Por Pedro Javier Cáceres
Los toros tienen un claro problema de financiación. Parece colegirse de las últimas apariencias. La más ruborizante, a pesar de la sordina que le han puesto los taurinos sin cambiarles el color de la mejilla, al menos, al “palo de rosa”, ha sido el abortaje por segundo año consecutivo de la Feria Mundial del Toro.
Los toros tienen un claro problema de promoción y difusión. A pesar de ser el segundo espectáculo de masas no tiene vida cotidiana en los medios, ni grandes ni chicos. De vez en cuando y siempre a criterio del medio, editor, director de segmento o columnista —nunca provocado estratégicamente por el “sector”— lo sacan del zulo en el que se ha atrincherado evidenciando síntomas de clandestinidad en el que el “sector” ( pese a los lamentos, con la boca chica) parece no sentirse demasiado incómodo. Incluso, creo, que a algunos del núcleo duro “les pone”.
No hay un plan director de abordaje a los medios por temor a las contraprestaciones lógicas de inversión e intercambio de activos como pudiera ser la planificación de presencia de sus principales figuras en espacios especializados y generalistas.
Financiación y difusión son el problema, o la síntesis donde converge todo.
Y curiosamente ,“El Planeta de los Toros” que bautizó Cañabate, situándolo, con tino, fuera de la órbita de la Tierra como algo inescrutable, anárquico e ininteligible, ambos conceptos (financiación y difusión) antes que retroalimentarse, en este “sector” divergen.
De tal forma que su proyección a la sociedad a través de la retransmisión de grandes eventos, una vez refutado su ausencia informativa de su devenir día a día, se ve condicionada por el mar de dudas que supone especular sobre si el atípico de la retransmisión no compensa con la hipotética merma en taquilla. Ejemplo: la anunciada II Feria de Invierno en Vista Alegre (Madrid)
Visto así (la tele quita público y su canon no lo enjuga) da a pensar que el organizador tan solo hace arqueo de caja.
Pero no. No es solo una cuestión de suma y resta y elucubrar sobre su rentabilidad.
Hay un factor, larvado, de prurito profesional en los empresarios : que su compensación, o su beneficio, correspondiente a su negociación y su inversión en el montaje del festejo, no le resulta rentable, anímicamente, respecto de los costos y el desequilibrio brutal en el reparto del canon televisivo referente a los llamados “derechos de imagen”.
“No me interesa, para que me quede menos que a un mozo de espadas….”
“No me interesa, para que me quede menos que a un mozo de espadas….”
Rumian: “o jugamos todos” (ya que los “messi”, “ronaldos” y “zidanes” admiten que en este partido tengan minutos todo el banquillo, los utilleros y los recogepelotas a costa de los “pavones”, “graneros” y toda la pobladísima clase media de “oro en el chispeante” y de unos empresarios acojonados por el “sindicato”), repito: “o jugamos todos o patada a la mesa” (en castizo se hace una rima con Parla o con Angulo, que tanto monta…) Piensan, no dicen y si hacen.
Invocan a “la crisis” y se “jibarizan” a un solo recurso : la taquilla.
Una taquilla insuficiente para organizar carteles con tres “cracks” —si los hubiere, que lo dudo- de galáctico caché que la mayoría de las veces no justifican con su poder de convocatoria (hoy en día, salvo mínimas excepciones, lo que se llama cartel “rematao” tira más bien a ovalado, tal que el ruedo de la Maestranza).
Una taquilla insuficiente para organizar carteles con tres “cracks” —si los hubiere, que lo dudo- de galáctico caché que la mayoría de las veces no justifican con su poder de convocatoria (hoy en día, salvo mínimas excepciones, lo que se llama cartel “rematao” tira más bien a ovalado, tal que el ruedo de la Maestranza).
La cuadratura del círculo.
O festejos “elípticos”, por si se empata, o de medio pelo, que suelen ser los más rentables pero que dan una imagen pobre con tendidos semivacíos.
O festejos “elípticos”, por si se empata, o de medio pelo, que suelen ser los más rentables pero que dan una imagen pobre con tendidos semivacíos.
No hay “cash flow”, no hay margen para la inversión, no hay publicidad, no hay promoción, no hay difusión, no hay presencia en los medios… no existe. Los toros no existen.
Y la “tele” sí está por la labor a pesar de trabas y zancadillas. Pero con raciocinio y no poniéndolo todo ella.
Ya se que “el sector” solo está obsesionado con TVE, que se le va a hacer, son cortitos…con sifón.
Me consta que muchos operadores quieren retransmitir toros: grandes y pequeños (Intereconomía, sin ir más lejos, hizo un intento con la Feria de la Mercé en Barcelona).
Sé de nuevos canales emergentes con la llegada de la TDT que estarían dispuestos a negociar todo. Pero el “chalaneo” es siempre el mismo —al margen de la paranoia con la Pública-: los derechos de imagen del “sindicato”, incluso en festejos de promoción, novilladas etc. a lo que estarían dispuestos.
Un hecho que avala tal disposición: el anuncio del canal 24 horas de toros de Digital Plus. Un servicio a la Fiesta y un negocio ¿por qué no?
Ya se que “el sector” solo está obsesionado con TVE, que se le va a hacer, son cortitos…con sifón.
Me consta que muchos operadores quieren retransmitir toros: grandes y pequeños (Intereconomía, sin ir más lejos, hizo un intento con la Feria de la Mercé en Barcelona).
Sé de nuevos canales emergentes con la llegada de la TDT que estarían dispuestos a negociar todo. Pero el “chalaneo” es siempre el mismo —al margen de la paranoia con la Pública-: los derechos de imagen del “sindicato”, incluso en festejos de promoción, novilladas etc. a lo que estarían dispuestos.
Un hecho que avala tal disposición: el anuncio del canal 24 horas de toros de Digital Plus. Un servicio a la Fiesta y un negocio ¿por qué no?
¿Es esta la crisis del Planeta de los Toros?
¿Cómo se va a hablar de un “sector” en crisis, dentro de la crisis, cuando la Patronal traga con “el sindicato” una subida del 7 y pico por ciento respecto del último convenio ( más de un 3 referente al último ejercicio) referente a los “derechos de imagen” de auxiliares y utilleros más la cotización la Seguridad Social al máximo por actuación ( a cargo del empresario, contratista de sus jefes, muchos, incluso sociedades mercantiles) para que con los fríos del invierno se apunten al paro con derecho al tope con un número de “peonás” que para sí lo quisieran los del PER de Andalucía, incluso los de Mercasevilla?
La crisis no parece ir con “el sector”. Tan solo es un paraguas para eludir responsabilidades primarias de inversión en la organización de espectáculos que son el “chocolate del loro” dejando muy en precario la promoción y difusión de los espectáculos.
Que se sepa, a pesar de la sensación de “ruina” generalizada que transmiten, no han cerrado empresas (tan solo ha quebrado “el Gran Caldas”). No se han producido reconversiones, reajustes de honorarios, recortes sociales, “y mucho menos eres”, regulaciones de empleo, entre las cuadrillas, que con la tauromaquia actual supone que más de uno, muchas tardes, haga el paseíllo de forma testimonial pero con “soldada y boletín de cotización”.
¿Crisis? ¿Qué crisis?
“Los toros” un Planeta peculiar fuera de órbita.
Te lo puedo explicar: “Cartel en la esquina, olla en la cocina” (El Viruta)
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