la suerte suprema

la suerte suprema
Pepe Bienvenida / La suerte suprema

domingo, 8 de junio de 2025

SAN ISIDRO - 26° de FERIA.- MADRID RINDE HONORES A ROBLEÑO EN SU ADIÓS CON UNA ACLAMADA VUELTA AL RUEDO / por Juan Miguel Núñez Batlles

 

 '..Aclamada vuelta al ruedo mientras la Banda interpretaba el pasodoble que lleva su nombre, "Fernando Robleño". Sensibilidad de su director, Rafael Zahonero, aportando afición y talento musical a este homenaje tan sentido y completo..'

SAN ISIDRO - 26° de FERIA
MADRID RINDE HONORES A ROBLEÑO EN SU ADIÓS CON UNA ACLAMADA VUELTA AL RUEDO

Por Juan Miguel Núñez Batlles
El toro de nombre "Aviador", cárdeno y manso como toda la corrida de Adolfo Martín, segundo del lote de Fernando Robleño, presumiblemente el último de su carrera en Las Ventas, puesto que está en temporada de despedida, ha sido una exacta representación de su honrada y heroica trayectoria a lo largo de los veinticinco años que cumplirá este mes como matador de toros. Qué trayecto más difícil ha recorrido Robleño en todo este tiempo, viéndoselas con las ganaderías más duras y exigentes, más difíciles y en algunos o muchos casos, peligrosas. Y cuántas tardes de triunfos, alternadas con otras menos afortunadas, sin embargo, con el reconocimiento de las más entendidas aficiones, caso de la de Madrid.

Robleño y "Aviador"

Casi todas sus comparecencias, en plazas y ferias de primerísima categoría, y algo muy destacado, anunciándose con los hierros que llaman toristas, toros que muchas de las consideradas figuras no ven ni en fotografía.

Un recorrido por el archivo de la memoria pasa por cosos tan transcendentes como Madrid, por supuesto, con alrededor de una veintena de paseíllo; y Zaragoza, Valencia, Bilbao, Pamplona, además de las francesas de Vic-Fecensac, Ceret, Mont-de-Marsan y Dax, entre otras; todas ellas bastiones de integridad por lo que significan los hierros de José Escolar, Adolfo Martín, Victorino, Cuadri, Cebada, Miura, Partido de Resina, Cura de Valverde y Conde de la Maza, esta última antes de desaparecer. Precisamente con toros del Conde de la Maza y de Victorino Martín, logró Robleño los dos triunfos triunfos más importantes de su vida, sendas salidas a hombros en Madrid, en 2002, una en abril y la otra en octubre.

Viene a cuento esta especie de background, como dicen los ingleses, o relato de antecedentes, para situar a Robleño y sus circunstancias profesionales en el contexto más exacto posible.
Madrid, el público de Las Ventas, sabe muy bien todo esto. Y tiene una especial sensibilidad para reflejarlo y valorarlo con verdaderas y emotivas acciones. Hoy se presentaba una gran oportunidad para que así fuera. Y sonaron los primeros grandes aplausos nada más finalizar el paseíllo para que Robleño saludara en el tercio.


Luego un brindis del compañero de terna Ferrera, con la singularidad de sacarlo hasta la misma boca de riego, fundiéndose ambos en un entrañable abrazo mientras la plaza se venía abajo en la gran ovación. Como ocurriría cuando estaba a punto de salir el quinto toro, y de nuevo las palmas, esta vez frenando al torilero para que no abriera la puerta hasta que Robleño se hiciera presente desmonterándose para corresponder a tanto cariño y entusiasmo.
Todo esto obligaba mucho, y de qué manera, para brindar lo que debía ser una última actuación a recordar guardada en el corazón del mismo torero y de sus fieles partidarios.

Claro que, como estaba saliendo la corrida de Adolfo Martín, prácticamente sin opciones, había que jugársela sí o sí una vez más. Porque ya el suyo anterior, que apenas se dejó en el caballo y "esperó" en banderillas, fue toro incierto en la muleta por los dos pitones, y no valía darse ninguna coba.
Así que tocó jugársela a la única carta, ese quinto blando y manso, protestado de salida como prácticamente toda la corrida por su morfología de caja estrecha y cara de rata. Aunque lo peor iban a ser las malas ideas que traía. No tuvo ni un pase por la derecha. Y para robárselos al natural había que emplearse a fondo, tal que en plena demostración de valor se obligaba a ganar pasos o perderlos entre pases, naturalmente de uno en uno. 
Otra vez la representación del gran Robleño, torero de La Resistencia. Las palmas en los remates echaban humo. No obstante, la condición del toro impidió redondear. No hubo unidad en el trasteo. Ni pañuelos suficientes tras la estocada a la primera. Pero la vuelta al ruedo fue de escándalo. Aclamada vuelta al ruedo mientras la Banda interpretaba el pasodoble que lleva su nombre, "Fernando Robleño". Sensibilidad de su director, Rafael Zahonero, aportando afición y talento musical a este homenaje tan sentido y completo.


De Ferrera, aparte de la extravagancia del brindis y la excelencia que brinda en su puesta en escena, incluido capote de seda azul purísima estilo capita Blancanieves, poco destacable en sus diseños trasteos. Dos tandas a derechas en su noblón primero hasta que, al ensayar el natural, el de Adolfo se desfondó. En el sobrero de Martín Lorca, muy parado y que no aportaba nada, se empeñó en una excéntrica faena sin eco alguno. De Ferrera también llamó la atención que no puso banderillas, ni se las pidieron.

Finalmente, Escribano. Venía el hombre muy mentalizado, con un estudiado esfuerzo para sacarse la espina de la mala actuación que había cumplido días anteriores en la buena corrida de Lagunajanda. Tuvo entonces un gran toro que desaprovechó. Y ahora tampoco iba por buen camino en el primero de su lote, al que banderilleó de cualquier manera, y tampoco sacó nada en claro con la muleta. El animal se volvía brusco por el pitón derecho, a punto de echarle mano. Y aunque por el izquierdo se desplazara algo, fue insuficiente. Pases espaciados y regateando, con el paso atrás y descargando la suerte. Pero cambió el panorama en el sexto con esa buena actitud antes apuntada. 


Y para librar su particular guerra, a chiqueros. Dos largas cambiadas y unos lances a la verónica, lances de arrebato, que dejaron poso. La única intervención brillante en toda la tarde con el capote.
Ahora con las banderillas, soltura y aplomo, cuadrando en la cara, arriba y reunido. Era otro Escribano.


Por un momento dio la impresión de que el toro iba a servir. Por su fiera movilidad, viéndose apurado el torero en los doblones iniciales, se presentía algo importante. Pero enseguida por la derecha faltó mando, y vino un achuchón. Más centrado por el izquierdo, también de pronto empezaría a dudar. Vuelta a la derecha, el toro ya brusco. Y por naturales, aparentemente muy puesto el torero, sin embargo fue solo la apariencia. Sonó el aviso antes de entrar a matar. Y tras la estocada desprendida Escribano saludó una ovación en el tercio.

Y fin de la Feria. Mañana, el apéndice de la Beneficencia.

  • FICHA DEL FESTEJO
Cinco toros de Adolfo Martín, de poca raza, de embestidas cortas y sin contenido; algunos como el tercero con "guasa"; el sexto se movió más pero con muchas exigencias. Pitados todos los arrastres. El cuarto fue un sobrero de Martín Lorca, vacío de todo, en la línea de los titulares.

Antonio Ferrera: pinchazo y estocada trasera (ovación); y estocada casi entera caída (silencio).

Fernando Robleño: estocada desprendida (silencio); y estocada corta (aviso, petición y vuelta).

Manuel Escribano: pinchazo y estocada caída (aviso la silencio); y estocada desprendida (aviso y ovación).

La plaza registró lleno de "no hay billetes" en tarde agradable.


Madrid, 8 de Mayo de 2025

No hay comentarios:

Publicar un comentario