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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

sábado, 23 de octubre de 2021

Movistar, reiterativos / por Pla Ventura


Movistar debería de pensar que sus clientes son los aficionados, nunca los toreros, de tal manera, para los aficionados es para lo que hay que trabajar. ¿Qué empresa no cuida, ante todo de sus clientes?... para Movistar Toros, los clientes apenas pintamos nada  porque tenemos que conformarnos con los platos recalentados que nos ofrecen un día sí y otro también.

Movistar, reiterativos

Pla Ventura
Toros de Lidia/ 22 octubre, 2021
Es inexplicable que una cadena televisiva como Movistar Toros puedan ser tan reiterativos en sus programas puesto que, más que una cadena importante repleta de millones por doquier, tras lo que vemos a diario parece una cadena de pueblo que, sin medios repiten hasta la saciedad todo aquello que han grabado que, insisto, se comprende en televisiones humildes pero que ese monstruo televisivo en todos los órdenes no tengan presupuesto para hacer programas entretenidos y, ante todo, que no sean reiterativos como sucede en la actualidad.

Al parecer, la cadena citada está disgustada porque se han borrado miles de abonados que, tras lo visto, es normal que eso suceda porque, por ejemplo, la entrevista que le hicieron a Tomás Rufo cuando era novillero la han repetido hasta la saciedad, hasta el punto de que cualquiera puede llegar a pensar que Tomás Rufo tiene amigues influentes en la cadena para que su nombre salga a diario en dicha cadena que, seguramente, el matador estará muy contento ante el hecho de que su nombre vaya sonando un día tras otro pero, los aficionados que somos abonados a dicha cadena estamos hasta el gorro de la cadena y sin duda del torero. Como dice un refrán popular, lo poquito gusta, pero lo mucho enfada y es nuestro caso. Movistar Toros, para no hacer el ridículo que están haciendo deberían de pensar que Rufo no es Joselito El Gallo ni lo será nunca porque se trata de un matador que ha toreado dos corridas de “burros” desvalidos de los que matan las figuras y ahí acaba su palmarés. A dicho torero, si un día le pusieran frente a un toro de Luis Uranga, es ahí cuando deberían de televisarlo para que todos comprobásemos hasta donde llega el citado torerito pero, insisto, mientras le sigan poniendo con esos animalitos le harán figura del toreo, pero con la gorra.

Es triste todo lo que digo porque, al respecto de la variedad, si de toros hablamos, se podrían hacer miles de reportajes de toda índole, empezando por las ganaderías, toreros, banderilleros al estilo de Fernando Sánchez, acudir a tertulias importantes con aficionados y miles de eventos más pero, amigo, que todo se circunscriba al “Desolladero” y a Tomás Rufo, me parece una aberración sin limites. Del mismo modo, a la hora de la redifusión de los festejos ya retransmitidos, el que los seleccione, sin que se haya licenciado en Oxford, solo tiene que elegir los espectáculos que hayan sido más brillantes porque emitir al azar, al sea lo que Dios quiera, es un acto de total irresponsabilidad, teniendo,  como tienen, material exitoso que en su día ya pudimos disfrutar. Siendo así, que nos castiguen con festejos aburridos de los que nos hastían a todos, la insensatez no puede ser mayor.

Pensar que, por ejemplo, todo aquello que decimos lo lleva a cabo un canal autonómico como CMM y que el monstruo llamado Movistar Toros sea una parodia tan aburrida como innecesaria, nos llena de enojo al completo, ante todo porque tienen medios más que suficientes para hacer una programación a los grande. Pagar, como lo hacemos, para ver siempre lo mismo y, como decía, para soportar a Tomás Rufo tres mil veces seguidas, eso cansa hasta loa leones del Congreso.

Ese canal debería tener pluralidad, criterios distintos, reportajes aleccionadores, entrevistas a decenas de toreros que, para suerte o desgracia, los tenemos por doquier, siendo así, nada mejor que darles a todos una “oportunidad” a priori. Diversidad en todo su quehacer sería lo lógico y cabal, nunca la reiteración por sistema. Y, a la hora de la retransmisión, elegir, como se hizo este año, aunque sea muy a pesar de las figuras, alguna que otra corrida como la que nos ofrecieron desde Sanlúcar que, en aquella ocasión pudimos ver la verdad desnuda del toreo, como sucediera en Madrid a primeros de temporada y en la feria de Albacete, en ambas plazas con los toros de Victorino Martín.

Y menos mal que se marchó Enrique Ponce puesto que, como sucede ahora con El Juli, allí donde actúan esos toreros, la cadena en cuestión pierde el culo por retransmitirles que, en muchos casos hasta se logra entender siempre y cuando sea dentro de una programación de una feria determinada pero, que nos los endilguen por sistema, eso clama al cielo y, a su vez, como diría un castizo, chorrea sangre a borbotones.

Movistar debería de pensar que sus clientes son los aficionados, nunca los toreros, de tal manera, para los aficionados es para lo que hay que trabajar. ¿Qué empresa no cuida, ante todo de sus clientes? Al respecto, nadie es tan descerebrado como para olvidarse de los clientes que, en todas las áreas de cualquier negocio siempre se dijo aquello de, su majestad el cliente y, en este caso, para Movistar Toros, los clientes apenas pintamos nada  porque tenemos que conformarnos con los platos recalentados que nos ofrecen un día sí y otro también.

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