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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

miércoles, 9 de septiembre de 2020

Abellán, vete / por Pla Ventura

La pregunta es obligada, ¿cómo es posible que se pueden dar toros en Astorga, Añover de Tajo, Valdepeñas, Manzanares, El Espinar y tres “mil” pueblos más y, en toda la comunidad de Madrid, incluyendo al templo del toreo llamado Las Ventas, no han dejado ni que se entrenen los chavales? ¿Cabe dislate mayor? ¿Será que en Madrid no son españoles?

Lo cuenta Pla Ventura: Abellán, vete

Toros de Lidia / 9 septiembre, 2020
No es que la culpa de todos los males que sufre la tauromaquia en la Comunidad de Madrid la tenga Miguel Abellán que, el pobre ya tiene bastante tarea con asumir el papel del tonto del pueblo en su puesto de trabajo. Es cierto que, el Partido Popular nos ha metido un gol por la escuadra, algo que no sospechábamos ni por asomo. Convengamos que, respecto a la maldita izquierda que nos desgobierna y nos está dejando en la miseria, a dicho tipos les vemos venir y son como los toros malos de Saltillo que, en el primer muletazo ya tienes que estar a la defensiva. El PP, por contrario, taurinamente dicho, siempre creíamos que eran como los toros de Juan Pedro, blanditos, nobles, sin hacer daño a nadie, de ahí la confianza que tienen los toreros y, nosotros, a nivel de metáfora, nos ha sucedido lo mismo.

Pero no, el Partido Popular nos ha salido como un Juan Pedro pero de esos que dan puñaladas traseras sin que nadie las espere. Produce pánico pensar que, dicho partido, desde siempre, se han pronunciado a favor de la fiesta, incluso, cuando todo se estaba “normalizando” por llamarlo de alguna manera, desde los altos estamentos de la Comunidad se habló de que se celebraría la feria de Otoño en Madrid que, como hemos visto, todo han sido mentiras; vamos que, han mentido más que Sánchez e Iglesias juntos, que ya es mentir. Para colmo, hemos visto con ojos de estupor que se han celebrado toros en cualquier villorío de España y, en la capital y plazas limítrofes, nada de nada.

La pregunta es obligada, ¿cómo es posible que se pueden dar toros en Astorga, Añover de Tajo, Valdepeñas, Manzanares, El Espinar y tres “mil” pueblos más y, en toda la comunidad de Madrid, incluyendo al templo del toreo llamado Las Ventas, no han dejado ni que se entrenen los chavales? ¿Cabe dislate mayor? ¿Será que en Madrid no son españoles? ¿Será que todos los madrileños están apestados por el coronavirus? Mil preguntas que nadie podrá responder y, que haya tenido que ser un socialista, Emiliano García Page el que haya tomado el timón del toreo para que se den toros en toda Castilla La Mancha. Vamos es de vergüenza ajena, razón por la que yo abogaba por la dimisión de Miguel Abellán que, en su puesto y con el Partido Popular que le ha designado a dedo, nadie sabe para qué, la solución para salvar su dignidad sería la dimisión que, por otra parte sería algo lógico y todo un gesto de hombría puesto que, si su tarea era la de ser interlocutor entre los empresarios de Madrid y la Comunidad, sus “amos” no le han permitido el menor resquicio para el diálogo; lo dicho, dimisión antes que hacer el papel del boludo arrepentido.

Visto lo cual, hasta un niño de pañales tiene derecho a pensar que el Partido Popular ha traicionado a la fiesta de los toros, a sus correligionarios aficionados y, sin duda, a todo el colectivo que viven de tan digna profesión.

 Para que la desdicha haya sido la mayor de las catástrofes, todas las corridas que se anunciaron en la provincia de Madrid, todas ellas con los permisos pertinentes acorde con la reglamentación taurina por aquello de la pandemia, cuando ya tenían los carteles en la calle y los toros en los chiqueros, el día anterior, suspendieron todo desde las altas instancias del poder. 

¿Nos podemos fiar de algún político? No hablo ya de la maldita izquierda, sino de la acomplejada derecha que, hablan mucho pero que, cuando se tienen que enfrentar al “toro” de las circunstancias, se acojonan, se acobardan y como buenos maricomplejines logran que se les ría todo el mundo que, en realidad sería el menor de los males porque, los organizadores que ya lo tenían todo previsto, sin lugar a dudas, les odiarán con fuerza inusitada.

Cuando entró en el poder el PP en Madrid, lo confieso, nos llenaron de ilusiones y todos estábamos convencidos que sería un éxito de clamor las gestión de dichos dirigentes; lo hicieron todo tan bien que, hasta pusieron a un torero que tenía carnet del partido como Gerente de los Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid, un cargo nadie sabe para qué sirve pero, como tal, queda hermoso. Allí vimos, de repente al torero con los rizos más bonitos del toreo pero, insisto, nunca nadie supimos cuál era su cometido y, como se comprenderá, en estos momentos difíciles es cuando Miguel Abellán debería de haberse partido el pecho por la tauromaquia que siempre amó, pero, como ha demostrado, una cosa es predicar y la otra muy distinta, dar trigo y, Abellán no nos lo ha dado. O sea que, el torero de Madrid es una marioneta más manejada al antojo de sus amos.

La actitud de la derecha en torno a Madrid, lo peor de todo no es que nos hayan privado de la fiesta que tanto amamos, lo más sangrante de la cuestión es que con sus acciones le han dado alas a los apestosos del gobierno que, eso querían ellos, que la fiesta muriera en Madrid por inhalación, cosa que han logrado sin el menor de los esfuerzos. Desde luego, el Partido Popular, si fuera consciente de todo el daño que ha hecho a la fiesta, con toda seguridad cambiarían de opinión y lo que es mejor, de actitud pero, señoras y señores, estamos hablando de políticos y, ejercer la lógica en dicho colectivo no deja de ser un sueño inalcanzable.

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