Seguimos con Valencia y demás afectadas por la gota fría y por la clase política, basura putrefacta. Y con los políticos riéndose del pueblo español en tu totalidad. Y con el ministro, ay que joderse cómo pudo llegar ahí, y tantos otros, el demente Puente, que tarda en parirlo un poco más su mamá y nace asno. Afirmó, hay que ser torpísimo además, que su jefe, que lo ascendió por hacer un muy sucio papel en el endemoniado Congreso, no había dicho jamás que, si necesitaban ayuda, la pidieran. ¿De dónde lo han sacado? Y este cenutrio ¿quiere engañar a alguien o llenarse hasta la boca del fango del que predica el de la cloaca de la Moncloa?
Ricardo Díaz-Manresa
Mientras sigue la vida sin dimisiones ni cárcel para los que la merecen por la gota fría, pues Roca Rey imita a Morante. Bueno, ya está todo inventado. No es copiar lo de Roca Rey a Morante, las dos únicas figuras que tenemos. Es tomar una decisión lógica. A Morante no le hacía falta apoderado alguno ni ahora a Roca Rey. No tienen que pedir contratos sino perfeccionar los muchos que les llegan. Y para darle la comisión a un profesional del apoderamiento, un chollo para ellos, pues le dan comisión o buen sueldo a un amigo o a la familia. Por eso, Morante puso a su íntimo amigo, Pedro Jorge Marques, al frente de su carrera y ahora ha hecho lo propio Roca Rey con su hermano Fernando. ¿Qué apoderado le hacía falta a Manuel Benítez cuando se desvinculó de El Pipo?. Pues puso a una persona de confianza y santas pascuas.
Bien está que Daniel Luque y Tomás Rufo hayan cambiado de dirección porque todavía están en el nivel de pedir más contratos y más dinero e incluso más consejos, técnicos, profesionales y humanos. O porque le parezca que deben torear más, en más ferias y a más dinero o no quieran compartir apoderados y exijan dedicación absoluta. Está claro que a gusto no estaban y quieren mejorar. El problema es que lo consigan.
En el grupo de esos toreros está el grupo de apoderados necesarios. Tienen que llamar bastante y negociar mucho. Y conseguir mejoras.
Y tras apoderados innecesarios y necesarios están los inútiles (que es inútil que los tengan porque es casi imposible conseguir algo). Luchan, llaman, se ofrecen, sólo quieren que pongan a sus toreros en las condiciones que sean, aceptadas siempre y, sin embargo, consiguen poco, muy poco o nada. Y más ahora que se ha reducido el número de festejos para todos y especialmente para los llamados toreros modestos.
Muchos apoderados de este tercer nivel son completamente desconocidos hasta tal punto que cuando se arma el jaleo de rompimientos al final de temporada y nos ofrecen las noticias “interesantísimas” con el clásico anuncio de que se separan pero se quieren como hermanos, no se sabe en algunos casos quién es el apoderado y quién el torero. Así estamos.
Mundo del apoderamiento, otro grupo para estudiar.
Viernes, 15 Novbre. 2024
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