ECUADOR: MOVIMIENTO TAURINO PRESENTA ESCRITO ANTE LA CORTE CONSTITUCIONAL EN FAVOR DE LAS CORRIDAS DE TOROS

Toreros contra el Referendum

Ante el anuncio por el gobierno de Ecuador, por iniciativa de su presidente Rafael Correa, -el mismo ha calificado a los toros como un espectáculo de violencia- de someter la existencia de la Fiesta Brava a la consulta popular mediante celebración de un Referendum y con una pregunta-trampa que supondría la práctica abolición de las corridas de toros en el país andino, el estamento profesional taurino, la afición y la ciudadanía democrática ha constituido un frente de lucha civilizada por los cauces que les permite la Ley, a fin de evitar esta nueva acción contra la fiesta de los toros y la celebración de sus corridas.

Después de la movilización y manifestación ante la Corte Constitucional, el Juez de Sustanciación accedió a recibir a una Comisión representativa que le expuso sus razones contrarias a la medida gubernamental y las de apoyo a la fiesta, haciendo entrega formal de un escrito fundamentado en tas sentido.

Fue el licenciado Mauricio Riofrío, secretario del Círculo Taurino Amigos de la Dinastía Bienvenida –Capítulo de Quito-  el que actuara de portavoz de la plataforma integrada por dicha asociación, el colectivo Somos Ecuador, además de Unión de Toreros, Unión Nacional de Espectáculos Tradicionales Ecuatorianos U.N.E.T.E. que engloba a las organizaciones taurinas, peleas de gallos, afición al caballo, rodeo montubio y danzas folckloricas.

Documento que se cita:

Quito, 27 de enero de 2011

Señor Doctor

Roberto Bhrunis Lemarie

JUEZ DE SUSTANCIACIÓN

Corte Constitucional del Ecuador

En su despacho.-

De  mi consideración:

Entramos a esta Corte señor Magistrado, complacidos por su apertura y predisposición a escucharnos, llegamos a esta corte señor Magistrado, esperanzados en que el respeto y la tolerancia, pero sobre todo la LIBERTAD, sean la premisa mayor del convivir de los ecuatorianos.

No vamos a repetir en su totalidad, la argumentación jurídica presentada el día viernes pasado, luego de una gran marcha de todos los estamentos taurinos del Ecuador, que fue apoyada por la ciudadanía, sin ambages y con un entusiasmo inusitado en las calles de Quito.

Queremos en esta ocasión resaltar varias, unas pocas, transgresiones a la Constitución que se derivan del texto de la pregunta N° 3 presentada para Consulta Popular y luego hacer varias reflexiones sobre el tema.

Partiremos de la transgresión del artículo 27 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos que establece que todas las personas tienen derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad y a gozar de las artes.

Resalto la palabra CULTURA porque no es una afirmación unilateral de los aficionados a los toros, esta categorización se encuentra consagrada en la Ley y en las ordenanzas municipales de Quito y de los cantones que celebran sus fiestas patronales con espectáculos taurinos tradicionales.

Se violentaría también las disposiciones del artículo 3 de la Constitución en sus numerales 1), 3), 5), 7) y 8) en donde se menciona entre otros aspectos que es deber del Estado el garantizar sin discriminación alguna el efectivo goce de derechos.

Y en esta misma línea de discriminación el artículo 11 de la Constitución, señala que todas las personas son iguales y gozarán de los mismos derechos, deberes y oportunidades; que nadie podrá ser discriminado entre otras razones por identidad cultural, ideología, ni por cualquier otra distinción.

En verdad señor Juez, los aficionados a los espectáculos tradicionales ecuatorianos como las corridas de toros y las peleas de gallos, con este intento de mutilación de su esencia, de su naturaleza, nos sentimos discriminados, perseguidos, nos sentimos violados.

La pregunta también transgrede de manera flagrante los artículos 21, 22, 24 y 25 de la Constitución que reconocen expresamente que las personas tienen derecho a:

Construir y mantener su propia identidad cultural, a decidir sobre su pertenencia a una o varias comunidades culturales y a expresar dichas elecciones;

A la libertad estética; a conocer la memoria histórica de sus culturas y acceder a su patrimonio cultural; a difundir sus propias expresiones culturales  y a tener acceso a expresiones culturales diversas;

A desarrollar su capacidad creativa, al ejercicio digno y sostenido de las actividades culturales y artísticas; y a beneficiarse de la protección de los derechos morales y patrimoniales que les correspondan por las producciones artísticas de su autoría;

A acceder y participar del espacio público como ámbito de deliberación, intercambio cultural, cohesión social y promoción de la igualdad en la diversidad;

A difundir en el espacio público  las expresiones culturales sin más limitaciones que las que establezca la ley; a la recreación y el esparcimiento.

Ciertamente estas expresiones culturales empatan perfectamente con la figura del mestizaje cultural, del cual estamos tan orgullosos, tanto como del idioma, de la religión o del centro colonial de Quito.

El artículo 33 de la Constitución también sería violentado, porque garantiza como un derecho y un deber social del Estado, el trabajo libremente escogido y aceptado.

La mutilación del espectáculo taurino tradicional, señor Magistrado, con la eliminación de la muerte desembocaría en la extinción de los festejos taurino en muy poco tiempo, y los toreros y matadores de toros quedarían en la desocupación.  

El artículo 66 en sus numerales 2,4,5,8,15,16,17,18,23 y 24 consagra entre otros derechos:

El ocio y la cultura.

La no discriminación.

El libre desarrollo de la personalidad.

El opinar y expresar el pensamiento libremente.

Protege y favorece un ambiente de respeto y tolerancia.

Participar en la vida cultural de la comunidad.

Evidentemente estos derechos consagrados en la Constitución y muchos más, serían vulnerados por esta mutilación del espectáculo, que reitero, conduciría inequívocamente a la eliminación de las corridas de toros y las peleas de gallos.

Otro precepto constitucional violentado por la pregunta es el establecido el numeral 29, literal d) del artículo 66, que dentro de los derechos y libertades señala que ninguna persona pueda ser obligada a dejar de hacer algo no prohibido por la ley.

Y en este punto es preciso señalar que existe una Ley de Espectáculos Taurinos y Ejercicio Profesional de los Toreros Ecuatorianos, además de las Ordenanzas Taurinas Metropolitana en el caso de Quito y municipales de Ambato, Riobamba, para citar los casos más representativos.

Sin perjuicio de lo enunciado, señor Magistrado, permítame realizar unas cuantas reflexiones sobre el tema porque creemos indispensable que las conozcan:  

No matar el toro implica una seria afectación a la esencia y autenticidad de la fiesta taurina, pues ello no significaría que el espectáculo mejore o evolucione en beneficio del animal, dado que la muerte sería inminente, con la única diferencia de que se produciría  en forma oculta y clandestina.

La pregunta que surge de inmediato es: ¿será el Ecuador un país más civilizado, más seguro y menos violento luego de la toma de esta medida?

La respuesta, a nuestro juicio, solo puede ser negativa, como negativo sería el hecho de combatir la pobreza, escondiendo a los pobres. La muerte, señor Magistrado, es consustancial a la naturaleza  y a la vida,  desde el inicio de los tiempos y con seguridad va a estar presente siempre hasta el final de los mismos. 

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Los criadores de ganado de lidia, la gente del campo en toda la sierra y oriente ecuatorianos, inclusive en el cantón Valencia de la Provincia de Los Ríos, han hecho más por la conservación y cuidado de esta especie bovina, el ecosistema y la biodiversidad, que todas las organizaciones de protección animal juntas, que lo único que hacen, es juzgar moralmente desde afuera, sin ningún conocimiento, sin ningún elemento de juicio sobre el tema. 

Si en verdad les importarían los animales, lucharían por detener el comercio ilegal de madera de cedro en el Yasuní, que mata miles de aves al año.

Si en verdad les importarían los animales, exigirían una regulación más eficiente del turismo y la pesca en el Parque Nacional Galápagos, cuya vida marina se ha reducido dramáticamente en los últimos años.

Si en verdad les importarían los animales, protestarían por los decretos que permiten la supuesta pesca incidental de tiburón, que en la práctica hace que cientos de tiburones cada día sean sacrificados.

Si en verdad les importarían los animales, protestarían para detener el comercio ilegal de animales y por la desaparición de la UNIDAD DE POLICÍA MEDIO AMBIENTAL que ha dejado el camino libre para ese negocio, el más lucrativo luego del tráfico de drogas y el mercado negro de armas.

Es sorprendente, por decir lo menos señor Magistrado, que los defensores de los animales se hayan apropiado del discurso de lo que ellos dicen “cientos” de jóvenes, cuando no pasan de ser 40 o 50 que engañaron al señor Presidente de la República, lo desinformaron, pero lo que realmente sorprende es que sean defensores también del ABORTO.

Que ironía ¡ Prefieren luchar por la vida de aproximadamente 50 toros al año y no hacerlo por la vida de sus hijos. Incoherencia Total.

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Los miles de ecuatorianos que asistimos a los espectáculos taurinos que en el caso de diciembre en Quito llegan a ser aproximadamente 150.000 en 10 días de festejos y de un inmenso número en alrededor de 150 cantones que realizan sus fiestas con toros queremos decirle por qué apoyamos estos espectáculos:

Porque la libertad de los demás para que hagan lo que a mi no me gusta, garantiza mi libertad.

Porque si nos quitan la tradición o la mutilan, nos quitan la memoria.

Porque un pueblo sin historia está destinado al fracaso.

Porque son tradiciones de nuestro pueblo que generan trabajo y dinamizan la economía popular.

Porque somos un  país intercultural, diverso e incluyente.

Porque el respeto y la tolerancia son la base para la convivencia civilizada y pacífica de una república.

Porque nuestra identidad mestiza no podemos y no queremos negarla.  

Una cosa es discrepar sobre determinado tema y otra cosa es querer prohibirlo, en esa distinción precisamente se fundamenta una sociedad libre. 

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Hay algo, señor Magistrado, que queremos los aficionados dejar perfectamente claro y es que no pretendemos convencer a todo el mundo de que debería gustarles la tauromaquia y su práctica, lo que si queremos es vivir en un país en donde todos podamos decidir por nosotros mismos, queremos vivir en un país, donde podamos asistir a nuestros espectáculos tradicionales y disfrutarlos si queremos o estar en desacuerdo con ellos, o mejor aún, ejercer nuestra opinión y no asistir, queremos tener ese derecho, nos importa mucho y creemos que a usted señor Magistrado, también le importa, porque vivimos en un país libre…, esto es algo que decimos tan a menudo que a veces olvidamos lo que significa, por eso me permito repetirlo, vivimos en un país libre y esa es una idea poderosa, es un modo magnífico de vivir, pero esa libertad tiene un precio y es que a veces tenemos que tolerar cosas que no necesariamente nos gusta, ustedes señores magistrados, en su análisis independiente, pueden pensar lo que a bien tengan  de las corridas de toros y las peleas de gallos, pero por favor pregúntense si es justo tomar una decisión por todos los ecuatorianos o exponerlo a la mayoría del voto. 

La libertad de todos los ecuatorianos  esta en sus manos, si empezamos levantando muros contra lo que algunos consideran malo o incorrecto, podría ser que una mañana, al despertar, viéramos que se han levantado muros en lugares que jamás habríamos imaginado y entonces ya no podríamos decidir, ver o hacer nada y eso no es libertad, no es libertad. 

Finalmente, señor Magistrado, nos vamos como vinimos, esperanzados en su vocación democrática, esperanzados en su apego al ordenamiento jurídico ecuatoriano, esperanzados en su conciencia de hombres libres e independientes, que luego del análisis cabal y sesudo, estamos seguros les hará rechazar y descalificar la pregunta.

En sus manos está una decisión histórica que va más allá del legítimo derecho de los ecuatorianos a presenciar las tradicionales corridas de toros y peleas de gallos, en sus manos está la posibilidad de preservar un VALOR SUPERIOR que los ecuatorianos vivamos en un país donde se practique auténticamente la libertad. Confiamos en ustedes.

Atentamente,

Mauricio Riofrio Cuadrado

Mat. 5673 C.A.P.