ALMENDRALEJO: Emilio de Justo ya es figura / por Pla Ventura

 Ha sido el Emilio de Justo de siempre, pero ya figura del toreo, es decir, sin la prestancia del toro de verdad que es el que le ha encumbrado. Como se ha demostrado, todos los toreros aspiran a ser figuras del toreo, si se me apura, ni es por el dinero -que lo es- es más por la clase de toros que suelen lidiar que no tienen peligro alguno y les permite estar a gusto consigo mismo.

 ALMENDRALEJO: Emilio de Justo ya es figura

Pla Ventura
Toros de Lidia / 3 abril, 2021

La definición de los toros de Aurora Algarra esta tarde en Almendralejo no sería otra que, dicha ganadera, lidió un toro y cinco animalitos con cuernos.  Sin duda que, tras lo ocurrido esta tarde en dicha plaza las figuras se matarán por lidiar dichos bicornes que, con toda la dulzura del mundo han hecho las delicias de sus lidiadores, que no la de los aficionados que nos hemos quedado con la miel en la boca. Es cierto porque, cuando ha salido el primer toro nos hemos ilusionado porque su emoción se palpaba incluso en Portugal y, ya en el segundo, nuestro gozo en un pozo hasta el final del destejo. Respecto a Antonio Ferrera y Miguel Ángel Perera, como dijo un día Lola Flores, si me queréis, irse. Eso digo yo, si nos quieren a los aficionados que se vayan y nos dejen en paz que, tantos años con la misma cantinela eso cansa una barbaridad.

Antonio Ferrera se ha enfrentado al único toro de la tarde que, en verdad, lo único que tenía era lo que debe tener un toro, casta y emoción. Ferrera, de pronto, con el capote ha querido poner en marcha su escenografía y le ha salido un churro. Dos chicuelinas zaparrastrosas ha sido su logro más importante. El toro ha sufrido una vara de categoría pero, milagros de la casta, el toro quería más; es decir, se lo han dejado crudo y una vez en la muleta ha demostrado quién era el que mandaba en la plaza. Era para empezar la lidia con esos doblones por abajo tan importantes para el toro de casta pero, Ferrera no se ha enterado de la cuestión. Ha visto que su puesta en escena era imposible y pronto ha desistido. Tres series sin alma ni sentido han bastado para que el diestro, acobardado se machara por la espada. En su segundo, un animalito derrengado y sin fuerzas, ha dejado a Ferrera con el culo al aire. Qué pena de torero porque, le recordamos en sus tardes heroicas y, verle ahora parodiado en sí mismo, eso produce una pena inmensa. Claro que, cuando mataba los toros auténticos no era figura como ahora. Váyase, señor Ferrera, deje paso a los demás que hay muchos esperando en la cola.

Miguel Ángel Perera es un torero vulgar como he dicho miles de veces y esta tarde lo ha demostrado en demasía. Para su desgracia, casi dos  metros de hombre necesita de un toro acorde a esa estatura puesto que, su enorme figura diluye por completo a sus enemigos. Dos animalitos sin alma, sin fuerzas pero con una bondad extraordinaria, en ambos ha estado pulcro. ¿Y qué? Ha mejorado un poco en su segundo pero, al final, más de lo mismo. Con esos animalitos, justamente con esos, es con los que han echado a las gentes de las plazas y luego se quejan de que nosotros somos derrotistas. Es cierto que, en su segundo, de haber acertado con la espada le habrían dado las dos orejas. Mucha pulcritud, mejor bien hacer, pero nada que decir. Las pruebas con contundentes.

Negar la torería de Emilio de Justo sería tan grave como negar la existencia de Dios. Se trata de un torero cabal como pocos, con una torería arrebatadora la que nos ha encandilado en muchas ocasiones, justamente cuando se enfrentaba a los toros bravos y encastados que, para colmo, tenía idéntica emoción a la que él ponía en su quehacer. En este día ha estado muy bien en su primero y fantástico en su segundo pero, en ambos, no ha emocionado a nadie. En ambos enemigos ha brillado con el capote con el que ha estado soberbio. En su primero sufrió una cogida al entrar a matar pero, menos mal que el toro no tenía mala intención alguna y, le ha arrollado pasándole por encima pero sin mayores consecuencias. Una cogida que le ha valido las dos orejas porque con una  iba bien arreglado. En el último de la tarde, De Justo se ha gustado en plenitud; es cierto que, con ese carretón en movimiento, su torería afloró de forma perfecta por ambos pitones. Ha sido el Emilio de Justo de siempre, pero ya figura del toreo, es decir, sin la prestancia del toro de verdad que es el que le ha encumbrado. Como se ha demostrado, todos los toreros aspiran a ser figuras del toreo, si se me apura, ni es por el dinero -que lo es- es más por la clase de toros que suelen lidiar que no tienen peligro alguno y les permite estar a gusto consigo mismo.  Recuerdo decenas de toros lidiados por Emilio de Justo en que,  la emoción que ponía el toro, con la torería del diestro, el binomio era perfecto. Como digo algo muy distinto era cuando De Justo mataba los Albaserradas en todas sus ramas que nos emocionaba hasta la locura.  Ha cortado cuatro orejas y un rabo en total y le han dado la vuelta al ruedo al último de la tarde. Ahora, siendo figura seguro que tiene sus adeptos pero, los que nos consideramos aficionados de verdad porque amamos el toro en su más pura expresión, entendemos que De Justo quiere parodiarse a si mismo. Enhorabuena para él y la ganadera porque ambos van camino del estrellato. Algo muy distinto será lo que pensemos los aficionados, pero eso, a ellos nada les importa.