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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

viernes, 13 de noviembre de 2020

¡Qué asco, coño, qué asco! / por Eduardo García Serrano

 He ahí la prima y última ratio del pacto presupuestario socialcomunista con los asesinos de España, los bilduetarras y los hispanicidas del separatismo catalán, para que los enemigos de la Patria le den unas migajas más de tiempo en el Poder a los traidores a España.

¡Qué asco, coño, qué asco!

Eduardo García Serrano
El Correo de España / 13 Noviembre 2020
Han almenado su vileza primordial con la traición esencial, con la felonía que no se redime ni aún coronada de necesidad, porque nunca, jamás, es necesario pactar con el crimen y el odio socapa de ningún afán, de ningún empeño, como acaba de hacer este Gobierno que, en la misma medida, padecemos y merecemos por haber entregado nuestra voluntad y nuestro destino colectivos a la ruleta trucada de las urnas, a su alquimia asimétrica y a la burundanga de su primitiva melopea que iguala en el voto el odio a España y el amor a la Patria.

He ahí la metástasis que nos destruye, que llenó de lepra a la Nación Histórica y que está matando de tontiloca ignorancia democrática a la Nación Política. Todo es democráticamente válido, aceptable y respetable, siempre que no remita, ni evoque, ni defienda el pasado que nos hizo grandes ni a los hombres que nos hicieron auténticamente libres por habernos hecho efectivamente prósperos, desde la producción nacional, colectiva y social hasta el fondo de nuestros bolsillos, sin la intermediación de ladrones institucionales que menguaran con la rapiña fiscal el beneficio de los trabajadores españoles.

Esa es la única excepción a la tolerancia de amplios esfínteres de esta democracia que nos destruye porque construye sus fundamentos políticos y sus reglas sociales con los que odian a España programáticamente, con los que escriben sus códigos y sus anhelos políticos con la sangre de los compatriotas que cayeron defendiendo (siniestra, patibularia paradoja) un Sistema que los abandonó en vida y los traicionó en la muerte, al darle patente de legitimidad democrática a sus verdugos situando en el mismo plano de legalidad política el odio y el amor a España.

He ahí la prima y última ratio del pacto presupuestario socialcomunista con los asesinos de España, los bilduetarras y los hispanicidas del separatismo catalán, para que los enemigos de la Patria le den unas migajas más de tiempo en el Poder a los traidores a España. ¡Qué asco, coño, qué asco!

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