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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

lunes, 12 de julio de 2010

PAMPLONA: Lo heroico a la baja / Por Bocanegra

Juan José Padilla en estado "esperpéntico"
Lo heroico a la baja

Por Bocanegra

Lunes 12 de Julio de 2010
Se ve que Juan José Padilla le ha tocado vivir un época de valores subvertidos en el toreo –en lo demás también-, cuando su concepto épico y a veces heroico pasa habitualmente a ser catalogado de esperpéntico, por grotesco y excéntrico.

De siempre se había tenido por cierto en el toreo aquello de “los del valor a mandar y los del arte a acompañar”. No es que vayamos atribuir méritos al jerezano para liderar el escalafón, pero de ahí a no reconocer su valía y, mucho menos tomarlo a broma, va un importante trecho.

Cuando a uno que yo me sé, lo ha cogido un medio toro y le ha manchado la cara de sangre se le ha bautizado como “cáliz sagrado” o “mártir de la verdad”. A Padilla no, que va. Cuando el hombre pasa por idéntico trance ante un toro rabioso, y actúa con gesto de hombría, valor, y de heroicidad en su caso, se le cataloga de grotesco, o fiel intérprete del esperpento.

Ayer en Pamplona se vio lo milagroso del capotillo de San Fermín haciendo el quite –ante la pasividad de su peón- a un hombre que se jugaba la vida conscientemente ante un toro de Miura, que lo prendió “pa matarlo” varias veces.
Al no llevar cornada, huyó de la enfermeria para irrumpir en el ruedo maltrecho y con el traje destrozado para continuar la lidia y muerte de su frustrado asesino, al que ya se disponía Rafaelillo a estoquear.

Antes de cobrar una estocada y la oreja ganada, se entretuvo en darle una serie de manoletinas al marrajo, suerte con la que se hubieran abierto de cachas algunos peripatéticos si en lugar de Padilla las hubiera dado algún dios de piedra al uso, y no ante uno de Zahariche, ¡por dios y por la virgen!.

Cuando el Ciclón de Jerez vuelva el próximo año a Pamplona –no será con chochillos, no- le cantarán a coro el cumpleaños feliz al iniciar el paseíllo por su primer aniversario de su vuelta a nacer. A otros igual le entonarían lo de la chica ye-yé.

¿Cuantas veces se ha visto a un torero tener que ponerse un pantalón de monosabio por estropicio en la taleguilla, para seguir en el ruedo? Pues eso le ocurrió al matador de las patillas del romanticismo en el toreo –tampoco les gusta eso-, que echó mano de un jeans, no para subirse a una carroza del desfile del orgullo gay, sino para enfrentarse a otro toro de la legendaria y luctuosa ganadería de Miura. Quizás para algunos sería más oportuno vestirlo como la Paulova, o mejor como Nureyev, sí, sí, mejor de Nureyev.

Entre mesias errantes y eslabones perdidos deambula la legión de iluminados en busca de……. sí se sabe qué.

1 comentario:

  1. le felicito por su comentario sobre padilla, el cual comparto al cien x cien.

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