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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

sábado, 10 de agosto de 2019

¿Por qué Pedro Sánchez odia a Franco?/ por Pío Moa



Franco no derrotó a ninguna democracia, sino a un conglomerado de totalitarios y separatistas. Por eso lo odia el Doctor Demócrata.
Franco no tuvo oposición democrática sino comunista, a la que venció siempre, mientras el PSOE se dedicaba a disfrutar en el exilio de los bienes robados masivamente a media España. Por eso lo odia el  D. D.

¿Por qué Pedro Sánchez odia a Franco?

Pío Moa
Dejando aparte al votante iluso,  considerarse socialista hoy solo puede hacerlo un estafador o un ignorante voluntario de la historia de su partido. El Doctor, desde luego, es de los primeros. Y lógicamente, por su espíritu de estafador,  tan manifiesto en su doctorado como en sus pretensiones de demócrata,  tiene que odiar a Franco, ya que este representa todo lo contrario.

Franco no derrotó a ninguna democracia, sino a un conglomerado de totalitarios y separatistas. Por eso lo odia el Doctor Demócrata.
Franco no tuvo oposición democrática sino comunista, a la que venció siempre, mientras el PSOE se dedicaba a disfrutar en el exilio de los bienes robados masivamente a media España. Por eso lo odia el  D. D.

Franco libró a España de la II Guerra Mundial y de sus tremendos destrozos, superiores a los de la guerra civil, pero el D. D.,  como buen socialista, habría deseado que los nazis hubieran entrado en España y los aviones useños o nazis masacraran a fondo las ciudades españolas y sus tanques hubieran traído de vuelta a sus colegas del PSOE. No lo consiguieron y por eso guardan un odio feroz a quien lo impidió.

Franco libró a la Iglesia del genocidio perpetrado por los socialistas y sus socios del Frente Popular en media España.  Se piense lo que se piense de la Iglesia,  en el cristianismo se encuentra la raíz de la cultura europea, y solo personas afectas a doctrinas genocidas pueden olvidar o mostrarse satisfechas de aquel crimen. Así el Doctor Demócrata.

Caso único en Europa, la España de Franco se reconstruyó con sus propias fuerzas  sin deber nada a las finanzas useñas ni al ejército useño ni indirectamente al soviético, y afrontando una criminal hostilidad exterior que pretendía hambrear a los españoles. El Doctor considera eso  un crimen que Franco debe pagar en retrospectiva.

Con Franco, España superó el hambre, el analfabetismo y la miseria que venían de la república, desarrolló una importante cultura en todos los terrenos, la gente disponía de una libertad personal y en parte política,  que hoy día se pretende aplastar con el miedo y leyes totalitarias como las de memoria histórica o de género.
Nada más significativo que las medidas ilegales y antidemocráticas con las que el Doctor pretende profanar la tumba de Franco y borrar de la memoria de los españoles los grandes logros de su gobierno.  Y hacerlo, fraudulentamente una vez más, en nombre de la democracia.

El Doctor no representa ninguna democracia. Representa el fraude, empezando por su título, el mismo fraude y tradición de un partido que se pretende orgulloso de su historia. La historia de la sangrienta insurrección de 1934 contra la república, del fraude en las elecciones del 1936, verdadero golpe de estado, de los asesinatos masivos con extremo sadismo en la guerra civil, de la sujeción a Stalin enviándole fraudulentamente el oro del Banco de España, de enormes destrucciones culturales y del robo del tesoro histórico artístico perteneciente a todos los españoles, y hasta de las alhajas depositadas por la gente pobre en los montes de piedad, de la corrupción masiva reintroducida al volver al poder en una democracia que nada le debe ni le debió y a la que parasita. De esto se siente orgulloso el Doctor.

El Frente Popular se declaró demócrata en su propaganda. Con ello desprestigió para muchos años la idea de democracia en España, pues nadie quería volver a algo así. Algo que vuelve a suceder con este nuevo frente popular. La democracia debe permitir la convivencia en libertad, algo que jamás facilitó el PSOE ni antaño ni actualmente.  Este sujeto gobierna España después de echar por corrupción a Rajoy, siendo el PSOE mucho más corrupto, un dato que ya define la situación política a la que hemos llegado. Y  lo ha hecho en colaboración con los mismos separatistas que tanto hicieron por llevar al país a la guerra civil y lo han llevado ahora al golpe de estado permanente.

Es asombroso hasta qué punto el análisis político prevalente  olvida los puntos esenciales en cuestión para degenerar en puro cotilleo político. Hoy parece todo el mundo preocupado por las maniobrillas de tal o cual fulano de tal o cual partido. El único elemento importante de la situación es lo que haga VOX, que ha irrumpido como una alternativa a tanta podredumbre. ¿Lo está haciendo bien? Creo que no del todo, pero también está empezando.

1 comentario:

  1. Sin representación política de los gobernados (listas cerradas hechas a dedo) ni separación de poderes en origen, España, en lugar de una democracia formal, es una monarquía o estado de partidos (definición de la ciencia política) la cual según Aristóteles, deviene inevitablemente como la degeneración de una dictadura. Por tanto, con unos o con otros, si seguimos legitimando con el voto esta forma de estado, a España no le quedará más que seguir degenerando.

    “Algunos creen que desprecio a los partidos políticos, ¡evidentemente!, desprecio a estos, a los que hay, porque son partidos ESTATALES, porque al igual que La Falange, están pagados por el estado, subvencionados por el estado, con atribuciones públicas. Porque NO pertenecen a la sociedad civil, porque no nacen en su seno, porque no participan en la elaboración de la hegemonía ni de la ideología, porque son simplemente unas PANDILLAS para explotar, robar y ocupar los espacios públicos que dan fama, poder y dinero y esos están ocupados por los partidos políticos estatales. Naturalmente, mucho más que los desprecio, ¡es que quiero eliminarlos!. Si es que desde que son partidos estatales, es decir, desde que murió Franco, estoy pidiendo que los partidos salgan del estado, que no sean pagados por el estado, se vuelvan a la sociedad civil, que ahí formen la sociedad política y que ahí luchen entre ellos y destaquen entre ellos, pero NUNCA como partidos estatales. Eso es FASCISMO, es una herencia del fascismo y del nazismo, igual que en España pasa en Italia y Alemania, es un HORROR, porque España a la muerte de Franco, copió lo que se había hecho en las constituciones de Italia y Alemania, que estaban hechas e interpretadas por los supervivientes del nazismo y del fascismo, sí , esos, esos, que no fueron ni en Nuremberg, ni en otros procesos castigados, esos fueron los que ocuparon los puestos dirigentes de la sociedad pública italiana y alemana, y esos son los que hicieron e influyeron en las constituciones de la PARTIDOCRACIA, bien, el ESTADO DE PARTIDOS, que lo desprecio por completo, porque son partidos estatales, no es que no gusten o que los desprecie, eso es mucho más, son los ENEMIGOS DE LA LIBERTAD, hay que ELIMINARLOS. Otra cosa distinta es, los partidos SOCIETARIOS, los partidos de la sociedad, los partidos políticos normales, los que no tienen condición de organismos públicos, los que no son parte del estado, esos partidos son INEVITABLES, ni despreciables ni admirables, inevitables, porque son consecuencia de la libertad de asociación. Y como la libertad de asociación es un VALOR INTRÍNSICO de la democracia, es imposible prohibir o estar en contra de la libertad de creación de partidos políticos basados en la libertad de asociación, pero SIN PRIVILEGIO ninguno estatal.” Antonio García Trevijano, filósofo político, jurista, notario a los 21 años, escritor y crítico de arte.

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