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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

martes, 10 de enero de 2012

Observatorio taurino. Se enquista el enredo catódico / Por Álvaro Rodríguez del Moral


Observatorio taurino
Se enquista el enredo catódico

Álvaro Rodríguez del Moral
Palmo de narices
Afrontábamos el nuevo año mirando a la tele pero hemos seguido subiendo la empinada cuesta de enero sin dejar de enredarnos en los bucles de un embrollo catódico que podría condicionar el comienzo de la temporada; que promete modificar el futuro inmediato de la organización del espectáculo. Ya les decíamos hace sólo una semana que los principales empresarios taurinos andaban pendientes de una reunión con la empresa All Sports Management -que ahora gestiona los derechos de imagen de los principales matadores al margen de empresas y apoderados- para saber a qué atenerse en la contratación de los toreros para componer unas ferias que, como la de Valencia, tienen que ser presentadas en pocas fechas. A día de hoy, empresarios y apoderados se ven con las manos atadas en espera de conocer las exigencias del nuevo escenario: los toreros quieren ser dueños de sus derechos y se armó el follón.

A la esperaAquella famosa reunión quedó en agua de borrajas. Sin solución de continuidad el representante de All Sports Management, Joao Folque, señalaba esta misma semana como punto de partida de unas negociaciones que se personalizarán con cada plaza, con cada empresa. Folque también abría una puerta que podría tener inesperadas consecuencias: abogaba por la recuperación y puesta en valor de la emisión de festejos en abierto, lo que chocaría de frente con la exclusividad de Canal Plus, que mantiene contratos en vigor con las plazas, de Sevilla y Valencia, entre otras. La actitud de los toreros parece firme esta vez y les asisten razones de peso. No se pueden hacer componendas con su imagen sin contar con su opinión en la mesa de negociación. El reparto del pastel -que es más sustancioso para algunos que cuando se ponían delante- puede y debe cambiar de proporciones. Y será por el bien del futuro de la fiesta. Esas lentejas que las comes o las dejas han quedado obsoletas y ambas partes están condenadas a entenderse para modernizar el espectáculo. No se olviden los panegiristas del torero modesto y los toros del tío Picardías: la retransmisión de la totalidad de las ferias tiene sentido desde la presencia de las auténticas figuras del toreo, sí los del G-10, y la lidia de las ganaderías en mejor momento. Los festejos que completan esos abonos pueden servir de relleno, también de oportunidad para toreros en trance de lanzamiento pero jamás de base del tinglado. Pero el caso es que la perversión del sistema los ha convertido en el soporte de un negocio que ha hecho una mina de oro de lo accesorio. Quizá estemos en el comienzo de la revocación de ese proceso. Ganará la calidad aunque, probablemente, se resentirá la cantidad de espectáculos televisados en el mismo paquete. Mientras tanto, los toreros permanecen cautelosamente callados en espera de unas conversaciones que han hecho demorar demasiado. Dicen que ni siquiera los apoderados conocen las inquietudes de sus pupilos. La semana que viene, más…

Sin noticias de la UniónExpirado el plazo establecido, seguimos sin conocer la conformación de ninguna candidatura completa para afrontar el liderazgo de una institución centenaria que está pasando horas bajas. Fuera de foco se habla de todo pero el barco permanece a la deriva sin que nadie se decida a empuñar los remos. Se impone la altura de miras; los grandes están obligados a dar un paso al frente para retomar el rumbo de una nave venerable que no puede desaparecer o quedar en manos inadecuadas.
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De  toros en libertad

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