¿Puede algún mortal creer que Fernando Adrián sería capaz de desestimar algo si se trata de la plaza de Madrid? Estoy seguro que, dado su momento de penumbra, si Madrid le ofrece la de Saltillo seguro que se apunta, aunque fuera por salvar su propia dignidad a sabiendas del riesgo que estaba corriendo. Hemos tocado fondo en el toreo y, lo triste de la cuestión es que no saldremos nunca del antro en que hemos entrado.
Hay un dato que sí es revelador, hemos hablado más de Fernando Adrián sin torear nada que si hubiera intervenido en treinta corridas de toros. Pero mala cosa es que nos acordemos a diario de dicho diestro por la amarga situación que está padeciendo en la que, insisto, seguro que estará al borde de la locura. ¡Y todavía hay gentes que se preguntan por qué no torea Fernando Robleño! Es cierto que, Robleño es un torerazo, algo que hemos constatado mil veces pero, si no torea el triunfador absoluto de Madrid, lo de Robleño me parece casi “justo” dicho sea entrecomillas.
Lo ha desestimado. Vamos que, lo pienso y me entran los espasmos de la muerte. Es cierto que, Fernando Adrián ostentará para siempre un récord que nadie le igualará y, lo que es peor, en trescientos años de tauromaquia, nadie había ostentado semejante “galardón”:
Aquello de ser el triunfador absoluto de Madrid y que no te den ni un solo festejo, eso no había pasado jamás y, como digo, tampoco se repetirá nunca.
Adrián, como premio, tiene la feria de Cuenca en la que Maximino Pérez, el empresario, ha decidido apoderarle pero, sospecho que, ni con el intercambio de cromos entre otros empresarios por aquellos diestros que Maximino contrata para Cuenca, ni con ese bagaje logrará nada para Adrián.
Tras este festejo, le queda Albacete, la única feria en la que se le contrató, eso sí, con un cartel humilde. Como vemos, desde mayo hasta finales de agosto ha tenido que esperar Fernando Adrián para que le den otra oportunidad. Increíble pero cierto.
Este dramático hecho viene a demostrar que, lo que suceda en Madrid los empresarios se lo pasan por el forro de sus cojones, Francisco de Manuel es otro ejemplo puesto que, el pasado año resultó ser el triunfador rotundo de la feria otoñal y, ahí está sentado en su casa. Y si no estamos contentos con las cabronadas a las que someten los empresarios a los diestros, ahí tenemos en caso de Isaac Fonseca, triunfador absoluto en la Copa Chenel y el pobre ahí anda arañando algún que otro contrato cuando, por méritos propios, como Adrián, debería de estar en las grandes ferias.
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