Por segundo año consecutivo, sin hacer campaña en España, regresa Arturo Macías a Madrid para intervenir en el llamado “Desafío ganadero” que por septiembre se celebra en Las Ventas.
Arturo Macías, el torero que eriza la piel
Arturo Macías quizás sea, para el público español, un gran desconocido pero, ante todo hay que recordarle a los aficionados que, el diestro hidrocálido hizo campaña junto a nosotros en el año 2010 de la mano de aquel genial hombre que se llamaba Antonio Corbacho. Paradojas del destino, Macías, que ha estado al borde de la muerte varias veces, para nuestra fortuna, está vivo y dichoso y, Corbacho, el que estaba en el callejón como apoderado, una cruel enfermedad acabó con su vida.
¿Qué hizo Macías en aquella temporada? Ante todo, jugarse la vida como nadie sería capaz de hacerlo. Toreó casi veinte corridas de toros y se llevó un puñado de cornadas, perdiendo, por dichos percances varias fechas más. Sin duda que, Macías, en aquel año hizo una apuesta épica, heroica y cuantos epítetos quisiéramos añadirle más. Muchos fueron los ruedos que bañó con su sangre puesto que, en honor a la verdad, las corridas que lidió, todas tenían el sello del más puro torismo.
Arturo Macías es el torero que más veces ha salido en hombros del coso capitalino, es decir, “La México” en los últimos casi quince años que son los que Macías lleva como matador de toros. Allí, en su México, compitió con orgullo y éxitos con el gran José Tomás, tanto en el Embudo de Insurgentes como en el resto de las plazas en la que el ídolo español actuó; allí estuvo Macías para retarle y, sin duda, para quedar a su altura. No solo con José Tomás, más bien con todas las figuras del toreo de España que han hecho campaña en México, los que retara Macías en sus plazas para lograr triunfos incontestables.
Podríamos decir que Arturo Macías es todo un referente en su México natal puesto que, tanto en la primera plaza del país como en todos sus estados, el diestro de Aguascalientes ha sido santo y seña en las primeras ferias mexicanas. Claro que, como yo decía, Macías es un torero que eriza la piel y, suele hacerlo con su torería sí, pero de igual modo con su enorme valor, gesta que le ha costado infinidad de cornadas. Tras analizar todos sus valores no sé si en realidad ha sido comprendido como debiera. Es cierto que en México es todo un icono representativo pero, barrunto que su grandeza a todos los niveles no ha sido valorada en la medida que le corresponde.
Ahora, dentro de unos días regresa Arturo Macías a Madrid para intervenir, como decía, en el desafío citado y lo hace frente a los toros de Rehuelga y Pallarés, igual que hace Ponce todos los días ¿verdad? No sé, ni me importa, los ranchos que se habrá comprado Arturo Macías en México pero, barrunto que su próxima actuación en Madrid es, ante todo, un gesto de generosidad al más alto nivel porque sospecho que el jornal que puedan darle no arreglará ningún problema económico que el diestro pudiera tener.
Ante sus hechos, no queda otra opción, la que debemos de saber que estamos hablando de un torero macho como dirían sus compatriotas; de un artista que nos es muy difícil saber qué porcentaje tiene más elevado, el del arte o el del valor. La gran verdad es que, sin suerte el año pasado en la misma plaza y con el mismo tipo de ganado, Arturo Macías regresa a Madrid ilusionado y, lo que es mejor, lleno de convicciones con la esperanza de que un toro se equivoque y le permita montar un lio gordo con su toreo.
Eso es una gesta de verdad que, si la ponderamos a todos los toreros españoles que intervienen en dichos carteles, hombres sin apenas contratos y con muchos sueños todavía por cumplir, que lo haga Arturo Macías es un ejemplo de profesionalidad porque mientras sus compañeros españoles son casi todos unos desheredados de la fortuna, Macías, en México es un referente que no ha faltado casi nunca las grandes citas taurinas de su país y, que se juegue la vida limpiamente en Madrid, sabedor de que es muy difícil que le embista un toro, eso tiene un mérito increíble.
Si sabe, como sus compañeros, que se jugará la vida; la incertidumbre no es otra que no poder predecir el juego que darán los toros que, como suele siempre ocurrir, serán casi nulos. Claro que, si se me apura, eso es el misterio de la fiesta, no poder predecir nada; pero de esta fiesta que protagonizan estos hombres admirables; la otra, la de las figuras, se puede hacer la crónica antes del festejo. Yo lo hice algunas veces y acerté.
Es cierto que este artículo no será de tu agrado, amigo querido, pero la grandeza de Arturo Macías con su cuerpo cosido a cornadas merece todos mis respetos; por México, por Macías y por su cuerpo lacerado por mil cornadas.
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