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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

viernes, 16 de octubre de 2020

Los niños, sin toros / por Pla Ventura

Ahora, la nueva medida es promulgar una ley para que los menores de dieciocho años no puedan ir a los toros; ley que aprobarán de inmediato porque los muy cabrones tienen mayoría en ese parlamento horrible que, en vez de políticos, allí dentro parece que hay seres de ultratumba.

Los niños, sin toros

Pla Ventura
Toros de Lidia / 15 octubre, 2020
Como no podía ser de otro modo, Podemos, esa formación política que jamás debió de existir, atenta una vez más contra la tauromaquia. Y digo que nunca debería de haber existido porque, esos llamados políticos de nueva ola, lo único que han hecho por este país no es otra cosa que sumirlo en la miseria más grande del universo, importándoles una mierda los ciudadanos que, como todos sabemos, pasan calamidades mientras dichos dirigentes viven a cuerpo de rey con el sudor de los que todavía trabajamos.

Desde que el guapo de turno les dio cobijo en el gobierno, los apestados de Podemos no han hecho otra cosa que intentar eliminar la tauromaquia porque, sencillamente, a ellos no les gusta. Ahora, la nueva medida es promulgar una ley para que los menores de dieciocho años no puedan ir a los toros; ley que aprobarán de inmediato porque los muy cabrones tienen mayoría en ese parlamento horrible que, en vez de políticos, allí dentro parece que hay seres de ultratumba.

Las aberraciones que podemos ver con estos personajes son grotescas, por no decir barriobajeras porque, con lo que está penando España por culpa de la pandemia y, por otro lado, por la dejadez de los que dicen gobernarnos, que su único fin sea destruir la tauromaquia, hay que ser malas personas en grado sumo, título que ostentan desde el primero hasta el último. Y, como dije muchas veces, estas gentuzas están en el poder porque muchos descerebrados les votaron, como pasó con el tipo de la cara de cartón que, él sabe cómo llegó al gobierno ya que, como se ha demostrado en estos días, lo hizo de forma ilegal. 

Y lo peor no es cómo llegó, sino lo que está haciendo que, no es otra cosa que terminar de hundir a España en la más absoluta hecatombe para que, si ahora tenemos un treinta por ciento de la población de alto riesgo de pobreza, antes de acabar el año llegaremos al cincuenta por ciento los que nos costará un mundo poder llenar el puchero.

Este gobierno permite todo; todo lo que sea atentar contra los toros, los ciudadanos de orden, a la iglesia, al Rey de España, a la destrucción y quema de banderas; todo está permitido porque a ellos les satisface, les gusta que todo se destruya, que no quede nada en pie para así erigirse en caudillos de la nada; es decir, hasta llegar al punto de Venezuela en que, cuando ya no quede nada, que todos pasemos por “taquilla” con la cartilla de racionamiento para que nos den la bolsa de comida. Mientras todo eso ocurre, ese mismo gobierno que atenta contra los toros, riega con cientos de miles de euros a organizaciones ecologistas, a maricones, lesbianas y gente rara que, dichosos de ellos, porque si están reconocidos por estos tipejos, algo que las gentes que antes entendíamos como normales, no podemos presumir.

¿Conoce alguien algún país en que se queme la figura del Jefe del Estado? No existe ni uno sobre la faz de la tierra pero, amigo, en España somos diferentes, por eso vimos ese espectáculo dantesco en navarra cuando quemaron la figura del Rey de España, la de Cristóbal Colón y, lo más sangrante de la cuestión es que, estos tipos, todos, de la mentira han hecho una forma de vida que, los más inocentes les siguen creyendo. Es lamentable que, los socios de ese Sánchez caradura, cometan atrocidades por doquier y que el tipo mire hacia otro lado. ¿Se puede ser más ruin? Es imposible porque él ostenta el título antes citado

Contra los toros empezó ese estúpido llamado Zapatero que, como sabemos, apoya al gran dictador de Venezuela; ese personaje fue el primero que atentó contra los toros y, como no podía ser de otro modo, ahora, sus correligionarios y demás caudillos podemitas, le siguen su curso y, como digo, no pararán hasta que vean cerradas todas las plazas de toros de España. ¿Qué le importa a esa gentuza, arte al margen, que de dicha fiesta vivan cientos de miles de personas? Al social-comunismo solo le interesa que haya hambre y desdicha porque, como los hechos demuestran, las personas no les interesan para nada y, si como en los toros, al final todos morimos de hambre, estúpidos de nosotros que, de forma generalizada un día les dimos un voto de confianza para que, ahora, como pago, nos suman en la más vil de las desdichas.

Los toros, como dije, eso sería el menor de los males, siendo gravísimo el asunto pero, ¿qué pasa con España y los cientos de miles de personas que ya lo han pedido todo? Pablo Iglesias, como es notorio, le sudan los cojones porque vive como un rey, eso sí, custodiado por la guardia civil, la que tantas veces denigró pero que, ahora, claro, son sus aliados para que nadie se le ocurra, ni por asomo, acercarse a su mansión. ¡Eso es comunismo del bueno, sí señor!

Esos mismos comunistas que serían felices quemando las iglesias deberían de saber que, mientras ellos se preocupan de destruir la fiesta de los toros, esa Iglesia que ellos quieren quemar es la que ha mandado a doce mil misioneros por el mundo para paliar las necesidades de los más pobres, la que ha construido cuarenta hospitales en toda Hispanoamérica y África y, por supuesto, la que tiene esa organización llamada Cáritas que, sin duda alguna, ha alimentado a millones de personas en España mientras que este gobierno asqueroso mira hacia otro lado que, como en el caso que nos ocupa es la destrucción de la fiesta de los toros. ¿Queréis más pruebas de lo que hacen estas gentuzas?

Iros con cuidado que, al paso que vamos, dudo que alguna vez votemos de nuevo, las pruebas así nos lo hacen presagiar. Nos quedaremos sin toros, eso es más cierto de que existe un Dios pero, lo más lamentable es que nos quedaremos sin pan y luego veremos todo esto quien lo arregla. Eso sí, todavía quedan miles de ignorantes que, de votar ahora mismo, les darían su confianza. ¿En qué país vivimos? La pregunta no tiene respuesta. Eso sí, a diario me acuerdo de un señor al que le llamaban Jaime Milans del Bochs que, no recuerdo su profesión, pero nos inspiraba mucha confianza. Vivir para ver. Id tomando nota que esto no ha hecho nada más que empezar.

Dentro de apenas “cinco” minutos, las imágenes que mostramos de los niños en los toros, serán historia pasada.


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