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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

jueves, 17 de marzo de 2016

Guardiola: Bayern de día, City de noche / por Juan Manuel Rodríguez



"...Y ahora pongámonos en el caso de que mañana el sorteo decide emparejar al City con el Bayern, ¿será capaz Guardiola de hacer por una vez varias cosas a la vez como una mujer (o un hombre) que sí sean capaces de hacerlo?... Porque hasta ahora no lo ha demostrado, la verdad..."


Guardiola: Bayern de día, City de noche

Más allá del desgastado cliché feminista que sirvió para situar generacionalmente a quien lo pronunció, si algo ha demostrado precisamente Pep Guardiola en la eliminatoria frente al Bayern es que no es como esa mujer a la que se refirió capaz de hacer varias cosas a la vez (porque digo yo que habrá mujeres que sean incapaces de hacer varias cosas a la vez y hombres que, pese a serlo, también sean capaces de hacer varias cosas a la vez). Por otro lado, puedes hacer varias cosas a la vez pero hacerlas todas mal o centrarte exclusivamente en una y después en otra, y luego en otra más, e ir haciéndolas todas muy bien. Lo que (no le demos más vueltas al asunto) pretendía en el fondo Guardiola con esa desafortunada frase sexista, más propia de alguien de 70 años que de un varón que frisa la cincuentena, no era otra cosa que justificar su peculiar pluriempleo: entrenador del Bayern de día, técnico del City de noche, como la Clara de Trillo y Bernet.

Pero no, Guardiola no es al parecer capaz de hacer varias cosas a la vez. O, al menos, no es capaz de hacerlas bien. En febrero (¡en febrero!) se supo que dirigiría al City y en marzo se filtró que había mantenido una reunión en Amsterdam con su amigo Txiqui Beguiristain para ir hablando de fichajes; de aquella reunión salieron algunos nombres, como por ejemplo el del futbolista del Ajax Riechedly Bazoer, y se especuló también con Gündogan... ¿y por qué no Müller o Lewandowski? Desde el punto de vista de un seguidor del Bayern, la actuación de Guardiola es tan indefendible como la que el Bayern y el propio Guardiola tuvieron en su día con Jupp Heynckes, quien, pese a ganarlo todo, murió deportivamente hablando apuñalado en la bañera como Marat. Ayer comenté en El Primer Palo que esta ambivalencia futbolística sería inmediatamente reprobrada en un club como el Real Madrid y que causaría el cese inmediato de su protagonista.

"No hay que dudar de la profesionalidad de Guardiola", me decía anoche Felipe del Campo. La pregunta es "¿por qué?"... ¿Por qué no dudar de la profesionalidad de un entrenador que no espera a acabar un trabajo para tener otro?... Demos por hecho que Guardiola, que ha estado a punto de tirar por la alcantarilla la clasificación del Bayern a cuartos de final de la Champions, es un profesional a carta cabal pese a haberse reunido con el director deportivo de un club que no es el suyo para planificar la próxima temporada de un equipo que aún no le paga: ¿Es honesto? ¿Y cómo lo aguanta el Bayern?... Y ahora pongámonos en el caso de que mañana el sorteo decide emparejar al City con el Bayern, ¿será capaz Guardiola de hacer por una vez varias cosas a la vez como una mujer (o un hombre) que sí sean capaces de hacerlo?... Porque hasta ahora no lo ha demostrado, la verdad.


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