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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

sábado, 18 de mayo de 2019

Lo que me quedaba por ver: fiesta en Neptuno por la enésima patada de Griezmann / por Juan Manuel Rodríguez



No, Cholo, no, no tenías ni la más remota idea de que Griezmann se iba, ni idea; y eso te dolió. Aún así, puedes sumarte a la fiesta que hay organizada en Neptuno para celebrar que el jugador franquicia del club se marcha con Messi. ¡Campeones, campeones, oe oe oe!

Lo que me quedaba por ver: fiesta en Neptuno por la enésima patada de Griezmann

Es curiosa la reacción que, entre el perioatletismo, ha provocado la enésima y definitiva bofetada de Griezmann al Atlético de Madrid, a su entrenador, a sus compañeros y a los aficionados colchoneros. Hasta hace unos pocos días la versión oficial nos decía que el club había realizado un esfuerzo histórico a la altura del crack que era el bueno de Antoine, que el bueno de Antoine no se había quedado en el Atleti tanto por el pastizal (22 millones de euros netos por temporada según parece) que le habían puesto encima de la mesa o porque le hubieran traído a su amiguete Lemar sino porque él quería seguir "creciendo" al lado del Cholo Simeone, que era su mentor, y del profe Ortega, y que el galo era el candidato número uno a arrebatarle a Modric el Balón de Oro. Si se escucha ahora al perioatletismo, todo eso ha cambiado de la noche a la mañana.

Griezmann es hoy un futbolista egoísta, un jugador que siempre fue a los suyo y que jamás quiso integrarse en el Atlético de Madrid. Hoy es un desagradecido, un delantero que pasará sin pena ni gloria y del que no se guardará ningún recuerdo, ni bueno ni malo. Es más, según Simeone no pasa nada porque, además de Griezmann, del equipo se vayan Godín, Juanfran y Lucas, quieran irse Filipe Luis y Rodri y amenace con hacerlo Thomas. En el caso de Griezmann, se buscará otro, así de fácil. Pero es que, si se escucha con cierto detenimiento al perioatletismo, resulta que el hecho de que Griezmann se vaya no sólo no es un palo sino que supone una alegría, una liberación, Gil Marín debe estar satisfechísimo porque así podrá dejar de pagarle lo que él mismo quiso darle para que no se fuera al Barcelona y los aficionados tienen motivo más que suficiente para irse ahora mismo a festejar a Neptuno.

El siguiente paso consistirá en tratar de convencernos a todos de que ha sido el Atlético de Madrid el que ha echado a la calle a Griezmann y no Griezmann el que ha dejado otra vez con un palmo de narices al Atlético de Madrid. Porque, además, según sugirió Simeone ayer, él sabía que el francés se iba. Como Simeone lo sabía, como el entrenador argentino estaba por supuesto al tanto de la decisión de su jugador, hace una semana fingió no saberlo; como estaba enterado de todo, hace cuatro días provocó una reunión para que le dijese de una vez por todas y a la cara qué quería hacer; como lo sabía, al final de dicha reunión le exigieron al francés que emitiese inmediatamente, deprisa y corriendo y aunque fuera en calzoncillos, un vídeo diciendo que abandonaba el barco. No, Cholo, no, no tenías ni la más remota idea de que Griezmann se iba, ni idea; y eso te dolió. Aún así, puedes sumarte a la fiesta que hay organizada en Neptuno para celebrar que el jugador franquicia del club se marcha con Messi. ¡Campeones, campeones, oe oe oe!

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