Ahora que el toreo no está para carteles mano a mano, cada vez hay más carteles mano a mano. Como la sociedad está del revés y el toreo la representa como la que más, pues es lógico que caigamos en el espectáculo de saludos, apretones de manos, besos, brindis y no sé que más entre los “enfrentados” en esas combinaciones, donde no hay ni razones, ni sana competencia, ni un solo argumento.
¿Mano a mano o tomadura de pelo 2024?
Ricardo Díaz-Manresa
Los dos únicos que hubiesen merecido la pena en los últimos años –lo repito siempre- habrían sido los de Enrique Ponce con José Tomás o Pablo Hermoso de Mendoza y Diego Ventura. Pero vaya usted a pedírselo ahora a Ponce, antes sí quería, tras su última espantá y fulgurante amor, que lo haga. Y especialmente a José Tomás que se preocupa sólo por exhibir coleta o rabo en la cabeza o exprimir al público actual cuando le apetece.
Y bien que lo pidió Ventura el de Pablo Hermoso, pero éste por orgullo, cobardía o inseguridad se mantiene escondido y sin dar la cara.
Ahora, salvo el de los dos triunfadores de Madrid, que tiene su lógica, aunque no sea pedido por la afición, que esos son los mano a mano de verdad, los demás sólo colocan para redondear un cartel. O ni eso. Más obligado que solicitado.
Los demás, de risa. ¿Para qué dar nombres si lo que da es asombro, o quizá vergüenza, hasta el de Murcia? Este es el colmo. Hubo una película de nombre redondo “Dos cabalgan juntos” pues ahora dos torean juntos, cada uno a lo suyo y nada más. En Murcia habrá besos y todo. Y todo porque uno de ellos quiere protagonismo y ya tuvo el que tuvo pero no lo acepta y quiere estar en todas partes callejón, amigo, acompañante. Tápate ya, hombre.
Paco Camino, del que ahora han recordado lo que pensaba del toreo actual y hay que reconocerle que era claro, como en casi todas sus opiniones, lo deja diáfano. Si todos dicen que le tienen tanto respeto, pues que le hagan caso.
A Camino no le gustaban tantas sonrisas, apretones de manos, abrazos y hasta besos en los patios de cuadrillas, aunque fuera cartel de trío. Mucho menos tanto cariño en los mano a mano, que insistía debe pedirlos el público, y no inventárselos la empresa, no se sabe con qué intención.
Igual que otras muchas cosas como no estar atentos los matadores a la lidia durante toda la tarde, toda, y no ver a los compañeros como competidores en el ruedo aunque fueran muy amigos fuera. Aclara que amigos toreros sólo tuvo uno : Diego Puerta. Y en tantos años.
Ahora, insisto, todo son sonrisas, abrazos y hasta brindis. Y hasta algún beso que se escapa. Estos son los enfrentamientos del toreo ahora. Ni en su momento, porque no era lógico, uno en el ruedo por su enemistad entre Daniel Luque y Roca Rey. Ocupan dos niveles. Si acaso, en un plató de televisión.
La emoción y la verdad que pedía Camino están ahora muy lejos en el ruedo. Y así nos va.
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