la caridad por su bondad sin límites; a su vez, sin la trasmisión de los toros antes citados. Rufo ha estado animoso, con pasajes de mucha calidad al natural pero, la faena ha tenido muchos altibajos, pero sí hay una cosa muy cierto con este hombre que, cuando hay que matar un toro lo hace a la perfección, por eso le han dado la oreja puesto que un solo pinchazo previo no hubiera tenido ni la vuelta al ruedo. Una oreja con protestas pero, insisto, por la estocada, oreja muy justa.
En su segundo, sin ser un mal toro, tenía muchas complicaciones que, por supuesto, Rufo no ha sabido resolver. Muchos mantazos pero sin decir nada. El animal le ha desbordado porque este diestro lleva siempre en la cabeza la misma faena para toros los toros y eso es un imposible. Rufo, en el transcurso de la lidia, debería de haber tomado nota de Emilio de Justo en lo que ha sido la lidia del segundo de la tarde y de tal forma haber aprendido a superar las dificultades de un toro.
Puerta grande para un torero cabal, honesto y dueño de una torería sin límites. Insisto que, en su primero la oreja podía haber sido de auténtica ley, le han dado el doble premio en su segundo y todo ha quedado compensado. Pero el que quiera que le imite, ahí están los toros y la plaza de Madrid. Nada más que su lucha contra el viento ha sido una de su valores más emblemáticos.
Don Pla,desde hoy cuenta vd con un fiel lector menos,,cosa me imagino que nada importante para Vd. pero sí para mi.Hasta siempre.
ResponderEliminarIndecente corrida de Garcigrande que atenta contra el prestigio de esta plaza. Como indecente ha sido la labor del Presidente. En cuanto a toreo se refiere, ha brillado por su ausencia y sin embargo, salida a hombros de Emilio de Justo y orejita sin ningún peso para Tomás Rufo. Si esta es la Fiesta que nos espera, que paren el tren que yo me bajo. Si cae Madrid solo nos queda la nada más absoluta. Tristeza.
ResponderEliminarPablo Galán Espadas.