"...El verdadero damnificado de la derrota del otro día no es el Atleti, que ha firmado la mejor temporada de toda su historia y que le quitó la Liga al Barça en el Camp Nou; el gran derrotado es el Barça. En los próximos días nos vamos a dar cuenta del tremendo daño que La Décima ha infligido en el barcelonismo..."
El último vómito de un señorito de Berkeley
- Es en esa escalada verdulera por ver quién envenena más en contra del Real Madrid en la que cabe encuadrar sin duda el último vómito de Luis Racionero i Grau, un señorito de Berkeley, intelectual venido a menos, ingeniero del insulto que se ha puesto las botas a costa del club blanco.
31 de Mayo de 2014 -
Lo que probablemente no conociera nadie hasta ahora y vengo yo a descubrir aquí en rigurosa primicia informativa es que la final de Champions del sábado pasado fue en realidad un Triangular. Me explico: del Atlético de Madrid, convertido en paladín culé, dependía que la temporada del Barcelona fuera sólo muy mala o un auténtico catacrack. Tan cierto es que el equipo catalán no jugaba físicamente ese partido como que hace ahora una semana pude comprobar por mí mismo hasta qué punto los aficionados y socios azulgrana habían adoptado como propios los colores rojiblancos. Es cierto que, tensos primero, exultantes después tras el "churro" que propició el 1-0, literalmente hundidos tras el empate de Ramos y posteriormente sofocados o desaparecidos en combate cuando Bale, Marcelo y Cristiano hicieron justicia, los culés asistieron al hundimiento de la temporada de su equipo, ridículamente reducida una vez más a una derrota madridista: el título culé era la victoria de su paladín, el Atleti. Todo muy mediocre como puede apreciarse.
El verdadero damnificado de la derrota del otro día no es el Atleti, que ha firmado la mejor temporada de toda su historia y que le quitó la Liga al Barça en el Camp Nou; el gran derrotado es el Barça. En los próximos días nos vamos a dar cuenta del tremendo daño que La Décima ha infligido en el barcelonismo. Llevan una semana sonados y con la mirada vidriosa, groguis, tocados... Probablemente los somníferos y los ansiolíticos hayan mitigado hasta ahora el dolor del fracaso pero no existe en el mundo farmacopea capaz de impedir permanentemente que la realidad acabe imponiéndose. Del dolor pueden dar fe las portadas de los dos diarios periobarcelonistas: que si Luis Enrique en el Giro, que si la Tomasa en los títeres, que si me saco este conejo de la chistera...
Probablemente por eso de las "cuotas de mercado" y la supervivencia en Barcelona, que no debe ser nada sencilla, Mundo Deportivo, que años ha fuera un diario de reconocido prestigio, se está viendo forzado últimamente a competir con Sport en extravagancias. Si Sport dice una burrada, Mundo Deportivo suelta otra mayor al día siguiente, todo con tal de tener contento, aunque desinformado, al público barcelonista, que parece tragárselo todo como un niño bueno. Es en esa escalada verdulera por ver quién envenena más en contra del Real Madrid en la que cabe encuadrar sin duda el último vómito de Luis Racionero i Grau, un señorito de Berkeley, intelectual venido a menos, ingeniero del insulto que se ha puesto las botas a costa del club blanco.
No pienso reproducir aquí por supuesto ni media línea de lo expuesto por el filosofillo. Tampoco puedo recomendar la lectura de semejante bodrio. Me estoy arrepintiendo incluso de darle publicidad. Aún conservo algún amigo en Mundo Deportivo, buenos periodistas, profesionales decentes que no tienen por qué ocultar sus preferencias futbolísticas pero que son capaces de informar con honradez: estoy seguro de que se han sentido avergonzados por el libelo de este caballerete. Tres cosas demuestra el último vómito de Racionero: que La Décima ha herido de muerte al barcelonismo, que debe ser muy triste verse obligado a envejecer como Norma Desmond y que en Berkeley venden muy baratos los doctorados en Urbanismo.
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