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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

lunes, 7 de octubre de 2019

Y ahora Franco sin sus medallas culés / por Juan Manuel Rodríguez


¿Por qué condecoró hasta en tres ocasiones el Barcelona a Franco?... Pues lo hizo fundamentalmente por agradecimiento. ¿Y qué tenía que agradecerle el Barcelona al general?... Acudamos a la historia:....

El presidente del Barcelona, Marti Carretó, con Franco

Y ahora Franco sin sus medallas culés

Madrid, 2019-10-07
Ayer, 16.392 días después de la muerte de Francisco Franco Bahamonde, o sea 2.342 semanas, 539 meses, 45 años después de la muerte del dictador, la asamblea de socios del Fútbol Club Barcelona decidió retirarle al general las tres distinciones otorgadas en su día: en 1951, una insignia de oro en el transcurso de la final de Copa del Generalísimo contra la Real Sociedad; en 1971, la insignia de oro por la inauguración del Palau Blaugrana; y, en 1974, otra insignia de oro por las bodas de platino
del club catalán. Decía Alfonso de Ercilla y Zúñiga que "el miedo es natural en el prudente, y el saberlo vencer es ser valiente", de modo que el Barcelona ha tardado cerca de medio siglo en derrotar sus miedos y, al fin, ha sido valiente 539 meses después, que se dice pronto. El Fútbol Club Barcelona hizo algo ayer (a lo de retirarle a Franco las medallas me refiero) que, sin embargo, no ha hecho todavía el Real Madrid, pero en el caso del club blanco va a ser complicado porque resulta que no le puede retirar unas condecoraciones que simplemente no le entregó jamás.

¿Por qué condecoró hasta en tres ocasiones el Barcelona a Franco?... Pues lo hizo fundamentalmente por agradecimiento. ¿Y qué tenía que agradecerle el Barcelona al general?... Acudamos a la historia: en la Segunda República, el Fútbol Club Barcelona era un equipo que sufría una crisis deportiva profunda; entre 1931 y 1936 no ganaron ni un sólo título, mientras que el Real Madrid consiguió dos Ligas y dos Copas de España; la llegada de Franco al poder puso fin a los males internos culés porque, además, se desmanteló de arriba abajo al Real Madrid, cuya mayoría de jugadores acabó en el exilio por ser considerados unos rojos peligrosos. Desde 1939, el Barcelona ganó 5 Ligas y 4 Copas y el Real Madrid tuvo que esperar hasta 1954, o sea 15 años, para ganar la Liga: los culés dicen que fue gracias a Franco, el fútbol dice que fue gracias a un tal Alfredo di Stéfano.

En 1950 el Régimen fichó a Ladislao Kubala. Francisco Franco tenía mucho interés en demostrar que en España se luchaba contra el comunismo y que aquí se recibía a todo aquel que huyera de Stalin y de sus acólitos, de ahí precisamente que se facilitara y se agilizara el papeleo y la nacionalización del jugador. Así que el Barcelona, que salió de la crisis deportiva de la Segunda República gracias a Franco, superó sus deudas también gracias al dictador, que en 1956 autorizó personalmente una recalificación que le salvó de la bancarrota; la actuación de Franco acabó de un plumazo con una deuda de 230 millones de pesetas fruto de la construcción del Camp Nou. Antes de eso, la entidad azulgrana cambió unos terrenos entre la Riera Blanca y la calle de la Maternidad por otros situados en la zona terminal de La Diagonal, y en 1951, el entonces alcalde, Antonio María Simarro, y Francisco Miró, presidente azulgrana, acordaron la primera recalificación para ayudar al club. Y aún hubo otra más puesto que el Barcelona tuvo que vender el antiguo estadio de Les Corts y Miró Sans dio las gracias públicamente por una nueva recalificación aprobada en el pleno municipal.


Es curioso porque, durante el franquismo, el Barcelona ganó más Copas del Generalísimo, o sea de Franco, que el Real Madrid: 9 por 6. Curiosamente los culés dicen que las 9 Copas que el Barcelona ganó durante el franquismo fueron ganadas limpiamente mientras que las 6 del Real Madrid tuvieron el impulso del dictador, pero eso, y más viniendo de un club de fútbol tan favorecido por el Régimen militar, no se lo cree nadie. También dice el refrán eso de "No salgas del puerto, si las nubes no corren con el viento". El barco del Fútbol Club Barcelona ha tardado con Francisco Franco 45 años en salir del puerto y eso ha sido así porque hoy las nubes ya corren con el viento y el Gobierno de Falconetti está a punto de exhumar el cadáver del dictador. Sin embargo con Iñaki Urdangarín, cuya camiseta preside el Palau, aún no hay viento, las nubes no corren y el barco está parado. Al exduque de Palma le condenaron a 5 años y 10 meses de prisión por el caso Nóos, pero la diferencia entre Franco y Urdangarín es que el primero murió hace 50 años y nadie sabe dónde carajo estarán las condecoraciones y, aunque retirado de la Casa Real, el segundo sigue siendo cuñado del Rey de España. Apartado... pero cuñado. Un cuñado vivo, además. Por lo demás, el Barcelona le quita a Franco las medallas pero aún no se sabe si devolverá las ayudas económicas recibidas porque, ya sea con Franco, con la UCD, con Suárez o con Calvo Sotelo, con Felipe o con Aznar, con Rajoy o Zapatero, la pela es la pela y el euro es el euro.


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