El glamour de Las Vegas, desde luego, ha sido Laporta, que es el cateto. Físicamente recuerda al Jake LaMotta orondo de “Toro salvaje” que termina contando chistes en un club nocturno, y que se ha presentado en el desierto de Nevada con Pedri y Xavi de la mano. La pareja del show son Laporta y Xavi, a los que sólo les ha faltado cantarse el “Are you lonesome tonight?”, uno de los padrenuestros de Elvis: “Sabes, alguien dijo que el mundo es un escenario / Y cada uno debe jugar un papel”…
De la decadencia de Las Vegas nos puso sobre aviso Scorsese en “Casino”: Las Vegas había dejado de ser la capital mundial del vicio para convertirse en un parque temático para excursiones de “boomers” jubilados y dispuestos a “lavar” la pensión en las tragaperras de unas salas aireadas con oxígeno, que por lo visto anima a la ludopatía. No es fácil explicar cómo se pasa de Elvis a Pedri, pero el caso es que en ello estamos.
Hace una década un millonario americano tuvo la idea de dar toros en Las Vegas, pero con “velcro” para las banderillas y sin estoque. Total, una charlotada, a la que se prestaron “matadores” de reconocido prestigio mediático, que lo suyo les cuesta. Pero un “torero” que se presta a hacer como que torea a un toro de “velcro” que hace como que embiste no tiene pase, mas el utilitarismo americano consiste en sacar perras de una alcuza, y si la productora de “Los Simpson” aceptó retirar la cerveza del bar de “Moe” para poder vender la serie en Arabia, ¿por qué nuestros “matadores” no iban a lidiar toros con velcro?
Los magos del Madrid-Barcelona en Las Vegas han sido Florentino Pérez y Juan Laporta, que son, respectivamente, como el marketing y el glomour del fútbol español. El glamour de Las Vegas, desde luego, ha sido Laporta, que es el cateto. Físicamente recuerda al Jake LaMotta orondo de “Toro salvaje” que termina contando chistes en un club nocturno, y que se ha presentado en el desierto de Nevada con Pedri y Xavi de la mano. La pareja del show son Laporta y Xavi, a los que sólo les ha faltado cantarse el “Are you lonesome tonight?”, uno de los padrenuestros de Elvis: “Sabes, alguien dijo que el mundo es un escenario / Y cada uno debe jugar un papel”…
Xavi, dice un amigo, es el típico que en el bar se hace el borde pero que te da la chapa igual: no pudo entrar a la Unión con papeles, pero el sábado estaba, vestido de escolapio, en el banquillo de Las Vegas, dirigiendo a un equipo que no tenía dinero, pero que se ha comprado todos los saldos de temporada en el mercadillo de julio. Laporta, que es un mago, según los que saben de números, ha sacado los millones para fichar de anticipos, no de las tragaperras, de sus derechos, y esto lo cuentan en el país que inventó los derechos con la Declaración de Virginia.
Damos por hecho que aquí los únicos que no tienen derechos son los espectadores, que se quedaron sin dormir por presenciar el “espectáculo” del Clásico, tan mediocre, que no reunió a muchos sajones en el “Allegiant Stadium”. Los sajones de América, decía Pemán, son espectadores profesionales (los sajones de América se dedican a trabajar mucho durante la semana para, el sábado por la noche, oír una orquesta a la que tienen arrendado todo el alboroto, ruido y jocundidad acumulado en la semana), y debieron de olerse la tostada.
El Madrid de Las Vegas iba a ser el de Mbappé, y resulta que fue, que es, el de Hazard, que jugó de falso nueve, aunque la idea que cunde es que todo en él es falso, incluido su suplente, Asensio, que jugó de falso Hazard y lo mejoró, es decir, que lo empeoró. El Madrid sigue siendo el castillo de Courtois con diez caballeros dedicados a defenderlo: así se llevó de calle la Liga y ganó con épica la Champions. Ante eso el Barcelona tuvo la aplicación del que se sabe inferior, con su peloteo de limpiaparabrisas a ritmo de Busquets, que juega a mula vieja desde que tenía veinte años. Ni una sola ocasión creó el Madrid con Hazard, las mismas que con Mariano, que salió al campo con una peluca de juez inglés. Mariano cobra un sueldazo y no se quiere mover de donde está, o sea, que hace bien, si bien alguien del cuerpo técnico podría decirle que un delantero centro no debe jugar con peluca de juez inglés, porque en el trance del cabeceo la peluca distorsiona la dirección de la pelota, como ocurrió en el cabezazo en que Mariano apuntó hacia la portería y el balón se fue hacia el banderín de córner.
Con Halaand y Mbappé luciéndose en los amistosos veraniegos, no sería ninguna locura pensar en Cristiano para ayudar a Benzemá: en el Atleti de Civitas no lo quiere Cano, de Gomaespuma, que anuncia la venta de su abono “por dignidad”, palabra cómica como ninguna. Y tampoco lo quiere el alcalde Almeida, en su caso, “por coherencia”, que también tiene su gracia, viniendo del hombre que prometió el cierre de Madrid Central. Tócala, Elvis. “Are you lonesome tonight”…
TATUAJE
Mourinho ha querido darse un homenaje tatuándose las tres copas que ha ganado: Champions, Uefa y Conference League. Sólo él lo ha logrado. Es el Kie de los entrenadores, y sus tres copas en el brazo son los tres puntos de los malotes en la mano, entre el índice y el pulgar. Kie: en los 60, un preso alemán de apellido Kyes acabó con un motín en Carabanchel porque con el jaleo no le dejaban dormir la siesta. El apellido se convirtió en símbolo de respeto y en cada galería española hay un Kie respetado... hasta que llega otro Kíe.
Lunes, 25 de Julio'Salmonetes ya no nos quedan' blogsppot
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