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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

viernes, 25 de enero de 2013

Algo bulle en toreo, y para bien/ Por Álvaro R. del Moral


Miura para El Juli...?

Algo bulle en toreo, y para bien

Por Álvaro R. del Moral

¿Otra guinda para un año crucial? 
Podría ser el mejor remate a una temporada de inflexión que, sobre el papel, promete ser también histórica. ¿Llegará a buen término el ofrecimiento de Morante para torear mano a mano con Manzanares en Sevilla? Mundotoro apunta que la cita sería en la feria de San Miguel de septiembre aunque habría que precisar que ese vis a vis ya se frustró, al menos, en la gestación de la Feria de Abril de 2012. Entonces fue el equipo del alicantino el que prefirió dejar pasar una apuesta que -cuando se juega con el de La Puebla- puede tener resultados insospechados. Pero parece que el año va de gestos, guiños y pronunciamientos y habrá que felicitarse si ese atractivo mano a mano llega a concretarse. En el recuerdo, aquel glorioso tête á tête entre Manzanares y Morante que hizo historia en El Puerto el verano de 2011. ¿Podrá repetirse en Sevilla? Que así sea. Ya lo hemos dicho más de una vez: el mejor antídoto de esta crisis imparable es la decidida apuesta por la calidad y la vuelta a la ley de la oferta y la demanda en un espectáculo puesto del revés.

Acaparando casi todos los titulares. 
Fue la noticia taurina de la pasada semana: El Juli volvía a coger su fusil y asumía cuatro tardes en el abono sevillano que incluyen una ración de miuras que, más allá de las dificultades inherentes a este peculiar hierro, le ha servido de definitiva declaración de intenciones. Estará en Sevilla, sí, y lo hará pidiendo bien sazonado el plato más contundente de una Feria de Abril que parece abrir nuevos tiempos para la plaza de Sevilla y para la propia empresa Pagés. Canorea y Valencia saben que ciertos usos y costumbres no pueden dar más de sí y se han decidido a asumir unos condicionantes en los que no hay vuelta atrás en estos tiempos de tribulaciones: no habrá tele y dentro de una oferta ajustada a la demanda se apostará por carteles cerrados y macizos que atraigan a una clientela que -como el agua entre las manos- había empezado a desertar en masa. Es la recuperación del equilibrio natural de un negocio que puede sacar algo bueno de esta crisis. Se trata de ganar dinero con los grandes carteles y a plaza llena. No hace tanto -y ése era el absurdo- era justamente al contrario. Y hay más datos que apuntar que tienen mucho que ver con la tendencia hispalense a trasladar las fiestas a las vísperas: los grandes carteles volverían a su escenario más lógico, los farolillos.

Los objetivos se van cumpliendo. 
El caso es que el tiempo podía estar dando la razón al joven maestro madrileño. Eso sí, él mismo ha sabido comprender que ciertas estrategias fustradas -léase G-10 o All Sports Media- sólo conducían a la melancolía. El Juli ha sabido reorganizar su contraataque asumiendo que las batallas del toreo se ganan en el ruedo. Su guerra cobra ahora sentido y le devuelve al primer plano de la actualidad al taurina al erigirle -antes de que salte a la arena caliente de España el primer toro- en uno de los principales protagonistas de una temporada, la de 2013, que ni siquiera ha comenzado. Definitivamente, El Juli ha encontrado el camino correcto para escenificar su rebelión y rodear a sus paseíllos, más dosificados este año, de la expectación que no había logrado con el embrollo de la tele y las riñas de despacho que no interesan nada al aficionado de a pie. Y ahora, permitan que me ría un poco pero es que es de traca que los mismos que demandaban al madrileño un gesto como el de apuntarse a los miuras le censuren ahora que le esté quitando el puesto a diestros más modestos. Dejemos ladrar a los perros y celebremos la puesta al día del senado del escalafón. Algo se está moviendo en el toreo, y se está moviendo para bien. Olvidadas otras guerras de pistolas de agua, las figuras están asumiendo verdaderas responsabilidades en un año bisagra que sentará las bases del futuro inmediato de esta bendita Fiesta nuestra.
***

2 comentarios:

  1. Es evidente que aquí no se consuela el que no quiere. ¿A alguien le interesa volver a ver por enésima vez los mismos carteles adocenados de siempre?
    Por lo visto sí, a los mismos que ven en J. López Escobar a un imán de taquilla y un adalid de la Fiesta, y en los reyezuelos de la empresa Pagés a dos aficionados. No hay nada más patético que el optimismo interesado y compartido. Un saludo de El Moro Muza.

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  2. Un gesto de figura el de Julián. En estas lides es donde se mide la técnica y donde superar el listón supone hacer historia en la tauromaquia. Lo de torear 120 tardes a Juan Pedros de media casta supone ser un buen profesional, pero entre un profesional y un torero hay una gran diferencia.Suerte para el Juli

    FernandoP

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