"...Estamos ante una ofensiva que no va a ceder y contra la que ya no cabe enarbolar los valores culturales y socioeconómicos de la Fiesta. Aquí ha comenzado una batalla que habrá que librarla en un primer lugar exigiendo el cumplimiento de la legalidad vigente y después, casa a casa, cuerpo a cuerpo, si es preciso..."
- Y aquí viene el silencio de los corderos, la inexplicable actitud silente de las grandes figuras del toreo, de los empresarios, de los ganaderos, que siguen con la cabeza debajo del ala como convencidos de que aquí no pasa nada.
La defensa de la Tauromaquia y el silencio de los corderos
Los aficionados sienten como unas garras afiladas y negras amenazan con saña la Tauromaquia. Un antitaurinismo basado en una demagogia política que deja a un lado todos los condicionantes morales que pudieran tener los que con verdadera convicción se sienten lejanos a la Fiesta.
Una gran mentira utilizada como una cortina de humo sobre los verdaderos problemas que siguen acuciando a la sociedad española y por ende a todos los municipios en los que la izquierda radical -Podemos y sus marcas blancas- ha lanzado su órdago sobre los toros.La Coruña, Palma de Mallorca, Huesca, Níjar, Gandía… son ejemplos con un mismo patrón: un PSOE que sucumbe a las soflamas de una minoría que le garantiza la vara de mando de la alcaldía.
Estamos ante una ofensiva que no va a ceder y contra la que ya no cabe enarbolar los valores culturales y socioeconómicos de la Fiesta. Aquí ha comenzado una batalla que habrá que librarla en un primer lugar exigiendo el cumplimiento de la legalidad vigente y después, casa a casa, cuerpo a cuerpo, si es preciso.
Pero hasta el momento en la defensa de la Tauromaquia solo acuden los aficionados, la infantería que no encuentra el apoyo de un sector al que sigue manteniendo con su millonaria asistencia a las plazas.
Y aquí viene el silencio de los corderos, la inexplicable actitud silente de las grandes figuras del toreo, de los empresarios, de los ganaderos, que siguen con la cabeza debajo del ala como convencidos de que aquí no pasa nada. No han aprendido nada de todo lo que sucedió en Cataluña, un proceso que ahora se repite, pero a velocidad de vértigo. Aquí, lejos de un verdadero lobby taurino que ponga sobre la mesa de lo público al máximo nivel -y de ahí para abajo- todo lo que económicamente significa el espectáculo taurino para las distintas administraciones, que demuestre con contundencia la realidad ecológica de la cría del toro bravo, que comunique y exija información; lo único que los aficionados se encuentran es que los toreros han salido desmonterados en Pamplona y una frase de apoyo a la Mallorca taurina en las redes. Temblando tienen a los podemitas.
El silencio de los corderos mientras la infantería se sigue batiendo el cobre por la pervivencia de su pasión. O alguien se levanta contra toda esta mentira política que hace que un mismo partido apadrine la fiesta en una ciudad y luche contra su pervivencia en otra a pocos kilómetros, o las garras antitaurinas van a afilarse todavía más, sobre todo si el sector no pone freno, que puede, y si los corderos siguen en silencio.
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