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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

viernes, 23 de abril de 2021

Superliga. Acabó la pesadilla: el fútbol vuelve a ser de los 'ninios', las 'ninias' y los 'ninies' del mundo / por Juan Manuel Rodríguez


Al Khelaifi, junto al padre de Neymar y un grupo de niños en Brasil.

Qué bonito, por cierto, el mensaje de Guardiola, ¿eh? Qué tierno: "El deporte no es deporte si no hay relación entre premio y esfuerzo": Rodri, 70 millones; Cancelo, 65; Mahrez, 67; Mendy, 57; Bernardo Silva, 50; Gabriel Jesús, 32; Stones, 55; Sané, 50; Laporte, 65; Angeliño, Ederson, Ilic, Nolito, Bravo, Rulli, Zinchenko, Steffen, Palaversa... Lo primero que ha hecho la UEFA nada más explosionar la SuperLiga desde dentro ha sido relajar (aún más) el fair play financiero.

Acabó la pesadilla: el fútbol vuelve a ser de los 'ninios', las 'ninias' y los 'ninies' del mundo

Es curioso cómo con un solo movimiento, el que ha derribado en primera instancia (porque en segunda ya veremos) la Superliga, el fútbol ha pasado de repente a pertenecer a la gente, a ser del pueblo, de los ninios, las ninias y los ninies del mundo. Así, por ejemplo, el City Football Group, propietario del Manchester City, el equipo entrenado por el honorable Pep Guardiola, un conglomerado propiedad del jeque emiratí Mansour bin Zayed Al Nahyan, ha dejado de ser de repente propietario del New York City, del Melbourne City, del Yokohama Marinos, del Montevideo City, del Girona Fútbol Club o del Club Bolívar entre otros. También ha desaparecido por arte de birli birloque la sanción de la UEFA al equipo inglés por incumplimiento del fair play financiero, que no sirvió absolutamente para nada porque luego fue anulada por el Tribunal de Arbitraje, que también redujo la sanción económica de 30 a 10 millones de euros al considerar que no estaba probada la inyección de patrocinios al club de la Premier.

Gracias a la varita mágica de Javier Tebas, el amigo de los ninios, las ninias y los ninies, y de Luis Rubiales, en la construcción de los estadios del Mundial de Qatar no han muerto más de 6.500 personas, no, qué va. Es más, la concesión del Campeonato del Mundo a Qatar ha sido limpia y honesta, no hay nada oscuro a su alrededor ni nadie ha puesto jamás en entredicho su concesión, que ha sido porque Qatar es un sitio espectacular para jugar al fútbol en junio a 50 grados a la sombra; si el Mundial lo han retrasado de junio a diciembre no es porque tengan miedo de que los futbolistas revienten deshidratados, no, ni de que les estalle la cabeza por una insolación, qué va, sino porque en diciembre los ninios, las ninias y los ninies tienen vacaciones de Navidad. Qué bonito, por cierto, el mensaje de Guardiola, ¿eh? Qué tierno: "El deporte no es deporte si no hay relación entre premio y esfuerzo": Rodri, 70 millones; Cancelo, 65; Mahrez, 67; Mendy, 57; Bernardo Silva, 50; Gabriel Jesús, 32; Stones, 55; Sané, 50; Laporte, 65; Angeliño, Ederson, Ilic, Nolito, Bravo, Rulli, Zinchenko, Steffen, Palaversa... Lo primero que ha hecho la UEFA nada más explosionar la SuperLiga desde dentro ha sido relajar (aún más) el fair play financiero.

El Paris Saint Germain ha dejado de ser una herramienta del régimen absolutista de Qatar, un país en el que (tapaos los oídos ninios, ninias y ninies de España) rige la Sharia, la homosexualidad es ilegal, el adulterio está penado con la muerte y en los tribunales de familia el testimonio de una mujer vale la mitad que el de un hombre. Ya podéis quitaros las manos de los oídos, ninios, ninias y ninies de España. En premio a eso, Ceferin, que es el James Cagney esloveno que preside la UEFA, ha premiado a su amigo Al-Khelaifi con la presidencia de la Asociación de los Clubes Europeos porque Roma no pagaba traidores pero el máximo organismo del fútbol europeo sí lo hace. Eso sí, no se esconde, es jeta en público. Hemos respirado tranquilos porque el fútbol vuelve a ser de los ninios, las ninias y los ninies, que podrán seguir jugando tranquilamente con un balón en el patio del colegio. Podrán ver gratis los partidos y no tendrán que abonar cien euros al mes. 

Tebas nunca quiso llevarse un partido de la Liga a Miami, jamás, pero si quisiera llevárselo en el futuro pensaría en los ninios, las ninias y los ninies y la Liga de Fútbol Profesional pondría para ellos aviones y estancia de hotel gratis. Porque el fútbol es suyo, del pueblo. To p'al pueblo. Por eso se llevó Luis Rubiales la Supercopa de España a Arabia Saudí, para defender los derechos universales de todos, todas y todes. Por eso anoche empezó un partido a las diez. Fue por eso, porque el fútbol es de la afición. O sea de la afición que puede acostarse un miércoles a las doce de la noche por ver un partido.

"Gánatelo en el campo", reza la lamentable leyenda auspiciada por Javier Tebas. En el campo... y en la tele, ¿no? Audiencias de ayer mismo: Cádiz-Real Madrid, 514.000 espectadores; Levante-Sevilla, 175.000; Barcelona-Zenit de Euroliga, 70.000; Osasuna-Valencia, 68.000; El club de la lucha animal: los más letales de África, 66.000; Alavés-Villarreal, 54.000, o sea 12.000 menos que El club de la lucha animal: los más letales de África. Es al revés, Tebas, justo al revés: si uno se lo ha ganado antes en el campo viene la tele y te lo recompensa; si uno ha ganado 13 Champions y 34 Ligas desde 1902 es cuando paga por verte más de medio millón de personas, aunque es posible que, como dice con mucho arte mi amigo Alberto Benítez, gaditano de pro, esos 514.000 espectadores fueran por el Cádiz y no por el Madrid. Ese lenguaje tabernario, ese modo alcaponiano de gesticular no te van a servir de nada Ceferin, de nada. Tienes que nacer cien veces más y morirte otras tantas para llegarle al taco de la bota a un chaval del Castilla. Tú no representas al fútbol, tú representas lo peor del negocio del fútbol, defiendes tu silla, tu poltrona. Como Tebas defiende la suya. Para algo sí ha servido esta Superliga muerta al poco de nacer y es para saber dónde están y cómo se llaman los cobardes.

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