¿Este año la prioridad del Barça es la Champions porque los anteriores no lo era? ¿Y como los años anteriores la prioridad del Barça no era la Champions es por eso que las ganó el Madrid? ¿La prioridad culé de este año es la Champions porque lo dijo Messi en el Camp Nou? Es de risa.
La batalla del lenguaje: mientras que el Barça selecciona prioridades, el Madrid fracasa en Copa.
Que el Barça ha ganado definitivamente la batalla del lenguaje, eso que los modernos denominan "relato", se ve, sin ir más lejos, en casos como el de Boateng. Si al Real Madrid se le hubiera ocurrido reforzarse con un futbolista de 31 años procedente del Sassuolo y si a éste o a cualquier otro entrenador merengue se le hubiera pasado siquiera por la imaginación alinearlo al día siguiente de su presentación en un partido de Copa a vida o muerte contra el Sevilla en el estadio Sánchez Pizjuán, sobre la dirección deportiva madridista habrían caído las diez plagas de Egipto, una detrás de otra, y al técnico en cuestión se le habría tachado de loco, de orate o se habría dicho directamente de él que no tenía ni puñetera idea. Con el Barça y con Ernesto Valverde no sólo no ocurre eso sino que se justifica, cuando no se aplaude, la decisión porque... ¡este año la prioridad es la Champions!
¿Este año la prioridad del Barça es la Champions porque los anteriores no lo era? ¿Y como los años anteriores la prioridad del Barça no era la Champions es por eso que las ganó el Madrid? ¿La prioridad culé de este año es la Champions porque lo dijo Messi en el Camp Nou? Es de risa. De lo que se trata no es más que de blanquear un fracaso reiterado, el del equipo azulgrana, en la más prestigiosa competición de clubes. No sólo eso sino que el "si remontamos bien, y si no otro año será" de Piqué ha sido aplaudido, jaleado, vitoreado por aquellos que aplauden, jalean y vitorean constantemente el hecho de que el Barça compita por todos y cada uno de los títulos en juego, o sea los adoradores del sextete de marras. Así, mientras que el Real Madrid fracasa en la Copa, lo que hace el Fútbol Club Barcelona no es otra cosa que seleccionar inteligentemente sus prioridades.
Nadie dice, sin embargo, que el Barça lleva rotando en Copa los últimos años sin que, al final, eso suponga el éxito en la Champions. El Real Madrid fracasa, se estrella, pero el Barça "tira" la Copa, la regala ante el hastío que supone conquistarla un año y otro y otro más. Pero decir que se va a ganar la Champions no es ganarla, ganarla sólo la gana uno y una rotación tan agresiva como la de anoche, dejando en casa a Messi y a Busquets y en el banquillo a Suárez y a Coutinho, no te asegura que vayas a jugar la final del Metropolitano y mucho menos que vayas a conquistarla.
No me cabe la menor duda de que el objetivo prioritario del Barça es la Champions, del mismo modo que tampoco me cabe la menor duda de que lo fuera el año anterior, y el otro, y el otro, años en que la ganó el desastroso Real Madrid. Y si el objetivo culé es la Champions es sencillamente porque el año pasado ganaron Liga y Copa y esos dos títulos fueron literalmente barridos por La Decimotercera del equipo blanco, que hace mucho tiempo que perdió la batalla del relato pero que, sin embargo, ha ganado tres Copas de Europa consecutivas y cuatro en cinco años.
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