la suerte suprema

la suerte suprema
Pepe Bienvenida / La suerte suprema

lunes, 28 de febrero de 2022

COLOMBIA. Tarde en blanco en la segunda de abono de Puente Piedra

El venezolano Jesús Enrique Colombo acarició el éxito en la segunda de abono de la temporada taurina de Puente Piedra, en inmediaciones de Bogotá, pero lo que bien hubiera podido ser una puerta grande concluyó para él en una clamorosa vuelta al ruedo y sentidas ovaciones.

Tarde en blanco en la segunda de abono de Puente Piedra

Bogotá, 27 feb (EFE)
Los fallos con la espada cerraron la puerta a la concesión de trofeos en la segunda de abono de la temporada taurina de Puente Piedra, en las inmediaciones de Bogotá.

La corrida del hierro de Ernesto Gutierrez Arango resultó mansa, a excepción del bravo ejemplar lidiado en quinto lugar.

FICHA

Seis toros de Ernesto Gutiérrez Arango, bien presentados, pero mansos en general.

Primero y segundo, mansos. El tercero tuvo movilidad. Manso también fue el cuarto. Bravo y con clase el quinto, premiado con la vuelta al ruedo. El sexto también manseó.

Víctor Puerto (Grana y azabache): tres pinchazos y entera. Ovación tras aviso. Pinchazos y desprendida, pitos a continuación de aviso.

Leandro de Andalucía (rosa y oro): palmas de cariño luego de tres avisos. Pinchazos y entera. Ovación tras aviso.

Jesús Enrique Colombo (Azul rey y oro): pinchazos y descabello, clamorosa vuelta al ruedo después de un aviso. Entera desprendida. Petición y ovación.

EL VENEZOLANO COLOMBO COSECHA OVACIONES EN PUENTE PIEDRA

El venezolano Jesús Enrique Colombo acarició el éxito en la segunda de abono de la temporada taurina de Puente Piedra, en inmediaciones de Bogotá, pero lo que bien hubiera podido ser una puerta grande concluyó para él en sentidas ovaciones.

Los fallos con la espada en su primer turno y la petición de al menos un trofeo, a la que la presidencia hizo oídos sordos, lo dejaron con las manos vacías.

La tarde, de toros mansos de Ernesto Gutiérrez a excepción del quinto, se atravesó a las ilusiones de los alternantes, que intentaron agradar sin obtener mayor respuesta de sus enemigos, como sucedió casi siempre toro a toro.

Y eso que en la lidia de los bravos, porfiar siempre será un recurso. Tal cual pasó en el del inicio. Sobre esa base, la de no claudicar, Víctor Puerto edificó la faena a ese de la apertura para, al final, sacar agua del pozo seco que resultó ser ese, un manso grande que no se cansó de buscar por dónde huir.

Puerto pudo cosechar algo más que la ovación que le prodigaron, solo que la espada no encontró hueco.

Los problemas del siguiente toro en turno pasaron por el hecho de prometer y no cumplir.

El ejemplar de Gutiérrez se fue desdibujando hasta quedar en nada, pese a los esfuerzos de Leandro de Andalucía, quien, aparte, lo vio marcharse vivo.

El venezolano Colombo puso, aparte de su alegría natural, todo el conocimiento acuñado en su ya amplio recorrido en la causa de sacar adelante a un toro noble, eso sí justo de raza.

Y lo logró para hacer de ese, tercero de la corrida, un aliado. De allí salieron algunas series dignas de reconocimiento. Los yerros con el estoque impidieron la concesión de algún trofeo. Vuelta al ruedo.

El cuarto ejemplar del encierro no dio posibilidad alguna. Anduvo sin norte para dejar a Puerto con ganas de agradar. El torero español estuvo pesado con la espada.

Por fin apareció, en el quinto de la tarde, la luminosidad de la casta.

El toro tuvo acometidas de cara baja y recorridos largos y francos, aparte de prolongada duración, esa que solo da la bravura de verdad. Leandro de Andalucía tardó en encontrar el camino pero lo consiguió poco a poco con muletazos templados. Solo que en tarde de espadas sin acierto el triunfo se le esfumó.

Y en el remate de la tarde, Colombo volvió a ser protagonista al poner condiciones y exprimir lo poco que tenía el de Gutiérrez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario