Los toros forman parte de una fiesta que es más que una simple corrida.
En la foto, la Feria de Xmatkuil.
El México tradicional, devoto, está lleno de festejos taurinos, de fiestas patronales que tiene a los eventos taurinos como eje central.
Los toros: patrimonio con trascendencia
Amigos aficionados…
La semana pasada tratamos el tema de la “modernización” que desde las cámaras quieren hacer con la tauromaquia mexicana.
Los toros de lidia, deberán saber los que procuran esa “mejora” en la fiesta de los toros, están creados única y exclusivamente para terminar su vida en los ruedos.
Así debe llegar el mensaje a los diputados Ricardo Monreal (exgobernador de Zacatecas, no de San Luis Potosí, como se dijo aquí por error) y Pedro Haces Barba, quienes parecen liderar todo este embarullo.
Los toros de lidia, o novillos, son los encargados de meter a miles de aficionados a los tendidos de las plazas, de generar millones de pesos en ganancias, con cientos de miles de empleos.
El México tradicional, devoto, está lleno de festejos taurinos, de fiestas patronales que tiene a los eventos taurinos como eje central.
Yucatán, según “La Fiesta no manifiesta”, con la investigación levantada por Antonio Rivera Rodríguez y sus colaboradores, reportó más de 2 mil festividades taurinos por año tan sólo en estos lares.
En Madrid y en otras entidades en que los toros y las corridas son un patrimonio (hasta donde llegó ese compendio), se quedaron boquiabiertos con la exposición llevada desde los tablados donde el sacrificio del toro bravo o la lidia del ganado criollo, y la devota manifestación por los santos por sus fieles ciudadanos, es mucho más grande que lo que los deseos de los antitaurinos y quienes desde una curul los respaldan.
La hemos señalado alguna vez y la repetimos: “Los toros es la fiesta más culta del mundo”. Es una frase salida de la magistral pluma de Federico García Lorca, que dice claramente lo que unos cuantos no quieren aceptar. No la acepten si no quieren, sólo respétenla. Los taurinos, de su lado, deberán defenderla, es patrimonio de los que somos aficionados.
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