Supera en un gran partido al Barcelona, cuya renovación millonaria no le alcanza para revertir el dominio de los blancos
Real Madrid 89 - 79 FC Barcelona
El Real Madrid comenzó la temporada como la acabó. Levantando un título, uno más en la era Laso, que le mantiene en el trono de la ACB. Lo hizo ganando al Barcelona, cuya renovación millonaria no le alcanza aún para superar a los blancos, que pasaron ayer por encima del efecto Mirotic para conquistar la Supercopa en un duelo muy intenso que anticipa una campaña llena de emociones.
El homenaje a los campeones del mundo sirvió de inesperado hermanamiento entre los dos equipos. Un paréntesis antes de la batalla. Entonó el Palacio el «¡Qué viva España!», con aplausos para Rudy Fernández, Llull, Claver, Oriola y Ribas, en el único impás que tuvo el partido. Porque fue lanzarse el balón al aire y comenzar las hostilidades.
Fue Mirotic, pitadísimo por el público, el primero en golpear. Lo hizo con un triple que, lejos de ayudarle a sacudirse la tensión, propició un mayor ensañamiento de la grada con él. No ha sido un fin de semana sencillo para el montenegrino, más pendiente por momentos de lo que pasaba fuera que dentro de la cancha. Aun así, fue el Barcelona el que mejor entendió el inicio, en el que el Madrid se mostró extrañamente precipitado y ansioso. Tardó casi cuatro minutos en anotar su primera canasta el conjunto blanco, pero cuando lo consiguió, entró en éxtasis.
Fue un crecimiento lento y seguro en el que la defensa fue protagonista, con Deck y Tavares como principales argumentos. Se estrellaba contra ellos el Barça una y otra vez. Desquiciado el equipo azulgrana y también su entrenador, que vio cómo le pitaban una técnica por protestar de manera ostensible. Si no hubiera sido por Delaney y sus dos triples consecutivos antes del final del cuarto, el panorama habría sido ya desolador para los catalanes (21-20, min. 10).
Se le complicó mucho con el inicio del segundo periodo, ya con Rudy en cancha. El balear dio inicio a un parcial de 21-7 que impulsó definitivamente a los blancos (42-27, min. 17). Era un vendaval el Madrid, en el que todos encontraban un resquicio para sumar. Hasta Jordan Mickey, uno de los recién llegados, se atrevía con acierto desde el perímetro. Un espectáculo que puso contra las cuerdas al Barcelona (47-29, min. 19) antes del descanso.
Exhibición estéril de Davies
Estaba en problemas el favorito, cuya millonaria renovación de vestuario no era suficiente para hacer frente al campeón. Jugaba de memoria el Real Madrid, donde todos conocían su papel. Solidarios y concentrados. Cumpliendo el guion diseñado por Laso, al que este papel de víctima le vino muy bien. Alargó su liderazgo el equipo blanco hasta los 19 puntos (54-35, min. 23), momento en el que Davies decidió hacer su presentación oficial en la ACB. El nuevo americano del Barcelona se echó el equipo a la espalda y lideró la remontada azulgrana con doce puntos en el tercer cuarto, que terminó con ventaja del Madrid, aunque asumible ya para los catalanes (69-63).
Quedaban diez minutos intensos y Laso reclamó a sus gladiadores, entre los que destacó Deck, de cuyo duelo precioso con Mirotic saltaron chispas. Apretó Higgins de inicio, estrechando más el margen (69-65, min. 31) y reaccionó el Madrid por medio de Felipe Reyes. Siempre el capitán, por el que pasan los años, pero no decae la intensidad. Se convirtió el choque en un ir y venir de canastas. Golpes de ida y vuelta, en los que el Barça fue poco a poco acercándose en el marcador (84-79, min. 38). Solo bajó los brazos el equipo azulgrana cuando Campazzo –inmenso durante todo el partido y MVP de la final– sentenció el choque con un triple al que no pudo dar réplica Mirotic, cuyo efecto no le ha servido, por ahora, al Barcelona para destronar al Real Madrid. Campeón, de nuevo.
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