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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

viernes, 23 de octubre de 2020

La tauromaquia, salvaguardia del respeto / por Rafael Comino Delgado

Hay numerosos signos de pérdida de respeto en la sociedad; sin embargo, en el toreo se sigue manteniendo el respeto de unos hacia otros, y especialmente a los mayores. En las escuelas taurinas hay mucho más respeto que en muchísimos colegios.

La tauromaquia, salvaguardia del respeto

Catedrático de la Universidad de Cádiz
La palabra respeto, como casi todas, tiene varias acepciones en el diccionario de la RAE. Entre ellas: a) Veneración, acatamiento que se hace a alguien; b) Miramiento, consideración, deferencia. Pero, resumidamente, podemos decir, para nuestro propósito, que es la deferencia o atención especial, con que se trata a una persona o una cosa, por sus cualidades, cargo o circunstancias.

El respeto y la buena educación, en general, son valores que se están perdiendo en nuestra sociedad de forma alarmante. No hay respeto de unas personas a otras, no hay el respeto debido a los padres, a los mayores, a los profesores, etc. Y lo peor es que ello es impulsado por los dirigentes, es decir por los políticos, claro que no por todos, pero sí por muchos, muy especialmente los autodenominados “progres”. Algunos políticos actuales, como el vicepresidente segundo del Gobierno, se esfuerzan y se jactan en acudir a los actos públicos, especialmente si allí está su majestad el Rey, mal vestidos, desaliñados, sucios, para enfatizar la falta de respeto hacia los demás, y especialmente a la persona de mayor rango en ese acto. El licenciado don Fernando Simón, que sale diariamente en televisión bastante desaliñado, para informar -o mejor desinformar- sobre la pandemia, se jactaba, en una entrevista, de que no se peinaba desde los 15 años, y que nunca se planchaba las camisas. Particularmente me parece una falta de respeto a todos los televidentes, pero a él le parecerá normal. Se enorgullecen de despreciar los formalismos, cuando, como señala el filósofo don Nicolás Gómez Dávila, “el desprecio a los formalismos, es patente de imbécil”. Tratan con ello de demostrar que todos somos iguales, y nadie es más que otro. Defienden la sociedad igualitaria, que lo único que consigue es anular la imaginación, la iniciativa y fomentar la mediocridad.

Empecemos por destacar algo que ya es un hecho, como la pérdida de la palabra Usted, quizá la más bonita del castellano o español, pues permite decirle, al interlocutor, sin decírselo, “yo le respeto, por tanto, respéteme a mí”, y también “yo le respeto porque Ud. es una persona que merece ser respetada, por cómo es, por sus cualidades, porque quiero respetarle”.

Hay numerosos signos de pérdida de respeto en la sociedad; sin embargo, en el toreo se sigue manteniendo el respeto de unos hacia otros, y especialmente a los mayores. En las escuelas taurinas hay mucho más respeto que en muchísimos colegios

A partir de la Transición se ha ido perdiendo, impulsado por determinada ideología política, queriendo así igualar a todos por abajo. Pretenden dar a entender: “Todos somos iguales, y yo te hablo de tú”. Pues sí, somos iguales ante la Ley, y podrá hablar usted de tú a todo el mundo, pero hay unos que son superiores a usted, en educación, en cultura, en bondad, en saber estar y saber respetar, y usted es inferior, entre otras cosas por no querer aceptar la realidad, y por no respetar a quien debe respeto.

Esto, incluso, ha sido muy impulsado en los colegios y en las universidades por profesores mediocres, que querían y quieren hacerse los simpáticos, para caer bien a los alumnos y que no les critiquen su escasa capacidad profesional.

De toda la vida ha sido tenido por costumbre, y por signo de buena educación, ceder el asiento a las señoras y a los mayores, o dejarles pasar primero, y también se está perdiendo.

Así podríamos ir citando más signos de pérdida de respeto, en la sociedad, sin embargo, en el toreo, en el mundo del toro, no ha ocurrido igual, se sigue manteniendo el respeto de unos hacia otros, y especialmente a los mayores. En las plazas de toros no se suelen ver altercados como los que ocurren en otros espectáculos, y ello es debido que los aficionados son personas, en general educadas y respetuosas con todo el mundo.

Conozco muchos profesores de escuelas taurinas, y todos, absolutamente todos, inculcan a sus alumnos, desde el primer día, que si importante es ser figura del toreo, más importante aún es ser persona, ser buen ciudadano. Y respetar al toro. Nadie respeta y quiere más al toro, y a los animales en general, que los taurinos

He dicho y escrito, varias veces, que en las escuelas taurinas hay mucho más respeto que en muchísimos colegios -especialmente públicos- hoy día en España. Acudan Uds. a cualquier escuela taurina y verán como los alumnos van todos bien vestidos, lavados y peinados, que jamás hablan de tú a los profesores, o a los mayores, y, por supuesto a las personas que no conocen.

Conozco muchos profesores de escuelas taurinas, y todos, absolutamente todos, les inculcan a los alumnos, desde el primer día, que si importante es ser figura del toreo, más importante es ser persona, ser un buen ciudadano. Y esto ocurre también entre los profesionales, que hay un gran respeto. Pero no lo verán jamás en la sociedad en general, ni en la mayoría de los colegios. Igualmente, se les inculca un enorme respeto hacia el toro, colaborador imprescindible con el torero. Nadie respeta y quiere más al toro, y a los animales en general, que los taurinos.

Esta es la realidad, que a algunos molestará se diga tan claramente, pero así es. En nuestra sociedad se ha perdido el respeto, en general; cada uno hace lo que le parece, sin reparar en si ello molesta o no a los demás, pero en el toreo (profesionales y aficionados) se sigue siendo respetuoso con los demás.

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