"...Ayer Aguilar estuvo impecable con el quinto de la tarde. Era un toro de buena clase pero estaba muy justo de fuerzas. En otras manos el toro no hubiese lucido y la faena se hubiera vuelto imposible. El secreto de la faena consistió en no atosigar al toro. Había que darle su sitio y llevarlo sin obligarle..."
AGUILAR PROGRESA ADECUADAMENTE
- ...parafraseando a Corrochano yo exclamo: Es de Calasparra y se llama Filiberto. Aprovechando que ayer había corrida de rejones en Madrid, me desplacé a Guadalajara para ver una novillada. Y allí me encontré con Filiberto Martínez.
Domingo Delgado de la Cámara / Fotografías de Andrew Moore
A los niños ya no se les dan insuficientes en el colegio, tampoco les dan aprobados, notables y sobresalientes. Ahora simplemente se les pone “necesita mejorar” o “progresa adecuadamente”. Pues bien, Alberto Aguilar progresa adecuadamente. En realidad ha progresado extraordinariamente. Recuerdo bien como era Alberto Aguilar en sus tiempos novilleriles. Era un novillero bullidor y ratonero. A base de constancia y afición ha aprendido dar la lidia que cada toro requiere y a torearlo con gusto. Una vez más queda patente que el muchacho con afición y capacidad de sacrificio, llega mucho más lejos que ese otro muchacho de buenas cualidades innatas pero que no tiene afición ni capacidad de sacrificio.
Ayer Aguilar estuvo impecable con el quinto de la tarde. Era un toro de buena clase pero estaba muy justo de fuerzas. En otras manos el toro no hubiese lucido y la faena se hubiera vuelto imposible. El secreto de la faena consistió en no atosigar al toro. Había que darle su sitio y llevarlo sin obligarle. Había que acompañar la embestida sin bajar del todo la mano y perdiendo pasos. Aguilar aplicó esta receta y consiguió que el toro fuera a más. Además toreó con relajo y buen gusto. No sólo por el pitón derecho, el más claro. También por el izquierdo, con el que el toro se defendía más. Hubo ligazón y cadencia. La estocada fue muy buena. Se tiró muy derecho y consiguió una estocada en todo lo alto, y eso que el toro no hizo nada por él y le espero con la cara alta. Cortó una oreja pedida por unanimidad por toda la plaza. Con su primero no pudo hacer mucho. Este segundo de la tarde fue un toro muy bravo, pero se rompió totalmente en el primer puyazo que tomó. Derribó a pulso y estuvo forcejeando en el peto durante cinco minutos. Aquí se terminó el toro. Llegó al último tercio muy quebrantado.
El Capea no estoqueó ningún toro del hierro titular. Mató dos de Julio de la Puerta, tan nobles como sosos. Probablemente les atacó desde muy pronto. Capea no es un exquisito pero conoce el oficio. Es posible que con el toro duro y exigente pueda lucir. Con el toro noble no luce, sus limitaciones estéticas se lo impiden.
El hierro titular, Montealto, sólo lidió tres toros. Por diversas causas fueron devueltos dos. Aguilar mató dos titulares, Capea ninguno y Sebastián Ritter un Montealto y uno de El Ventorrillo. El de Montealto tuvo una nobleza quintaesenciada pero muy poca fuerza y muy poca raza. Aguantó sólo una serie. En sexto lugar salió un toro de El Ventorrillo superviviente de la corrida suspendida por cogida de los tres espadas. Lo que caracterizó al toro fue su tremenda aspereza. Era un toro muy bruto, muy brusco, muy duro. Ritter cometió el error de dejarlo sin picar. Cuando cogió la muleta tuvo que aguantar todo un muestrario de derrotes y cabezazos. Y es que nos encontramos ante un absurdo, a todos los toros se les cambia el tercio con dos puyazos sea como sea la condición del toro. No debe ser así, si es necesario un tercer puyazo, pues habrá que darlo, así será más fácil el trasteo de muleta. Y si el mal aficionado protesta, pues que proteste, lo fundamental es poder con el toro, lo fundamental es la buena lidia.
Cuando cogió el acero, dejó una estocada corta muy trasera. La estocada era ineficaz, como todas las traseras. Era necesario volver a entrar a matar otra vez. Sin embargo, Ritter se empeñó en descabellar. El descabello era imposible, como el toro estaba entero, en cuanto Ritter se quería acercar, el toro se arrancaba frustrando el descabello. Además estaba muy tapado. Perdí la cuenta de los intentos de descabello, la sangre chorreaba por el testuz del toro. Cuando sonaba el tercer aviso, milagrosamente Ritter acertó. Nunca se debía haber llegado a este descalzaperros. Que Ritter aprenda la lección, sólo hay que coger el verduguillo cuando ya no hay posibilidad de volver a entrar a matar, nunca antes.
Una vez Corrochano tituló a una crónica “es de Ronda y se llama Cayetano”, sólo con este titular puso al Niño de la Palma en boca de todos. Pues bien, parafraseando a Corrochano yo exclamo: Es de Calasparra y se llama Filiberto. Aprovechando que ayer había corrida de rejones en Madrid, me desplacé a Guadalajara para ver una novillada. Y allí me encontré con Filiberto Martínez. Es una lástima que mate tan rematadamente mal, tiene un serio problema con la espada, pero me sorprendió su extraordinario toreo al natural. Hacía mucho tiempo que no veía torear al natural con tanta largura, tanta cadencia, tanta ligazón. Hace el mejor toreo, el toreo de siempre, ese que nunca pasa de moda. El toreo de muleta al hocico y llevar largo al animal todo lo que el brazo da de sí. Quedé gratamente impresionado con la calidad de este novillero, al que estoy deseando volver a ver. Lo dicho, es de Calasparra y se llama Filiberto.
Alberto Aguilar
Alberto Aguilar
Alberto Aguilar
Alberto Aguilar
Alberto Aguilar
Alberto Aguilar
Alberto Aguilar
Alberto Aguilar
El Capea
Sebastián Ritter
Sebastián Ritter
Sebastián Ritter
Sabes que hay quien me dicute la frase de
ResponderEliminarCorrochano??????,