2ª de la Feria de San Mateo en Logroño.
Paco Ureña a hombros en tarde también feliz para Juan del Álamo y fatal para Joselito Adame que resultó herido
Sábado 20 de septiembre de 2014. Tarde calurosa en plaza medio cubierta con un cuarto de entrada. A tan pobrísima asistencia, la joven terna de actuantes respondió con creces sin que les importara la escasa clientela. Y es que el festejo se televisó en directo y, en realidad, actuaron a plaza llena. Es lo bueno que tiene que las corridas sean televisadas.
Paco Ureña, Joselito Adame y Juan de Álamo conforman una importante parte de los toreros que están luchando por subir los escalones que conducen a la primera fila. Necesitan por ello triunfar en las plazas más importantes y la de Logroño, aunque no sea de primera categoría de jure lo es de facto. Adame ya es un elegido en su México a donde llegó tras un largo periodo de aprendizaje en España y en Francia. Se notó mucho cuando volvió a tierras aztecas en esta preparación. Eso es lo que hicieron todas las grandes figuras del toreo mexicano. Fue una pena que ayer le correspondiera uno de los peores toros de la corrida de Torrehandilla y Torreherberos. Fue el primer suyo de Torrehandilla el que le hirió y lo mandó al hospital. Deseamos su pronta mejoría.
La corrida de ambos hierros aunque para el caso de igual procedencia, estuvo mucho mejor presentada que la del día anterior y aunque hubo toros malos, también los posibles aunque quepa comentar lo difíciles que se ponen los toros cuando a la casa se suma la falta de fuerza. Tal mezcla depara genio. Y eso es lo que tuvo el toro que hirió a Adame y los que tanto Paco Ureña como Juan del Álamo mataron en medios de los que en pos de su suerte y de no pocos aciertos consiguieron triunfar.
Abrió la tarde Paco Ureña frente a un primer toro muy descarado de cuerna, veleto con astifinas defensas, que fue estupendamente lidiado y toreado con sereno valor y aciertos técnicos y artísticos que demostraron el favorable porvenir que le aguarda. Cortó la primera oreja de la tarde tras estocada muy efectiva.
En cuarto lugar se enfrentó a un jabonero muy hermoso y de bella estampa. Suelto por tres veces del capote de Ureña hasta fijarlo con buen compás y donosura a la verónica. Pero el jabonero no paró de ir de un lado a otro, ciertamente distraído. A punto estuvo de alcanzar a un peón que se libró milagrosamente al meterse en un burladero. Fue convenientemente castigado en dos puyazos sin que Ureña se luciera en su quite. Lo hizo Del Álamo con brevedad y buen trazo a la verónica. Como se debe hacer. No fue fácil de banderillear ni de colocar para los pares. Y se dolió de los garapullos. Ureña empezó en los medios la faena y por naturales. Tardó en lograrlos tal y como quiso sin ceder un palmo por la blandura de remos de su oponente y por lo mucho que abría al darlos cuando no por su constante calamochear. Y casi otro tanto por redondos aunque alguno sacó templado entre otros tropezados. Ninguno de los defectos del toro los resolvió. Más bien decir que aumentaron. Por ello también fue difícil acertar con la espada al primer envite teniendo que recurrir al bajonazo en el segundo. Mejor que pinchar arriba varias veces. Escuchó algunas palmas tras descabellar.
Para que Juan del Álamo no tuviera que matar dos seguidos, el sexto que hubiera salido como quinto fue lidiado por Ureña. Resultó otro toro sin fuerza, distraído y nada fácil de controlar. Fue picado sin saña, casi sin hacerle sangrar. Así y todo, perdió la manos varias veces después. Ureña hizo lo posible y lo imposible por triunfar. Hasta recibió al toro con un cambio de mano por la espalda para empezar la faena y se descalzó para continuar sobre la mano derecha. Y consiguió meterse en cintura por redondos. Algunos ligados y de buena factura. Y lo mismo con la izquierda aunque con esta mano el toro no le dejó estar tan a gusto. Incluso el final por bernardinas, molinete in vertido y el de pecho. De todas formas, fue más que meritorio lo que hizo. Y como mató pronto y bien, cortó una bien ganada oreja.
Joselito Adame tuvo muy mala suerte y terminó herido de consideración en el gemelo de la pierna izquierda, pasando a la enfermería por su pie tras matar al segundo toro de la tarde. Un animal ciertamente enrevesado que no le dejó lucirse con el capote y con el que apostó en demasía en su faena de muleta que llevó a cabo a toma y daca contra un animal que no logró dominar. Fue muy difícil conseguirlo. Adame fue aparatosamente derribado, recogido y atacado con saña por el toro. Fueron momentos de angustia que vivimos todos.
Juan del Álamo vino a Logroño a por todas y a fe que lo consiguió en parte. Muy dispuesto y siempre con gusto frente al tercer toro de la tarde que terminó siendo el mejor del deslucido envío. En torero clásico dotado de buen gusto en su quehacer, tanto con el capote como con la muleta y con su certera espada. Gustó mucho a los aficionados de Logroño y cortó la primera oreja de la tarde.
El quinto, en cambio, no dio ninguna facilidad y aunque el salmantino lo intentó con ahínco no hubo manera de hacerse con él. Tras matarlo, fue silenciada su labor.
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