Enseguida, con todo, empezaron a carburar Vinicius y Benzema, que no se entienden con la mirada sino con una suerte de sentido telepático propio de Kung Fu y el pequeño saltamontes. Mientras, Militao se multiplicaba para imponer su ley del samurai y Kroos se ensamblaba con Casemiro para que la eficiencia de ambos se impusiera con un rigor seco.
2-0: La Supercopa es del Madrid y el verano también
La Galerna / 10 agosto, 2022
“El Madrid gana los títulos PERO los fichajes de verano son del Barça”. Hace relativamente poco que un redactor alumbró esa adversativa ignominiosa, pero el Madrid la ha convertido en Helsinki en reliquia risible de un pasado remoto. Con suficiencia absoluta, con un punto incluso de misericordia hacia un rival digno pero limitado, los hombres de Carlo Ancelotti han engrandecido la leyenda del club valiéndose de la simple recuperación de la velocidad de crucero con la que triunfaron por todo lo alto el año anterior. “El Madrid lo que tiene es que gana”, dijo una vez con inocencia enternecedora Messi, casi con un apunte de resignación de peluche. Valdano ha abundado hace muy poco en la exégesis: “El Madrid triunfa en el caos, pero te dice: si quieres que juguemos a otra cosa, también te gano”.
Ha sido el segundo modelo. El de otra cosa , donde el Madrid también gana. No hubo caos, solo naturalidad, y ello a pesar de que el primero que avisó fue Kamada plantándose solo ante Courtois pero muriendo ante el Superman que carece de kryptonita.
CON SUFICIENCIA ABSOLUTA, CON UN PUNTO INCLUSO DE MISERICORDIA HACIA UN RIVAL DIGNO PERO LIMITADO, LOS HOMBRES DE CARLO ANCELOTTI HAN ENGRANDECIDO LA LEYENDA DEL CLUB VALIÉNDOSE DE LA SIMPLE RECUPERACIÓN DE LA VELOCIDAD DE CRUCERO CON LA QUE TRIUNFARON POR TODO LO ALTO EL AÑO ANTERIOR
Enseguida, con todo, empezaron a carburar Vinicius y Benzema, que no se entienden con la mirada sino con una suerte de sentido telepático propio de Kung Fu y el pequeño saltamontes. Mientras, Militao se multiplicaba para imponer su ley del samurai y Kroos se ensamblaba con Casemiro para que la eficiencia de ambos se impusiera con un rigor seco. Como resultado, casi marca Vini en un remate que rebañó bajo palos Jota, y poco después hubo de ser Trapp quien sacara a córner un remate endiablado del propio Vini (man of the match probablemente) con la punta del guante. Lo que sucedió a continuación fue la lógica hecha saque de esquina: lanza Kroos, toca Karim, vuelve a tocar Casemiro en el segundo palo y Alaba la empuja. La sonrisa del brasileño saliéndose del campo y mirando hacia atrás, para constatar el tanto, encierra libros y libros de madridismo.
Casi rubrica la victoria Karim muy poco después tras centro del infatigable Valverde, pero el remate se le marchó fuera por poco. El hito de superar a Raúl en el segundo puesto de goleadores históricos le aguardaba al francés tras la esquina, pero no sería aquí.
Qué decir del segundo tiempo salvo que el recital prosiguió con trazo firme. Casemiro lanzó un zurdazo al larguero, Courtois tuvo su cuota de protagonismo con una gran intervención y Karim redondeó la fiesta lanzando a la red una asistencia de Vinicius tras nueva incursión por la izquierda. Antes de rematar, Karim acomodó el cuerpo como se haría para bailar un minué con la Historia. Raúl claudicó desde casa con su característica cara de cabreo, que es la cara con la que Raúl te respeta.
En el minuto 71, el Madrid destiló la mejor jugada colectiva que hayáis visto en vuestras vidas. No fue gol porque hay pequeñas gestas estéticas que deben quedarse en la orilla, como algunas piezas renacentistas que acumulan telarañas en esos sótanos umbríos del Vaticano. La Supercopa no es una de ellas y a partir de mañana, o así, aceptará visitas en el Tour del Bernabéu. Hace el número 98 de los trofeos de la sección de fútbol, y eso no hay palanca en el mundo que lo levante.
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