En cierta ocasión le preguntaron en una entrevista a “Manolete” sobre la vida que hacía en Méjico, si salía por las noches, y “Manolete” contestó:
Si, hay muchos lugares maravillosos y otros no tanto.
Cierta noche fue a un cabarets de poca monta que olía a pólvora, estaba bailando con una bellísima mujer, y al pasar frente a una mesa le dijo un flamenco:
Mi matador, ésta es mi novia. Se la dejo solo para dos bailecitos nada más.
Y al acabar la pieza ”Manolete“ se dirigió a la chica diciéndole:
"Mira niña, me están esperando fuera, no me has dicho que tienes novio. Y yo no he venido a Méjico a reñir con los mejicanos, he venido a torear y matar toros."
No hay comentarios:
Publicar un comentario