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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

domingo, 6 de marzo de 2022

El éxito no es decisivo / por Pla Ventura

PACO UREÑA

"...el triunfo se olvida con una facilidad pasmosa; vamos que, una brizna de polvo en una mano puede durar más que el triunfo de un torero. Al respecto, podría dar cientos de ejemplos pero, el más sangrante de todos viene de la mano de Paco Ureña que, a la desesperada, se ha arrodillado ante la empresa de Madrid para que le permitan hacer una gesta a modo de encerrona en Las Ventas, todo ello para poder revitalizar su temporada y, lo que es más grave, su carrera toda que, laureada por éxitos incontestables, en esta ocasión ha sido ninguneado con una crudeza extrema..."

El éxito no es decisivo

Pla Ventura
Toros de Lidia / 5 marzo, 2022
Cuando uno reflexiona en su interior y comprueba que, en el mundo de los toros, lo menos importante es el triunfo, cualquiera se descorazona por completo. ¿No quedamos que son los éxitos los que aúpan a cualquier artista del ramo que fuere? Sí, menos en los toros. Suena a crueldad lo que termino de decir pero es una verdad que aplasta. Siempre dije que, el éxito es un valor en alza siempre y cuando los demás así lo decidan porque, por sí mismo, carece del más mínimo valor.

Y, ante lo dicho, lo que es peor, el triunfo se olvida con una facilidad pasmosa; vamos que, una brizna de polvo en una mano puede durar más que el triunfo de un torero. Al respecto, podría dar cientos de ejemplos pero, el más sangrante de todos viene de la mano de Paco Ureña que, a la desesperada, se ha arrodillado ante la empresa de Madrid para que le permitan hacer una gesta a modo de encerrona en Las Ventas, todo ello para poder revitalizar su temporada y, lo que es más grave, su carrera toda que, laureada por éxitos incontestables, en esta ocasión ha sido ninguneado con una crudeza extrema.

Como se rumorea, se está gestando esa encerrona para que Paco Ureña mate en solitario seis toros en la próxima feria de San Isidro y, sin pretenderlo, me viene a la mente Iván Fandiño, el inolvidable diestro de Orduña que, como sabemos, se lo jugó todo a una carta  en Madrid y perdió en aquel macabro envite que, por otro lado, de haberle embestido un toro podía haber sido de éxito grande pero, salió la cruz de la moneda, lo que le llevó hasta el precipicio del toreo y, como una fatalidad del destino, hasta encontrar la muerte en un pueblo de Francia.

De confirmarse la heroicidad del diestro lorquino, ante todo tenemos que quitarnos el sombrero, pero ello no va en menoscabo para que analicemos la cuestión con el rigor debido, es decir, con la verdad con la que se rocía dicha efemérides por la que, el toreo en pleno, con toda seguridad, se están frotando las manos para que Ureña no triunfe. En estos instantes, es la víctima propiciatoria que ellos quieren para quitárselo de encima. Pero esto no lo digo yo, lo afirman los empresarios al haberlo dejado fuera de todas las primeras ferias importantes.

Se trata de una apuesta arriesgadísima pero, matar o morir, no queda otra alternativa. Como digo, ahí está el hombre claudicando ante su derrota y, a su vez, rezando para que esa idea culmine en realidad. Lo que se dice toros de “garantías” ya los han copado las figuras de turno. De que habrá otras ganaderías es muy cierto y, con toda seguridad, ya que Ureña apuesta fuerte, incluso debe hacerlo con un hierro emblemático. Insisto que, los toros no deben ser problema alguno para la celebración del festejo. En el mismo, caso de celebrarse como todos deseamos, un triunfo grande podría ponerle de nuevo en circulación de la que nunca deberían de haberle apeado.

Recordemos que, en la temporada de 2019, digamos la última que se celebró con normalidad antes de la llegada de la pandemia, Paco Ureña resultó ser el triunfador absoluto de todas las ferias en las que participó, destacando sobremanera Madrid y Bilbao con éxitos arrolladores. ¿De qué sirvió aquello? Absolutamente para nada; vamos como si todos los diablos del toreo se hubieran unido para confabular en su contra. A primeros del año en curso, hasta pude leer una noticia en la que se nos contaba que Ureña se retiraba hastiado de su profesión, algo que le dimos credibilidad al analizar sus circunstancias.

Tras lo visto, Ureña rectificó para quedarse y, ante todo, para seguir combatiendo en el mundo del toro con las armas de las que es dueño y señor, su torería y su verdad. Claro que, en un abrir y cerrar de ojos tuvo que comprobar que, en las primeras ferias importantes del año taurino en las que él siempre había triunfado, le habían olvidado por completo. La desazón no podía ser mayor y, cuando creía que le llamarían de Madrid para contar con él, una vez más, no sonó el teléfono. ¿Qué otra solución quedaba? La que ha optado, arrodillarse ante la empresa para que le den la oportunidad de llevar a cabo una heroicidad sin precedentes, a sabiendas de que todo se lo juega a una carta. ¿Cara o cruz? Esa es la incógnita.

Amarga su decisión, pero tan real como la vida misma. Se tiene que enfrentar –siempre y cuando le dejen- a seis toros en Madrid por un salario que tendrá la cuantía que los demás digan, con los toros que le quieran traer y, como única tabla de salvación, invocar al destino para que alguno de los toros pueda dejarle hacer el toreo que tantas veces ha llevado a cabo, con éxito, sin duda alguna.

Son esos hechos sangrantes que ocurren en el toreo que nunca en la vida quisiéramos analizar y mucho menos contar. Pero así es la grandeza de este espectáculo, rociado de miserias por doquier en el que, triunfas si los demás así lo deciden; mejor dicho, tienen validez los triunfos si a los otros les interesa. Iván Fandiño fue el puro ejemplo, el claro referente de todo lo que explico puesto que, numéricamente y en todos los sentidos, Fandiño llegó mucho más alto que Paco Ureña y, pese a todo, aquella tarde en Madrid le decapitaron.

Ahí está la imagen del triunfo verdadero de un torero en Madrid, caso de Paco Ureña que, en estos momentos ha tenido que mendigar una oportunidad en Las Ventas por aquello de poder reivindicarse como torero que, al parecer, todos lo habían olvidado. De cualquier manera, en estos instantes estamos hablando de hipótesis porque, ¿le darán esa oportunidad que pide el diestro con gritos desgarradores?

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