Y, en medio de esta situación, como siempre, está el club, pagano de un enfrentamiento mortal entre dos de sus... empleados. Porque, y no conviene olvidarlo, Santiago Hernán Solari Poggio y Francisco Román Alarcón Suárez trabajan para el Real Madrid y cobran para encontrar soluciones y no para provocar problemas.
Solari e Isco de cara a la pared y sin postre
Juan Manuel Rodríguez
Sin Mariano, Bale, Kroos, Asensio, Llorente y Courtois, que están lesionados, Vinicius, que tiene gripe, y Lucas Vázquez, que está sancionado, el periodismo hace cábalas tratando de descubrir qué conejo se sacará Solari de la chistera para no alinear de salida a Isco ante el Betis en un partido que, por lo demás, se ha convertido en absolutamente trascendente para el Real Madrid. Al entrenador se le ha aconsejado que tienda puentes pero él, en vez de hacer eso, los ha dinamitado todos, no puedo decir que sin razón puesto que desconozco qué hizo o qué dejó de hacer el jugador; al futbolista se le ha sugerido que no haga más el chorra, pero el otro día le dio al "me gusta" en un comentario de un tuitero en el que se ponía a parir a Solari y, ya puestos, a Ceballos y Casemiro.
Y, en medio de esta situación, como siempre, está el club, pagano de un enfrentamiento mortal entre dos de sus... empleados. Porque, y no conviene olvidarlo, Santiago Hernán Solari Poggio y Francisco Román Alarcón Suárez trabajan para el Real Madrid y cobran para encontrar soluciones y no para provocar problemas. Visto todo desde fuera, el panorama recuerda mucho a otros vividos en años anteriores, tal y como me recordaba anoche mismo Richard Dees en El Primer Palo; sí porque los abogados defensores de Isco son, nombre arriba y apellido abajo, más o menos los mismos que tanto se empeñaron en desacreditar a Mourinho, que era el portugués, en favor de Casillas, que era el nacional. Tanto se esforzaron y de un modo tan artificial y tan vano, tan absolutamente falto de contenido, que se cargaron a los dos por el precio de uno: harto, Mou se fue pero, a ojos de un sector del madridismo, Iker quedó desacreditado como capitán para los restos porque la gente interpretó que le había hecho la cama.
Ahora puede suceder lo mismo. Yo creo que, de cien papeletas, Solari tiene noventa y nueve para no seguir la próxima temporada, mientras que Isco, que tiene alguna menos, aproximadamente noventa, tampoco puede sacar pecho. Compruebo alarmado que ya hemos vuelto a alcanzar la fase del insulto: como el entrenador no pone al que yo quiero, le descalifico personalmente y vuelvo a repetir aquello de que es un advenedizo, un paracaidista... Si la situación deportiva del Madrid fuera buena probablemente todo esto pasara más inadvertido pero es que al rifirrrafe y al ruido permanente hay que sumar además un fútbol de encefalograma plano.
A lo mejor hemos llegado a ese punto en el cual el jefe, el que manda, el que paga, tiene que poner a los dos, entrenador y futbolista, de cara a la pared y dejarlos sin postre por el bien del club.
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