Ha tomado la alternativa uno de los novilleros triunfadores de la pasada temporada, todo un gesto por su parte por doctorarse en Madrid pero, en una tarde tan especial para el chico, lo que él no sospechaba es que posiblemente sea la última que torre en toda su vida; no por demérito del chaval, pero sí por las condiciones actuales del mundo de la tauromaquia en la actualidad. Alarcón ha estado correctísimo en el toro de su alternativa, incluso ha toreado muy bien por ambas manos pero, el animal no trasmitía nada; era una bondad empalagosa que no caló jamás en el tendido. Tras matarlo nadie dijo nada. En su segundo, con menos calidad que el primero ha estado voluntarioso pero, ya se sabe que, en el toreo de voluntad no se vive.
Como decía, aquello de la «gesta» de El Juli en Madrid ante los Santa Coloma de La Quinta no ha colado. Si de técnica hablamos, El Juli es un auténtico prodigio pero en su primero que andaba, venía, pasaba pero no decía nada, el diestro ha estado correcto y lidiador pero, sin el menor atisbo de emoción. Eso sí, los palabreros de la televisión lo han ensalzado a los altares, incluso han dicho que en su primer toro podía haber cortado la oreja. Lo realmente cierto es que tras un pinchazo y descabello, algunas palmas pero, todo teñido por un silencio sepulcral. Su segundo ha sido más molesto, tenía menos fuerza, sin ninguna mala intención pero, como toda la corrida, nula trasmisión. ¿Qué es una corrida de toros sin la bravura y casta del animal bicorne? Eso, la parodia que hemos vivido en el día de hoy.
El montaje escénico de Roca Rey no ha valido hoy para Madrid. Nadie le negará su voluntad, su forma de agradar al precio que fuere. Nada se ha dejado en el tintero, tanto en el primero como en el último de su lote pero, ¿existe un torero más insulso en el escalafón si no tiene la vibración del toro? El peruano se trabaja el papel a la perfección y, esos mismos toros de hoy en Madrid, los lidian en Algeciras y les corta tres orejas sin ninguna duda. El problema es que estábamos en Madrid y, en Las Ventas, las milongas no cuelan. Cabizbajo se ha marchado Roca Rey pero él sabía a los toros que se iba a enfrentar. Lo que nadie sospechábamos era que la corrida tan «temida», al final ha resultado un encierro de animalitos santificados que, por supuesto, Madrid no ha aceptado de ninguna manera. No hay habido broncas, es cierto, pero sospecho que la indiferencia de las gentes para con los toreros ha sido peor castigo, más brutal que si broncas hablásemos. Eso sí, ellos confesaron marcharse contentos. Se conforman con poco ¿verdad?
Para empezar lo hemos hecho con el pie izquierdo; corrida de expectación, corrida de decepción. Claro que, los toros de La Quinta podían haber salido malos y dando gañafones y, como digo, todo ha sido una dulzura empalagosa y, salvo el segundo de Roca Rey, con un poquito más de nervio tampoco ha servido para nada. Mañana más de lo mismo. ¡Dios no lo quiera!
-Como podemos ver en las imágenes, Andrew Moore fue testigo del bochorno de La Quinta.
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