Definitivamente, con esta gente ocupando ministerios, el mundo taurino no nos vamos al teatro... nos vamos a la mierda. |
Nos tendremos que ir al teatro por varias razones, además por el consejo ministril. Seguramente porque son edificios cerrados y ahora, que llega el invierno, hará menos frío. Segundo porque habrá que rentabilizar las distintas subvenciones que el tal ministro aporta a la causa y tercero porque terminarán asfixiando la fiesta de los toros.
¿Serán los teatros un buen lugar de encuentro precisamente ahora que es más aconsejable reunirse en lugares abiertos por aquello de la pandemia que nos asola?
¿Será bueno que los ciudadanos apoyemos cualquier cultura -hay obras que están hechas por zotes, incluso maleducados, que sin las generosas subvenciones no podrían ver la luz- y que congregan solamente a gentes marginales y antisistema?
¿Es posible que quienes amamos la fiesta de los toros, donde la cultura y el arte nacen de forma espontánea, perdamos la posibilidad de elegir dónde queremos ir, sustituyendo esa nuestra libertad por una imposición gubernamental?
‘No debería recomendar ir a los toros, pero si al teatro porque es pacífico’. Estas declaraciones, inoportunas, ofensivas e inaceptables, han puesto de nuevo sobre la mesa el carácter ‘dialogante’ de quienes nos gobiernan. Para ellos sus gustos se convierten en imposiciones y, desde esa posición, cacarean que son dialogantes. De ahí que luego todos veamos con quiénes dialogan. Con el mundo del toro desde luego que no. Habrá que recordarle al ministro que pacífico es aquello que pregona o ensalza la paz, lo contrario de lo que él hace con sus palabras.
El mundo del toro es, sin duda, el más pisoteado de todos. Nada hay que pueda parecer abierto al diálogo cuando, se ve a las claras, el acoso y el desprecio con el que se le trata. Ni por exigencia de la Ley, que deberían cumplir escrupulosamente, puede esperarse algo parecido a su no exclusión, más al contrario.
Si prometieron lealtad a la Constitución y al Rey y no lo cumplen, cómo se puede esperar que cumplan otro tipo de promesas u obligaciones.
Que esperen sentados los profesionales si creen que les llegarán las ayudas que por ley les corresponden, ignorarles es mucho más rentable si a través de la exclusión se les puede hacer morir de hambre. Más les valdría habilitar una patera en la vecina África y desembarcar todos en España por la costa. Entonces tendrían adquiridos un montón de derechos, además de alimentos gratuitos.
Definitivamente, con esta gente ocupando ministerios, el mundo taurino no nos vamos al teatro... nos vamos a la mierda.
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