"...Decía yo de una tarde emotiva y, me ha venido a la memoria aquella corrida otoñal del 2 de octubre de 2010 –creo recordar la fecha- en que, uno de los toreros más puros y artistas de los últimos cuarenta años, Juan Mora, triunfó por lo grande en Las Ventas cortando aquella tarde tres orejas en loor de multitud y, lo que es mejor, con la afición madrileña rendida a sus pies. Todos creíamos que aquello era la resurrección de Juan Mora y, nuestras ilusiones se desvanecieron por completo al año siguiente..."
Tarde emotiva
Pla Ventura
Toros de Lidia/4 agosto, 2023
Hablamos a diario de las injusticias empresariales, yo diría cabronadas al más alto nivel y, la cosa viene de lejos. Sigo creyendo que malos tratos en el toreo los ha habido siempre pero, los últimos veinte años el tema ha ido creciendo como la espuma. Está clarísimo que, los empresarios, a la hora de la contratación de los diestros, prefieren servirnos mortadela antes que jamón de pata negra, valga el símil. Está claro que, hay más adeptos a la mortadela que al jamón auténtico y, el toreo es el reflejo de lo que explico.
Decía yo de una tarde emotiva y, me ha venido a la memoria aquella corrida otoñal del 2 de octubre de 2010 –creo recordar la fecha- en que, uno de los toreros más puros y artistas de los últimos cuarenta años, Juan Mora, triunfó por lo grande en Las Ventas cortando aquella tarde tres orejas en loor de multitud y, lo que es mejor, con la afición madrileña rendida a sus pies. Todos creíamos que aquello era la resurrección de Juan Mora y, nuestras ilusiones se desvanecieron por completo al año siguiente.
El primer pago que tuvo en la temporada siguiente fue no contratarle para San Isidro y, a partir de aquel momento, silencio sepulcral para el torero de Plasencia. Si mal no recuerdo, en aquel año, Mora toreó con éxito en Las Rozas, Melilla y Plasencia y, ahí murieron todas sus ilusiones. Trece años han transcurrido y, apenas hemos podido saber nada de este gran artista que, todo lo que consiguió en el toreo lo logró gracias a su arte. Vamos que, nada que ver con El Fandi y demás técnicos conocidísimos en el toreo.
La corrida a la que aludo, la habré visto “mil veces” y, cada día le encuentro más sabor. Dos faenas de ensueño en la que, como pudimos ver a un toro le cortó las dos orejas pero, lo curioso, grandioso y divino no eran las dos apéndices como despojos del animal que le propició el triunfo, lo realmente digno de mención fue la manera de lograr aquel éxito puesto que, por vez primera en mi vida, y creo que la de todos los aficionados, vimos cortar un doble trofeo por un torero que, apenas le dio quince muletazos y, tras un pase de pecho espléndido, tras el mismo, Juan Mora, tizona en mano le enjaretó una estocada en todo lo alto rodando el toro en el acto. El éxtasis, clamor, delirio y pasión, algo que hacía años que no veníamos, todo ello se desató tras la muerte de aquel bravo ejemplar.
Está claro que, el hecho data de hace trece años, nadie lo hemos podido olvidar, salvo los empresarios que obviaron a Juan Mora tras aquella catarsis colectiva que sentimos todos los aficionados. Tras lo contado, ¿qué está pasando en el toreo con este tipo de artistas? ¿Acaso tienen que pagar por torear, pedir perdón por ser artistas……? Nadie lo sabe, pero sí sabemos todos que triunfar es un auténtico milagro porque como millones de veces dije, no depende del triunfo del torero; su contratación o negación está siempre en manos de los demás y, si ellos no quieren, ya puede resucitar Manolete que no le darían sitio.
Eso sí, lo que me apesta del mundo del toreo no es otra cosa que la sinrazón en la que vivimos y, si de triunfos en Madrid hablamos, éstos no sirven para nada, este años tenemos ejemplos a pares. Para colmo, toreros que jamás han triunfado en Madrid, caso de Jesulín de Ubrique, El Fandi, El Cordobesillo y otros muchos se han hecho ricos en el toreo. ¿No quedamos que Madrid es la plaza que lanza a los toreros? Y una mierda dirán los antes mencionados. Injusticias, en el toreo, se cometen a diario pero, en los últimos tres lustros, la que han cometido contra Juan Mora no tiene nombre y, ante todo, menos mal que el de Plasencia no ha querido nunca prostituir la profesión, razón por la que le han dejado tirado en la calle. Eso sí, si el toreo quería tener un diestro íntegro y cabal, ahí está Juan Mora para darle gloria a la profesión y, ante todo a sus compañeros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario