Leandro Marcos en Vistalegre de Madrid
"La crítica y el toreo de nuestros días".
Sevilla.- 22 de Febrero de 210
En momentos delicados como los que vivimos, los que formamos parte de la crítica taurina bajamos las exigencias y cantamos como bueno lo que apenas ha sido mediano. Es como si para no maltratar al enfermo se suavizara el tono de la crítica porque así se le hará menos daño.
La verdad es que la función de la crítica debe permanecer inalterable, al margen de la situación de la Fiesta.
Creo interpretar que esta postura de benevolencia intenta ayudar al toreo actual porque vive momentos complicados. No quiero ni pensar que esos juicios favorables sean la consecuencia del desconocimiento, que todo es posible en algunos casos.
La crítica actual tiene un chivato que la de delata a las primeras de cambio: la televisión. Todo esto viene a cuanto de las crónicas publicadas acerca de las corridas del sábado y domingo en Vista Alegre. En la primera los cánticos se los llevó Leandro; en la segunda, el joven alternativado Javier Cortés.
La realidad pura y dura es que ambos estuvieron a un nivel de mediocridad alarmante, torearon de forma mecánica y no aprovecharon las reses a las que se enfrentaron. Sin embargo, la crítica, esa misma de la que formo parte, los ha cantado a ambos.
Es la rutina la que parece que manda en los textos; es la obligatoriedad para ensalzar al menos malo; es una falacia que intenta tapar las carencias de dos espectáculos mediocres. Alguien escribe cosas increíbles, como que Cortés es una figura en ciernes.
He repasado la corrida varias veces y no entiendo el motivo de esa afirmación. De Leandro, un torero ya pasado de rosca, eterna promesa, se escriben cosas que no presencié en la retransmisión del festejo.
En definitiva, que los críticos estamos también necesitados de un cursillo acelerado de formación taurina, algo difícil de lograr a estas alturas. Los que no saben y tengan un púlpito para escribir son privilegiados, pero a los que saben la verdad del cuento no nos van a confundir con crónicas benevolentes. Creo que el problema es doble. Muchos críticos ya formamos parte del taurinismo. Las crónicas amables intentan no echar piedras contra nuestro propio tejado.
La realidad, por desgracia, es que algunos no tienen ni idea, lo que aún es más grave.
Fuente:
http://www.sevillatoro.com/
"La crítica y el toreo de nuestros días".
"De Leandro, un torero ya pasado de rosca, eterna promesa, se escriben cosas que no presencié en la retransmisión del festejo."
Artículo de Carlos Crivell.
Sevilla.- 22 de Febrero de 210
En momentos delicados como los que vivimos, los que formamos parte de la crítica taurina bajamos las exigencias y cantamos como bueno lo que apenas ha sido mediano. Es como si para no maltratar al enfermo se suavizara el tono de la crítica porque así se le hará menos daño.
La verdad es que la función de la crítica debe permanecer inalterable, al margen de la situación de la Fiesta.
Creo interpretar que esta postura de benevolencia intenta ayudar al toreo actual porque vive momentos complicados. No quiero ni pensar que esos juicios favorables sean la consecuencia del desconocimiento, que todo es posible en algunos casos.
La crítica actual tiene un chivato que la de delata a las primeras de cambio: la televisión. Todo esto viene a cuanto de las crónicas publicadas acerca de las corridas del sábado y domingo en Vista Alegre. En la primera los cánticos se los llevó Leandro; en la segunda, el joven alternativado Javier Cortés.
La realidad pura y dura es que ambos estuvieron a un nivel de mediocridad alarmante, torearon de forma mecánica y no aprovecharon las reses a las que se enfrentaron. Sin embargo, la crítica, esa misma de la que formo parte, los ha cantado a ambos.
Es la rutina la que parece que manda en los textos; es la obligatoriedad para ensalzar al menos malo; es una falacia que intenta tapar las carencias de dos espectáculos mediocres. Alguien escribe cosas increíbles, como que Cortés es una figura en ciernes.
He repasado la corrida varias veces y no entiendo el motivo de esa afirmación. De Leandro, un torero ya pasado de rosca, eterna promesa, se escriben cosas que no presencié en la retransmisión del festejo.
En definitiva, que los críticos estamos también necesitados de un cursillo acelerado de formación taurina, algo difícil de lograr a estas alturas. Los que no saben y tengan un púlpito para escribir son privilegiados, pero a los que saben la verdad del cuento no nos van a confundir con crónicas benevolentes. Creo que el problema es doble. Muchos críticos ya formamos parte del taurinismo. Las crónicas amables intentan no echar piedras contra nuestro propio tejado.
La realidad, por desgracia, es que algunos no tienen ni idea, lo que aún es más grave.
Fuente:
http://www.sevillatoro.com/
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