A Pablo Aguado, Diego Urdiales, Paco Ureña y Emilio de Justo les cierran las puertas de forma absoluta. Ignoran que son ellos los que en los últimos tiempos han supuesto una inyección de ilusión entre los aficionados. Sin duda alguna, son esos toreros que llevábamos esperando tanto tiempo y que han llegado para refrescar el sistema.
Zaragoza: Carteles que dan vergüenza
Se han conocido los carteles de la Feria del Pilar de Zaragoza 2019.
Son unos carteles que avergüenzan a los que se sienten aficionados. Pueden que le sean válidos al público en general, aunque no debería ser así, ni siquiera consentido, pero a los aficionados, y precisamente en este año, les parecen una vergüenza.
Que en esos carteles falten, precisamente, los toreros que han marcado la temporada actual no se pueden tomar a broma. Es un puñetazo a la justicia, a la lógica, al sentido común… una patada a los méritos y al futuro de la Fiesta.
Viendo esta obstinación por ofrecer más de lo mismo, es ponerse de espalda a la necesidad de poner interés donde solo hay una rutina aburrida y perniciosa.
Nada se tiene en contra de Ponce, El Juli, Manzanares y Cayetano a los que les dan dos tardes; nada contra Morante, El Fandi o Perera, nada contra nadie, pero que falten los que de verdad han llegado a poner un poco de orden en tan repetido panorama de los carteles de feria es, incluso, jugar con fuego, al límite.
A Pablo Aguado, Diego Urdiales, Paco Ureña y Emilio de Justo les cierran las puertas de forma absoluta. Ignoran que son ellos los que en los últimos tiempos han supuesto una inyección de ilusión entre los aficionados. Sin duda alguna, son esos toreros que llevábamos esperando tanto tiempo y que han llegado para refrescar el sistema.
Un sistema obsoleto y pernicioso ha tenido oculto a cada uno de ellos en beneficio del sota, caballo y rey que ya está superado con creces. Toreros que no han sido capaces de dar el paso necesario, y adquirir el compromiso, para que la fiesta ganara en autenticidad y dignidad. Figuras que no ‘han tirado del carro’ como tantas veces se dice, más bien son los que se han subido al carro de la comodidad que ha despeñado la fiesta, ignorando todo aquello que pudiera representar un paso adelante en la verdad e integridad por una Fiesta auténtica.
Zaragoza, una plaza de primera, convertida en un festival permanente con los nombres más desgastados y caducos del escalafón. Ignorar a Paco Ureña, máximo triunfador de las plazas de primera; arrinconar a Pablo Aguado, el gran suceso del año; no dar sitio a Emilio de Justo, quien se está abriendo paso a pesar de todos ellos; olvidarse de Diego Urdiales, máximo exponente de la naturalidad y pureza, no es posible calificarlo de otra manera que de vergüenza.
Además de los citados, se echa en falta también a otros que han dado pasos de gigantes en este año: David de Miranda, Román, Juan Leal, Curro Díaz, Luis David, Juan Ortega… Para la empresa de Zaragoza no había hueco para ninguno de cuantos hemos enumerado. Con poner dos veces a tanta ‘figura’ no se han roto la cabeza. De ganaderías no merece la pena hablar, sabiendo quienes torean ya se las pueden imaginar.
Lo que sí han roto es el sentido de la justicia, del equilibrio y hasta de la continuidad de una fiesta que pasa por los peores momentos de su historia. Desde luego, con estos empresarios y toreros tan poco comprometidos con la autenticidad del toreo no podemos mantener la esperanza.
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